Lusaka,, ZAMBIA (Agencia Fides, 13/08/2021) – Está previsto que se conozcan el domingo 15 los
resultados de las elecciones presidenciales en Zambia celebradas ayer
12 de agosto. La votación se vio empañada por enfrentamientos que se
saldaron con la muerte de dos personas.
Se presentaron a los comicios 16 candidatos, pero la verdadera contienda
se da entre el presidente saliente Edgar Lungu y el empresario Hakainde
Hichilema, que se enfrentan en las urnas por tercera vez y que por sí
solos obtuvieron casi el 98% de los votos en las elecciones de 2016.
El resultado es incierto porque la diferencia parece ser inferior a los
100.000 votos que le dieron la victoria a Lungu en las elecciones
anteriores.
En vísperas de la votación, monseñor Ignatius Chama, arzobispo de Kasama
y Presidente de la Conferencia Episcopal de Zambia (ZCCB), lanzó un
llamamiento a la calma y contra el uso de la violencia en política en su
discurso durante la oración ecuménica por la paz celebrada el domingo 1°
de agosto en la catedral Anglicana de la Santa Cruz, en Lusaka.
Monseñor Chama expresó su confianza en que todas las partes implicadas
en el proceso electoral demuestren su compromiso con la paz
absteniéndose de usar la violencia, la intimidación y el uso de la
fuerza como medio para lograr sus objetivos. “La violencia pertenece a
la política de la edad de piedra, y la intimidación no produce
ganadores, sino más problemas”, aseguró. Al llamamiento del presidente
de la ZCCB se unen los pronunciados por otros obispos del país.
Quien resulte ganador deberá afrontar el difícil proceso de pacificación
de la sociedad tras una amarga campaña electoral, marcada por
enfrentamientos y violencia, y también afrontar el desafío de la
pobreza. Según el Jesuit Centre for Theological Reflection (JCTR), el
nuevo gobierno tendrá que dar prioridad a “la estabilización de los
indicadores macroeconómicos como una intervención clave para asegurar el
acceso a bastantes alimentos, especialmente, para los más pobres y
marginados”. En su declaración, los jesuitas subrayan la necesidad de
que el gasto público se concentre en el sector social, “en concreto, en
salud, educación, protección social y agua y saneamiento, con el fin de
mejorar las condiciones de vida de más del 50 por ciento de la población
de Zambia que vive en condiciones de pobreza”.