Copenhague, DINAMARCA (Agencia Fides, 21/08/2021) – “Además de los fieles daneses, mis
feligreses vienen prácticamente de todo el mundo, de países como
Vietnam, Japón, Filipinas, India, Sri Lanka, Malasia, Nigeria, Burundi,
Somalia, Irak, Líbano, Polonia, España, Italia, Inglaterra, Noruega,
Lituania, Brasil, Colombia, México, Ecuador, Estados Unidos… ¡Puedo
decir que mi iglesia es católica!”, explica en una entrevista con el
Director de la Agencia Fides, el padre Dinh Anh Nhue Nguyen, el padre
Samuele Lando, sacerdote italiano que lleva años cumpliendo su misión en
Dinamarca. Perteneciente al Camino Neocatecumenal, el padre Lando tiene
un hermano también misionero, el padre Matteo, párroco en la isla de
Djerba, en Túnez.
Actualmente el padre Lando es párroco en la iglesia de Saint Canute
Lavard, que se encuentra en la ciudad de Kongens Lyngby, al norte de
Copenhague. “El territorio de mi parroquia comprende más o menos cinco
municipios, lo que supone unos 200.000 habitantes, de los cuales 2.600
son católicos (en Dinamarca hay unos 5.800.000 habitantes de los que
solo 50.960 son católicos)”, dice el sacerdote. “Cerca de la iglesia hay
una escuela primaria católica, que tiene 220 alumnos, 70 de ellos son
católicos. En el territorio que comprende la parroquia también hay dos
conventos de monjas, benedictinas y de la Preciosísima Sangre, dos
monjes benedictinos ancianos, que conviven con las monjas benedictinas,
el seminario diocesano Redemptoris Mater, donde me formé, y la iglesia
donde está la comunidad caldea”.
El padre Lando explica que en la parroquia es el único sacerdote, pero
no está solo. “Gracias a Dios tengo como ayuda a un seminarista de mi
propio seminario, Livio, también de Piamonte, que ha terminado sus
estudios y se prepara para el diaconado. Creo que estar solo en la
parroquia sería imposible,” subraya el sacerdote. “Vivir juntos no
siempre es fácil, pero tiene sus ventajas. Jesús mismo dice que donde
dos o tres están reunidos en Su nombre, Él está presente. Con él todo es
posible”.
Dinamarca también experimentó el confinamiento causado por la pandemia.
“Cuando la pandemia comenzó seriamente, en marzo de 2020, yo había sido
párroco durante poco más de seis meses en Ringsted, en una pequeña
iglesia en el centro de Sjælland, la isla en la que se encuentra
Copenhague”, recuerda el padre Lando. “El año anterior el obispo me
había concedido un año sabático y me dispuse a evangelizar con un grupo
de catequistas responsables de la zona de Caserta en Campania. De vuelta
en Dinamarca, vivía en Roskilde, a media hora en coche al norte de
Ringsted, para no estar solo y vivir con otro sacerdote, y también
servía como pastor asistente en Nestved, a media hora en auto al sur de
Ringsted donde ayudaba al párroco que es mayor”, cuenta.
Recuerdo que tuvimos que cerrar la iglesia y de repente ya no fue
posible reunirse o visitar a la gente. Solía ir a Suecia una o dos veces
por semana para celebrar con mi comunidad neocatecumenal. También
teníamos planes de comenzar la catequesis para adultos en la parroquia
de Vår Fralsare (Nuestro Salvador) en Malmo. Todo quedó suspendido o
cancelado”. Pero padre Lando no se desanimó porque, dice, ayudado por
algunos feligreses, inspirándome un poco en el cardenal Van Tuan cuando
estaba en prisión, comencé entonces a escribir una homilía todos los
días sobre el Evangelio de la misa del día. Luego las subí a la web de
la parroquia, para no perder totalmente el contacto entre nosotros”.
Una perseverancia que siempre acompaña al padre Lando porque todos los
días la mayor tentación es abandonar todo e irse de Dinamarca: “Por eso
creo que seguir evangelizando en estas tierras significa, ante todo
pedir al Señor todos los días la gracia de no huir y no perder la
esperanza ante el fracaso”. El ejemplo para el sacerdote Sant'Ansgar
(Oscar), el primer evangelizador en estas tierras que no tuvo mucho
éxito y encontró muchas dificultades. Pero el Señor le habló y le dio
valor: “¡No te preocupes, yo corregiré todos tus errores!”. Sant'Ansgar
tuvo paciencia y continuó su misión sin preocuparse por el éxito. ¡Creo
que el Señor me está llamando a mantener esta misma esperanza!”,
concluye.
LINK
La entrevista integral -> http://www.fides.org/it/