Nairobi, KENIA (Agencia Fides 07/08/2021) - El mercado de las drogas se mueve en busca de
nuevas rutas, consumidores y beneficios. África no está exenta del
fenómeno desde principios de la década de 2000, cuando la lucha contra
las rutas del Caribe (cocaína) y de Pakistán (heroína), hizo que los
narcotraficantes trasladasen “su negocio” a África para así llegar mejor
a Europa.
De acuerdo con los investigadores del Centro de Estudios
Internacionales, las principales organizaciones criminales mundiales han
encontrado en el continente “tanto un mercado en expansión, -debido al
crecimiento del consumo local de drogas-, como mano de obra del
suficientemente especializada como para manejar las rutas de
estupefacientes. En este contexto, las costas y puertos de África
Occidental se han convertido en centros neurálgicos del tráfico
transatlántico de drogas, especialmente de la cocaína originaria de
América del Sur y que, por esta vía, llega a África y luego a Europa”.
Es un continuo que parte de pequeños grupos delictivos organizados y
estructurados en redes grandes pasando grupos delictivos medianos y
pequeños hasta llegar a organizaciones que son auténticas mafias. En el
Sahel se produce un fenómeno particular ya que se entrelazan las
organizaciones yihadistas y organizaciones criminales. También hay un
importante tráfico de drogas en la parte oriental de África. Hace 20
años, en una investigación en el suburbio keniano de Korogocho, Luca
Clochiatti y los misioneros combonianos certificaron la presencia de más
de 20 tipos de drogas (cannabis, miraa, cocaína, heroína, pegamento,
mandrax) que se podían comprar a muy bajo costo (10/20 centavos). Era la
señal de que Kenia ya no era solo una zona de tránsito, sino que podría
convertirse en un centro de consumo. Y así fue. Según estimaciones de
la Unodc, alrededor de 42 toneladas de heroína en Kenia se destinan cada
vez más a los consumidores locales, una cifra que se habría duplicado
en los últimos 3 años.
Este año, el Informe de la Estrategia Internacional de Control de
Estupefacientes (International Narcotics Control Strategy Report)
destacó la importancia de las rutas del sur del Océano Índico que van a
parar a los puertos de Kenia y Tanzania. En este último país se
incautaron 300 kilos de heroína en abril y hasta 5 toneladas de
marihuana en agosto de 2020. Según el Informe INCSR, la corrupción no
sería un factor de peso en este fenómeno. De hecho, “el gobierno de
Kenia está en marcha para combatir el problema a través de recursos para
la Unidad de Asuntos Internos del Servicio Nacional de Policía, que se
ocupa de la corrupción por drogas en las filas policiales”, señalan los
investigadores. Como dicen en Kenia, “penye nia ipo njia”, es decir, “si
hay voluntad de luchar contra el narcotráfico, también hay cómo
hacerlo”.