Yaundé, CAMERÚN (Agencia Fides, 24/08/2021) – “Rechazamos la violencia, la inseguridad, los
secuestros, las torturas y los asesinatos sin sentido de personas
inocentes y de niños”, indican los obispos de la Conferencia Episcopal
Provincial de Bamenda (BAPEC) en un comunicado publicado el domingo 22
de agosto en el que renuevan su llamamiento a que termine el conflicto
en las regiones anglófonas de Camerún.
Los miembros de BAPEC hacen un llamamiento a todas las facciones armadas
para “poner fin a la violencia con efecto inmediato y trabajar por una
resolución pacífica del conflicto”. “Nuestro pueblo ha sufrido bastante y
está cansado de vivir en la incertidumbre y el miedo”, dicen los
obispos que elogian a los sacerdotes que se han mantenido cerca de “las
personas confiadas a su cuidado pastoral, han hecho y siguen haciendo
heroicos sacrificios en este tiempo de crisis”.
El 20 de agosto un niño de siete años de la escuela primaria católica de
St. Theresa en la diócesis de Kumbo en Camerún murió por una bala
perdida durante un tiroteo entre soldados cameruneses y militantes cerca
de la escuela.
Una mujer murió y un pastor resultó herido el domingo 22 de agosto
durante un servicio en una parroquia de la Iglesia Presbiteriana en
Bali, en el noroeste. Una patrulla militar fue blanco de una emboscada
perpetrada por los separatistas. En el tiroteo, unas balas perdidas
mataron a la mujer e hirieron al pastor.
El conflicto en la región anglófona del suroeste y noroeste de Camerún
se prolonga desde hace más de 4 años y se ha intensificado desde que el 1
de octubre de 2017 cuando los separatistas declararon simbólicamente la
independencia de las dos zonas que estaban agrupadas en una sola en
Ambazonia. Los separatistas eligieron la fecha del
1° de octubre en memoria de la independencia de la zona de habla inglesa
del Reino Unido, que tuvo lugar en 1961. La parte de habla francesa se
independizó de Francia en 1960. Un referéndum estableció la creación de
un solo estado bilingüe. Sin embargo, los habitantes de las regiones de
habla inglesa se quejan de ser discriminados en relación con los
francófonos en el ámbito jurídico y educativo.
El conflicto se ha cobrado más de 3.500 vidas y ha obligado a más de 700.000 personas a huir de sus hogares.