miércoles, 1 de septiembre de 2021

Llamamiento de los Obispos a “construir un futuro mejor para Malasia”

Kuala Lumpur, MALASIA (Agencia Fides 31/08/2021) – “Construyamos un futuro mejor para Malasia”. Es el llamamiento de algunos obispos católicos con motivo del Día de la Merdeka (31 de agosto) y el Día de Malasia (16 de septiembre), dos fechas importantes para la historia y la vida civil de la nación. El 64º Día Nacional (Hari Merdeka o Día Merdeka) el 31 de agosto conmemora la Declaración de Independencia de Malasia que tuvo lugar el 31 de agosto de 1957. El 16 de septiembre, la nación conmemora el establecimiento de la Federación de Malasia en 1963.

“Celebramos a nuestra nación agradeciendo a Dios la paz y la armonía de las que disfrutamos de muchas formas distintas, a pesar de los desafíos y obstáculos que nos esperan”, dicen tres obispos en un mensaje conjunto escrito para la ocasión y enviado a la Agencia Fides. El texto está firmado por el arzobispo Julian Leow, quien dirige la comunidad de Kuala Lumpur; por monseñor Sebastian Francis, obispo de Penang; y por monseñor Bernard Paul, obispo de Malacca-Johore.

El tema en el que se centra el mensaje es “Malaysia Prihatin” (Malasia se hace cargo) y naturalmente toca, como hace un año, la cuestión de la pandemia. Debido a la pandemia, las celebraciones religiosas y liturgias han sido limitadas o suspendidas, “mientras que las sombras oscuras de la crisis sanitaria, económica y política han atenazado el corazón de muchos malasios”.

La pandemia, señalan los obispos, ha tenido un gran impacto en la vida de los malasios. Ha afectado a la economía de Malasia por el cierre de empresas, los bajos ingresos y la pérdida de puestos de trabajo que afectan a miles de familias. Son solo algunas de las consecuencias inmediatas en la vida de los ciudadanos comunes. “Nuestras vidas se han empobrecido de formas que nunca hubiéramos imaginado: psicológica, emocional y espiritualmente. No solo estamos tratando de encontrar un cierto equilibrio en este período de desesperación, sino que la realidad de haber perdido seres queridos a causa de la pandemia ha hecho que la vida sea aún más difícil de soportar para muchos”, señalan los obispos.

La crisis política que comenzó a principios de 2020 parece haber provocado una mayor inestabilidad en el país, con dos cambios de gobierno desde las elecciones generales de 2014 en adelante. “Hay una sensación general de frustración e impotencia en el país en este momento. Esperamos que el recién nombrado Primer ministro, junto con su ejecutivo, nos saque de esta triple crisis, por el bien de todos”, reza el mensaje.

Los obispos invitan al nuevo primer ministro Ismail Sabri Yaakob, designado el pasado 20 de agosto, a cumplir las promesas expresadas en su discurso inaugural a la nación como priorizar la recuperación de Malasia en todos los frentes con integridad, responsabilidad y transparencia, sin miedos ni favores. “Esperamos que el Primer ministro guíe a los malasios para que aprecien la riqueza y la diversidad de cada cultura, religión y raza”, indican los obispos.

2021 marca el 51 aniversario de la carta “Rukun Negara” (la Carta de los Principios Nacionales, o la declaración de la filosofía nacional establecida en 1970 con motivo de la proclamación del Día Nacional). Ese documento constituye la orientación para la vida de la nación, guiada por los siguientes principios: fe en Dios, lealtad al rey y al país, supremacía de la Constitución, Imperio de la ley, respeto y moralidad.

Los obispos recuerdan en este mensaje que “las políticas del plan Malasia Prihatin deben basarse en los principios del Rukun Negara si queremos construir una sociedad unida, respetuosa, inclusiva y sostenible. Hacemos un llamamiento a todos los líderes políticos, gobiernos y partidos de oposición en el país para que dejen de lado las diferencias y ambiciones personales y trabajen juntos para ayudar a todos los malasios a reconstruir nuestras vidas”.

En nombre de la Iglesia católica de Malasia, el documento da las gracias a quienes han demostrado generosidad, abnegación y determinación durante la pandemia. Y recuerda, además de los trabajadores de salud en primera línea en los hospitales, a “los héroes desconocidos” como guardias de seguridad, limpiadores, basureros, repartidores y muchos otros que se arriesgan para mantener activos los servicios esenciales para todos los ciudadanos.

“La construcción de la nación no pertenece ni a la élite ni a unos pocos elegidos. Pertenece a todos los ciudadanos. Si bien los líderes que elegimos son responsables por el papel que ocupan, también nosotros debemos trabajar para promover la unidad y la armonía”, señalan los obispos que lanzan un fuerte llamamiento a la unidad, el bien común y al servicio.

“La política de la división nunca debe ser la narrativa que perpetuemos porque cada uno de nosotros tiene la oportunidad de promover la unidad en nuestra vida diaria. No dejemos que la sensación de apatía o de despreocupación por los demás nos haga perder de vista nuestra responsabilidad colectiva y nuestro deber como ciudadanos. Si sucumbimos a la tentación de permanecer aislados en nuestros quehaceres, solo expresamos egoísmo e insensibilidad”, dicen.

“Unamos nuestras fuerzas para construir, con la ayuda de Dios y bajo su guía, un futuro mejor para Malasia mientras seguimos siendo Malaysia Prihatin, incluyendo a los pobres y a los necesitados”, concluye el llamamiento.

De más de 30 millones de habitantes, el cristianismo en Malasia es una religión practicada por aproximadamente el 9.2% de la población (censo de 2010). Dos tercios de los 2,6 millones de cristianos viven en Malasia Oriental, formada por las provincias de Sabah y Sarawak (en la gran isla de Borneo).