Caracas, VENEZUELA (Agencia Fides, 31/08/2021) - Los obispos de Venezuela, en un mensaje del 30
de agosto, hacen un llamamiento a las autoridades nacionales,
regionales y militares para que operen “no por intereses particulares”,
porque “están al servicio de todos los venezolanos”. En el mensaje
denuncian el comportamiento de algunas autoridades civiles y de la
Guardia Nacional que el domingo 29 de agosto impidieron el paso de parte
de la ayuda humanitaria enviada a la población del estado de Mérida,
afectada por fuertes lluvias.
Según datos provisionales, el mal tiempo que azotó el occidente de
Venezuela en los últimos días con lluvias torrenciales, inundaciones y
deslizamientos de tierra, afectó a 35.000 personas, provocó al menos 20
muertos, desaparecidos y destruyó 8.000 viviendas. En el Ángelus del
domingo 29 de agosto, el Papa Francisco expresó su solidaridad con estas
palabras: “Estoy cerca de la población del estado venezolano de Mérida,
golpeado en los últimos días por inundaciones y deslizamientos de
tierra. Rezo por los difuntos y sus familias y por los que sufren esta
calamidad”.
En el comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal de
Venezuela, enviado a la Agencia Fides, los obispos aseguran que lamentan
y condenan “la actitud de algunas autoridades civiles, así como de la
Guardia Nacional Bolivariana, que lejos de cooperar desinteresadamente,
no solo han impedido el acceso a la mayor parte de las ayudas enviadas
desde diversas partes del país, sino que han tenido una actitud de
desprecio y ofensiva hacia los miembros de la Iglesia y otras
instituciones”. Por su parte, estos aseguran que seguían las órdenes que
habían recibido de sus superiores. Los obispos les instan, en nombre de
las comunidades afectadas, “a cambiar de actitud y a ponerse al
servicio de las instituciones que están colaborando, para que llegue
rápidamente la ayuda a su destino, dando prioridad a los suministros,
abriendo carreteras y promoviendo otras iniciativas a favor de la
población afectada”. Todo esto, subrayan, de acuerdo con los principios
de la
Constitución nacional.
Los obispos reiteran su solidaridad con la población de Mérida,
especialmente con los habitantes del Valle de Mocoties, afectados por
estos violentos fenómenos naturales, y subrayan la pronta respuesta de
la Iglesia católica y otras instituciones en la organización de los
esfuerzos de socorro. “Gracias a la respuesta inmediata de tanta gente
de buena voluntad, fue posible llevar ayuda de distinto tipo, desde
medicinas y alimentos hasta ropa y otros bienes necesarios. La caridad
no tiene límites, ni establece las condiciones para practicarla, ya que
no discrimina a los destinatarios de las obras de misericordia”,
señalan.
La celeridad con la que la Cáritas nacional y la diocesana han recogido
las ayudas necesarias de diferentes puntos del país, subrayan los
obispos, ha demostrado “la generosidad de católicos y personas de buena
voluntad que, aunque en medio de una crisis que ha empobrecido a mucha
gente de la nación, no dudaron en compartir lo poco y lo mucho que
poseen”.
La red de Cáritas fue una de las primeras en avisar de lo que sucedía en
el Valle de los Mocotíes tras las intensas lluvias que aún siguen
cayendo. En la noche del lunes 23 de agosto de 2021, recuerda una nota
de Cáritas Venezuela, Cáritas Mérida recibió la alerta de una Cáritas
parroquial ubicada en el valle de Mocotíes sobre los daños que las
fuertes lluvias habían comenzado a causar en los municipios de Ofvar,
Zea y Antonio Pinto Salinas. De inmediato, la Cáritas archidiocesana de
Mérida comenzó a recopilar información para elaborar un informe sobre la
situación y se puso en contacto con la Cáritas nacional. En menos de 12
horas se conocía el trágico balance de muertos, desaparecidos y
familias afectadas. Ya entonces la red de solidaridad había sido
activada por Cáritas Mérida, Cáritas Caracas y otras diócesis, lideradas
por Cáritas Venezuela.
El 25 de agosto, Cáritas Mérida junto con Ulandinos First Aid (PAULA)
montaron una serie de centros para la recogida de alimentos no
perecederos, agua potable, mantas, zapatos y ropa en buen estado,
productos de higiene personal, medicamentos, mascarillas, pilas y otras
fuentes alternativas de energía. Al mismo tiempo, la archidiócesis de
Caracas instaló puntos de acopio en seis parroquias de la capital. El
viernes 26 de agosto salieron los primeros camiones solidarios para
transportar la ayuda a Mérida. El sábado 28 de agosto llegaron a su
destino 38.000 litros de agua y más de 30 toneladas de ayuda recogida en
Mérida, Caracas y en los demás estados donde Cáritas ha recogido
víveres y enseres varios. Cáritas a nivel nacional sigue activa para
ayudar, no solo a la población de Mérida, sino también a los habitantes
de otras zonas afectadas por las lluvias.