Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 24/04/2019) - “Es nuestro deber mostrarles ternura y amor”,
aseguró el cardenal Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, durante
la celebración de la Pascua en compañía de unos 500 presos de la cárcel
de Ngaragba, en la capital de la República Centroafricana.
“Los fieles prepararon comida y regalos para alegrar a nuestros hermanos
que están encarcelados aquí. Aprovechamos este momento para bautizar a
algunos de los que voluntariamente decidieron cambiar su forma de vida.
Les pido a los responsables de la prisión de Ngaragba que cuiden a los
prisioneros, que no los maltraten sino que los traten con toda dignidad
como seres humanos”, dijo el cardenal Nzapalainga.
En esta ocasión, el representante de los prisioneros de Ngaragba lamentó
las malas condiciones de vida de los prisioneros, y en concreto “las
condiciones precarias en que algunos de ellos cumplen sus condenas.
Cuando llueve, algunos se ven obligados a permanecer bajo la lluvia
porque en las celdas no hay espacio. Queremos que el edificio sea
renovado”, pidió.
Después de la homilía, el cardenal Dieudonné Nzapalainga bautizó a
veinticinco detenidos. Construida en 1947 con una capacidad inicial de
400 internos, la prisión de Ngaragba actualmente alberga a más del
doble. La mitad de la población carcelaria de República Centroafricana
se encuentra en Ngaragba.