Ciudad de México, MÉXICO (Agencia Fides, 29/04/2019) – Desde el 29 de abril hasta el 3 de
mayo, la Asamblea Plenaria n. CVII de la Conferencia Episcopal Mexicana
(CEM) se llevará a cabo en la sede de la Casa del Lago en Cuautitlán
Izcalli, con la participación de alrededor de 150 obispos. A la Asamblea
asistirán el Nuncio Apostólico en México, el Arzobispo Franco Coppola y
un representante de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos
en México (CIRM).
El presidente de la CEM, monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de
Monterrey, abrirá la Asamblea con un informe programado para las 17:30
(hora de México), que se transmitirá en vivo a través de Facebook bajo
la cuenta de la CEM: @episcopadomexico
Esta Asamblea Plenaria tiene como objetivo programar el Proyecto
Pastoral Global en su interacción con los planes diocesanos y
provinciales, a través de las orientaciones generales de implementación,
que abordan diversas emergencias pastorales de la Iglesia en México,
como, la atención a los jóvenes, los migrantes, los sacerdotes, y la
protección de los menores. Con respecto a la emergencia de los
migrantes, hace poco se conoció la donación de $ 500,000 del Santo Padre
para apoyar el trabajo pastoral relacionado con la acogida de los
migrantes, que en los últimos meses en México se ha convertido en una
emergencia social. De hecho, el gran flujo de centroamericanos, pero
también cubanos e incluso africanos, que ingresan al territorio mexicano
para acceder a los Estados Unidos, pero que en muchos casos permanecen
en México por mucho tiempo sin ningún tipo de apoyo o punto de
referencia; siendo las estructuras de la Iglesia Católica las únicas a
ayudar.
Según una declaración de la CEM, se recibieron 27 solicitudes de ayuda
de 16 diócesis mexicanas. "La mayor parte de la ayuda se destinará a los
hogares de los migrantes, especialmente a las diócesis que se
encuentran en la frontera, tanto en la frontera sur como en la frontera
norte", dijo ayer el presidente Cabrera López.
La nota enviada a la Agencia Fides por el CEM concluye señalando la
entrega de los obispos mexicanos a Santa María de Guadalupe y a la
oración de todos los fieles.