Niamey, NÍGER (Agencia Fides, 16/04/2019) – “Todos hubiéramos esperado y deseado en una
liberación rápida del padre Pierluigi Maccalli pero, en lugar de eso,
hemos de lamentar otro secuestro de un sacerdote burkinabé diocesano, el
padre Joël. Esto nos hace pensar que la nuestra
seguridad cada vez se complica más”. Es lo que el padre Vito Girotto,
sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas, explica a la Agencia
Fides con motivo del séptimo mes de secuestro de su hermano, el padre
Maccalli. “No por esta razón hemos perdido la fe en que la oración puede
traernos la liberación de nuestros dos compañeros sacerdotes y las
demás personas secuestradas, casi todos musulmanes tolerantes, como lo
son la mayoría de los musulmanes en África”, explica el padre Girotto.
“Vemos signos de esperanza en nuestras comunidades cristianas que en la
Pascua acompañarán a docenas de catecúmenos al bautismo, si no a
cientos, como los 150 de Makalondi. En esta comunidad,
en la que estaré espiritualmente presente, la Vigilia Pascual se
celebrará a la luz del sol porque por la noche hay toque de queda, pero
la alegría de celebrar la resurrección del Señor con el bautismo será
grande, y dejará claro que es posible liberarse del miedo y la muerte
del corazón incluso en este momento de gran inseguridad”.
El Padre Vito destaca: “La seguridad en las comunidades cristianas está
en manos de Dios aunque seguimos vigilantes, pendientes de cada suceso y
de posibles ataques en las misiones, para estar preparados y en oración
comunitaria, una oración que continúa incluso en pequeñas comunidades
alejadas del centro, como las de Bomoanga, donde los catequistas animan
la celebración dominical de la Palabra”.
“La inseguridad, - agrega el sacerdote -, genera temor incluso entre los
sacerdotes que han elegido permanecer aquí inspirándose en el valor de
los testigos que dieron sus vidas como respuesta a aquellos que querían
expulsarlos de su misión. En África muchos han surgido en las últimas
décadas, y los más cercanos a nosotros son los monjes de Thibirine en
Argelia”.
“Mi deseo es redescubrir el gozo de seguir al Señor a pesar de las
dificultades y el camino a veces tortuoso de la vida, sin olvidar a los
que viven en una situación peor que la nuestra. Durante la Semana Santa,
el miércoles 17 de abril, séptimo mes de testimonio y secuestro del
padre Gigi, rezamos para que también haya para él, para el padre Joël y
paras los demás, una Pascua de liberación. Pidamos a Dios que sea una
Pascua de liberación de la tristeza, la desconfianza, el pesimismo y las
falsas seguridades. Al acercarse a Cristo, es posible ser liberado y
vivir libres porque hay cadenas externas que no pueden encarcelar la
mente y el corazón”, concluye el padre Vito.