CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 02/06/2021) – “Durante el doloroso tiempo de la pandemia, no ha faltado nuestra misión
de estar cerca de los que sufren. Las Obras Misionales Pontificias han
seguido compartiendo experiencias, han podido comprender el sufrimiento
de muchos pueblos a través de continuos intercambios, también online.
Aunque hemos sufrido mucho como familia humana, sin embargo, la pandemia
no nos ha impedido desarrollar nuestra actividad misionera”, ha dicho
el cardenal Luis Antonio Tagle, Prefecto de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos, al hablar en la apertura de la Asamblea
Anual de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que se está celebrando
de forma digital del 1 al 3 de junio de 2021. “La acción misionera brota
de una profunda espiritualidad, como nos recordó el Papa Francisco: no
debemos olvidar la primacía de la gracia del Señor”, ha reiterado,
señalando que, la pandemia ha dado “una gran lección de humildad”, ya
que
muchos planes y programas pastorales no han podido realizarse y se ha
producido “una reeducación para confiar en la Providencia y en la gracia
del Señor”. “Nos enseñaron que la oración es esencial para la animación
y la actividad misionera, como vemos en Pauline Jaricot: la animación
misionera no está separada de ser discípulos, amigos de Jesús, que nos
envía a dar fruto”, ha reiterado el cardenal.
Partiendo de este marco, el cardenal ha señalado que las OMP no son sólo
“un organismo recaudador de fondos”, sino que tienen la tarea de
“despertar el espíritu misionero que está en el corazón del bautismo,
por lo tanto propio de todo bautizado”. Observando que, a menudo, el
compromiso misionero queda relegado a un grupo de personas o sólo
durante la Jornada Mundial de las Misiones, con la relativa colecta, el
cardenal ha dicho que, con la pandemia, “hemos vuelto al corazón de la
misión, despertando la participación misionera en las familias, los
hogares, las escuelas, las parroquias, los lugares de trabajo”. Recuperando esta vocación misionera de todo bautizado, “esto se traduce
en actos de caridad misionera y de solidaridad hacia los pobres y los
que sufren: la colecta se alimenta de esta caridad misionera”, ha
explicado el cardenal Tagle.
En la labor de compartir la Buena Noticia, el cardenal se ha detenido en
la comunicación que se produce hoy en el mundo digital, invitando a
utilizar las herramientas de la web y los medios sociales para contar
historias y experiencias de jóvenes y laicos misioneros que “son
ejemplos de gran inspiración para la sociedad”. Incluso, ha señalado, se
ha producido un aumento generalizado de las solicitudes de materiales y
contenidos bíblicos y espirituales para compartir en el mundo digital,
por lo que los OMP pueden utilizar estas herramientas para la labor de
evangelización.
Refiriéndose al filósofo y escritor francés Fabrice Hadjadj, ha desafiado a la asamblea a reflexionar sobre la cuestión: “¿Cómo hablamos de Dios, cómo llevamos la Buena Noticia?” No es sólo una cuestión de técnica, actuación o estrategia para cautivar al público, ha dicho, porque si la evangelización se reduce a esto se convierte en propaganda, comunicación distorsionada, defectuosa o sólo retórica. La comunicación misionera parte de la dimensión de la "missio Dei", “de Dios comunicándose con su pueblo, en una relación de amor”. “Dios se comunicó enviándonos al Hijo, la Palabra, el Verbo que se hizo carne”, de esta manera “ha hablado el lenguaje de la humanidad”, ha comentado, invitando a recuperar esta dimensión.
Y, antes de comunicar, deseó que volvamos “a las experiencias que nos
quitan la palabra”, como las “del horror que sentimos ante el mal o ante
un bien increíble, que supera nuestra capacidad humana”. “La sensación
de total incapacidad de reacción, el asombro”, ha comentado, “nos
permitirá comunicarnos a través de la oración. La maravilla ante el bien
prepara nuestra comunicación y cuando abrimos la boca es un verdadero
canto de alegría, de esperanza, que el mundo necesita”, especialmente
los jóvenes que hoy buscan la autenticidad y la credibilidad de los
comunicadores.
“En la comunicación del Evangelio debemos preguntarnos si vivimos la
Buena Noticia del Evangelio, poniéndola en práctica y no sólo
proclamándola, ya que los jóvenes, expertos en la realidad virtual, se
fijan en si la persona que comunica es auténtica, si vive ese mensaje
que comunica”, ha señalado el Card. Tagle que ha concluido invitando a
todos a seguir “comunicando y contagiando a la gente con la belleza de
la Buena Noticia”.