Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 02/06/2021) – “La situación parece estabilizarse, pero las autoridades aún no han dado permiso a la población para volver a sus casas”, dice a la Agencia Fides Luisa Flisi, una misionera laica, que trabaja desde hace años con los javerianos, en Goma, capital de Kivu Norte, en el este de la República Democrática del Congo, amenazada por el avance de la lava del volcán Nyiragongo.
El 22 de mayo, el avance de la lava destruyó 17 pueblos y causó la
muerte de una treintena de personas. Según una primera evaluación, al
menos 1.500 viviendas han sido destruidas. El 27 de mayo las autoridades
decidieron evacuar varios distritos de Goma por temor a que el flujo de
lava alcanzara la ciudad. Afortunadamente, la lava se ha detenido, al
menos por ahora”, dice Luisa Flisi.
“Nosotras también fuimos evacuadas y nos acogieron en las instalaciones
de unas hermanas de Parma que se encuentran en las afueras de Goma. Los
evacuados han sido recibidos en varios lugares de la RDC o han cruzado
la frontera con Ruanda, donde las autoridades locales han puesto a su
disposición tiendas de campaña, alimentos y artículos de primera
necesidad”.
“El volcán está siempre activo y de vez en cuando la lava se desborda de
la caldera, a veces con consecuencias dramáticas como en 2002, cuando
el flujo de lava golpeó Goma causando un centenar de muertos y varios
daños en los edificios, incluida la catedral. Nuestra misión también
resultó dañada”, recuerda la misionera laica.
“Veremos cuándo las autoridades permiten a la población volver a sus
casas en Goma, varias de las cuales han resultado dañadas por los
fuertes temblores sísmicos debidos a las erupciones volcánicas”, dice
Luisa Flisi.
Los expertos temen que se produzca lo que se denomina una erupción
límica que puede ocurrir en los lagos que contienen gases a presión
disueltos en sus aguas. Se calcula que a cientos de metros bajo el fondo
del lago Kivu hay 250.000 millones de metros cúbicos de CO2 más 60.000
millones de metros cúbicos de metano. En caso de erupción, ésta podría
liberarse a la atmósfera y, en contacto con una fuente de energía,
deflagrar. “De hecho, al principio las autoridades suspendieron el
servicio de barcos en el lago Kivu que conecta Goma con Bukavu, como
precaución en caso de que el metano bajo el lago explotara. Luego se
reanudó porque hay mucha gente que necesita trasladarse de una ciudad a
otra”, dice Luisa Flisi.
Para ayudar a las víctimas del flujo de lava tras la erupción del volcán
Nyiragongo, la Iglesia de la RDC ha organizado una colecta especial del
6 al 13 de junio. La electricidad y el agua potable escasean en Goma y
se teme una epidemia de cólera. Según el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al menos 350.000 personas
han sido desplazadas de Goma y necesitan ayuda urgente.