CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 04/06/2021) – Las consecuencias de la pandemia
han afectado a las actividades de la Obra Pontificia de la Infancia
Misionera (POSI), como ha señalado la hermana Roberta Tremareli, AMSS,
Secretaria General de la POSI, en su informe a la Asamblea General de
las OMP: “Lo que vivimos a principios del año pasado a causa de la
pandemia, persiste hasta hoy, y esta nueva realidad nos sigue
interpelando en nuestra misión, impidiéndonos adormecernos en propuestas
e instrumentos estándar y bien establecidos, pidiéndonos que renovemos
con la ayuda del Espíritu, nuestra presencia en la Iglesia y en el
mundo”.
El aislamiento debido a la normativa sanitaria preventiva ha permitido
en muchos casos que los padres descubran su papel como “sujetos de
evangelización, formación y trabajo misionero”, ha explicado la hermana
Roberta. “Provistos de la colaboración con los niños y jóvenes en la
espiritualidad y la oración, han podido recuperar, en muchos contextos,
el papel de primeros agentes de pastoral de la formación en la fe”. Otro
aspecto que ha surgido de este periodo en particular, es el papel de
los medios sociales para la animación misionera, “ya que el niño y el
joven no son sujetos pasivos en su uso, sino activos, interactúan,
incluso en un entorno virtual, con otras personas con las que comparten
un carisma y una meta. Al igual que en la idea original del Fundador,
Mons. Charles De Forbin Janson, según la cual implicar a los niños y a
los jóvenes en las propuestas misioneras tenía el propósito de hacerlos
protagonistas, todas las interacciones mediáticas desarrolladas en este
periodo de pandemia están dando frutos buenos y duraderos, que ponen de
manifiesto su utilidad”.
A continuación, la Secretaria General de la POSI ha destacado algunos
aspectos que han surgido en este periodo de emergencia y de actividades
“fuera de lo común”, como la voluntad de “aprender nuevas estrategias,
nuevos caminos para el bien de la Iglesia y del pueblo de Dios”; el
compromiso de renovarse día a día “para saber responder a las nuevas
instancias que han surgido en el contexto actual, para saber captar los
interrogantes y las necesidades de las personas, para poder continuar en
el cuidado constante, estando atentos a los demás”; la búsqueda de
formas más adecuadas para ayudar a las personas a vivir esta etapa de la
vida a la luz del Evangelio; el redescubrimiento de nuestra
“catolicidad” entendida no sólo desde el punto de vista geográfico.
“Ciertamente, la oración ha sido la herramienta más utilizada y
promovida durante este tiempo y estamos contentos de haberla vuelto a
poner como una prioridad en nuestra acción misionera”, ha subrayado la
hermana Roberta, que además ha reiterado la importancia de las redes
sociales para mantener o establecer relaciones, dar información,
profundizar en los temas, apoyar a los más débiles. Este tema, sin
embargo, requiere una formación más sólida en lo que se refiere a los
contenidos: “lo que se hace en las redes sociales se queda en ellas para
siempre y no podemos correr el riesgo de ser superficiales en lo que se
refiere a Jesús, el Evangelio, la Iglesia y la misión, los niños y los
jóvenes.
La radio, la televisión, Facebook y otros medios de comunicación también
pueden llegar a los destinatarios que ocasionalmente acceden a ellos en
ese momento y escuchan una palabra que puede cambiar sus vidas y así
involucrarlos en la actividad misionera de la Iglesia”. Esperando una
vuelta progresiva a la normalidad, ciertamente no se puede prescindir de
la integración de los medios modernos de comunicación con los medios
tradicionales de animación y formación, ya que “uno no excluye al otro y
juntos ayudan y apoyan la acción misionera”.
La hna. Roberta Tremarelli ha indicado algunos de los retos a los que se
enfrenta hoy la POSI, invitando a los Directores Nacionales de las OMP a
asumirlos en sus contextos locales. En primer lugar, “promover la
conciencia de la responsabilidad misionera universal en el contexto de
la familia como Iglesia doméstica”.
Un segundo desafío, no sólo para la Infancia Misionera, sino para todas
las OMP y la Iglesia de hoy, es la sinodalidad, es decir, caminar
juntos, buscando la comunión con los diversos sujetos y comunidades
eclesiales. Para la POSI esto significa no concentrarse sólo en los
grupos de la Infancia Misionera, donde existen, sino abrirse a todos los
niños y jóvenes. Luego, motivar a los movimientos, asociaciones y
nuevas comunidades presentes en el ámbito eclesial local, para dar mayor
impulso a la cooperación misionera: espiritual, vocacional y material.
Por último, se han confirmado las reuniones a nivel continental para los
Directores Nacionales y los Secretarios Nacionales de la POSI, que
tendrán lugar del 21 al 25 de junio. “El intercambio de experiencias nos
enriquece mutuamente, nos fortalece en lo que creemos y testimoniamos,
nos abre el corazón y la mente, y nos permite mejorar nuestros
contenidos y métodos de comparación y diálogo”, ha dicho para concluir
la Secretaria General de la POSI.