Managua, NICARAGUA (Agencia Fides) – Los obispos de Nicaragua condenaron la dura
represión llevada a cabo el sábado pasado contra manifestantes pacíficos
que se habían reunido en el centro de Managua. Los manifestantes fueron
literalmente atacados por miembros de la policía cuando intentaron
ejercer su derecho constitucional de protestar en una plaza de la
capital. Los hechos ocurrieron menos de 24 horas después de que el
ejecutivo Daniel Ortega se comprometiera a respetar los derechos
constitucionales y las garantías de los nicaragüenses.
"Es indigno que una vez más en Nicaragua, la policía y civiles
violentos, agredan físicamente, detengan y hieran a los civiles que se
manifiestan pacíficamente. No es una falta de respeto por los acuerdos:
son personas humanas; no son las negociaciones las que serán
obstaculizadas, sino el futuro del país", dijo Mons. Silvio Báez en un
mensaje difundido luego de los violentos acontecimientos.
El obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, dijo que "acompaña a
la población que sufre a causa de la represión gubernamental". Cabe
señalar que delante a la catedral de Matagalpa, un grupo de jóvenes de
la Coalición Cívica realizó una sentada por la tarde, bajo estricta
supervisión policial.
El obispo de Granada, Mons. Jorge Solorzano, también condenó los actos
violentos y destacó que estos eventos son otro ejemplo de la "falta de
respeto por la vida humana" que existe en Nicaragua. El obispo instó a
los cristianos a intensificar la oración para "ser fuertes" en la lucha
contra el mal. "Todavía vivimos momentos de violencia y falta de respeto
por la vida humana en nuestra Nicaragua. Oremos para que en este tiempo
de Cuaresma el Señor nos otorgue la fuerza para luchar contra el mal y
regresar por el camino del bien", escribió Mons. Solorzano.
En una declaración oficial enviada a la Agencia Fides, de la
Arquidiócesis de Managua, el Cardenal Brenes, Presidente de la
Conferencia Episcopal, deploró los hechos violentos y observó: "Es
triste ver a los hermanos del mismo país confrontarse violentamente".
El 30 de marzo, la policía intervino violentamente en Metrocentro contro
gente que protestaba contra el gobierno. Sólo un día antes, el gobierno
nicaragüense, presidido por Daniel Ortega, y la Alianza de Oposición
Cívica, habían firmado acuerdos para, entre otras cosas, permitir las
protestas pacíficas. La policía justificó su acción, culpando a los
"grupos violentos" que habían invadido una "propiedad privada" y
"alterar el orden público".