Managua, NICARAGUA (Agencia Fides, 11/04/2019) – "Doy gracias al Papa Francisco quien habiendo
confirmado mi ministerio y mi estilo episcopal, me ha pedido ir a Roma
por un tiempo. Llevo en mi corazón de pastor la alegría y las tristezas,
los dolores y esperanzas de mi pueblo de Nicaragua. ¡Gracias a todos
por su cariño!!": así lo escribió ayer Mons. Silvio José Báez, después
de la rueda de prensa durante la cual él y el cardenal Leopoldo Brenes,
arzobispo de Managua, informaron que Mons. Báez, obispo auxiliar de
Managua, irá a trabajar por un período en Roma. Mons. Báez, como anunció
el cardenal Brenes, se irá después de las celebraciones de la Semana
Santa.
En la conferencia de prensa, Mons. Báez dijo que cuando se reunió con el
Santo Padre en el Vaticano la semana pasada, el Papa "no hizo ningún
comentario, ni un solo reproche, ni una sola corrección. Para mí fue la
confirmación de Pedro a su hermano ". El obispo carmelita expresó su
tristeza por salir de Nicaragua: "Les hablo con toda sinceridad: en este
momento siento un gran dolor en mi corazón, el dolor de no poder estar
físicamente con mi querido pueblo nicaragüense, especialmente con el
fiel santo Pueblo de Dios, para anunciarles el Evangelio con mi voz y
ofrecerles, a través de mi cercanía pastoral, una palabra de consuelo y
profecía ".
Ha habido muchas reacciones a esta noticia, también recibida por Fides,
que vincula esta decisión con la compleja crisis que el país ha estado
experimentando durante un año. Varias personalidades expresaron su
amargura. El ex vicepresidente de Nicaragua y el escritor Sergio Ramírez
definieron la salida del obispo Báez como un "exilio forzado", y
agregaron que él y todos los que tuvieron que irse debido a la crisis
sociopolítica volverán cuando vuelva la democracia.
"Mons. Báez se irá de Nicaragua, pero Nicaragua no se irá de Báez
"escribe uno de los miles de seguidores del Obispo, que es muy seguido
en las redes sociales, donde los creyentes y no creyentes han expresado
su cercanía y apoyo, esperando que continúe con el mismo compromiso de
luchar por su pueblo nicaragüense.
La situación política en Nicaragua está estancada: espera poder
continuar el Diálogo Nacional, en base a la solicitud de la Alianza
Cívica, que pide la liberación de todos los presos políticos como una
condición ineludible. La Iglesia, a través del Nuncio Apostólico en
Nicaragua, el Arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag, presente como el
único testigo internacional, siempre ha pedido el camino del diálogo
sincero para resolver la crisis.
El gobierno no demuestra pasos decisivos para implementar los acuerdos
firmados el 29 de marzo pasado con la Alianza Cívica y alcanzar un
acuerdo final. No se aceptaron solicitudes de la oposición: la salida
del Presidente Ortega, las elecciones anticipadas y la liberación de
todos los presos políticos (más de 600). Esta situación también tendrá
consecuencias económicas, con sanciones de los Estados Unidos. En la
política internacional, se espera "el aniversario" de la crisis (el
próximo 18 de abril) para ver si la democracia regresa a Nicaragua, pero
la situación actual no deja mucha esperanza. Luis Almagro, Secretario
General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), lanzó el 11
de enero el proceso para la implementación en Nicaragua de la Carta
Democrática del continente americano, con el apoyo de los Estados
Unidos.