jueves, 5 de agosto de 2021

“Armémonos sólo con botiquines y otras ayudas útiles para nuestro pueblo”: los Obispos lanzan la Campaña Nacional de Oración para vencer el Coronavirus

Yangon,, MYANMAR (Agencia Fides 05/08/2021) – “Mientras el Covid sigue amenazando al mundo entero y a nuestro país, los obispos invitamos a toda la población a reunirse en oración” es el llamamiento que los obispos del país han hecho con motivo del lanzamiento de una campaña nacional de oración contra la pandemia.
 

“Mientras seguimos afrontando nuestros numerosos retos diarios, el coronavirus no da tregua y sigue asolando el mundo, incluido Myanmar. La nueva oleada de la cepa Delta es altamente contagiosa, las muertes y la necesidad de suministros de oxígeno aumentan”. Así lo informa la nota de la Conferencia Episcopal de Myanmar (CBCM) recibida por la Agencia Fides.
 

“Son tiempos muy amenazantes para la dignidad y la supervivencia de nuestro pueblo - insisten los obispos-. Una vez más, instamos a todos a la unidad. No hay conflicto, no hay desplazamiento. La única guerra que tenemos que librar es contra el virus. Ante esta emergencia, armémonos sólo con botiquines, oxígeno y otras ayudas útiles para nuestro pueblo”.
 

“No somos políticos”, escribe el presidente de CBCM, Card. Charles Maung Bo, SDB. “Siempre buscamos el bien de nuestro pueblo”. El cardenal, a través de su llamamiento, invita a todos a “elevar nuestras manos y nuestros corazones al Todopoderoso, para ser sanados”. Unámonos como una comunidad, que la compasión se convierta en la religión común en estos días oscuros. Trascendiendo nuestras identidades religiosas y confesionales, reunámonos en encuentros de oración interconfesionales en línea. Apoyémonos mutuamente con la oración continua”.
 

El cardenal Bo continúa exhortando a la Iglesia católica a seguir rezando incesantemente, “llevemos a cabo la adoración, las cadenas del Rosario en las familias y las comunidades. Llamemos a la puerta divina, para derretir los corazones de todos, para traer la paz y la reconciliación que llevan a la curación”.
“Encomendamos nuestro pueblo a la protección de Dios”, concluye el cardenal. “Dejemos que la mano divina venga, bendiga nuestro país y proteja a nuestro pueblo de las pandemias y otras calamidades. Convirtámonos en guerreros de la oración, sanémonos a nosotros mismos. Que la mano sanadora de Dios nos toquea todos y traiga salud a toda la población”.
 

“Creemos en el poder de la oración, el arma de los pobres a los que no se les concede ningún derecho, y nos unimos a los obispos y al pueblo de Myanmar en esta acción”, ha dicho el padre Dinh Anh Nhue Nguyen, secretario general de la Pontificia Unión Misional, director de la Agencia Fides y director del Centro Internacional de Animación Misionera (CIAM). “Por ello, las Obras Misionales Pontificias organizamos el pasado 29 de junio en el CIAM, junto con la Asociación de sacerdotes, religiosos y religiosas birmanos en Roma, un encuentro de oración por la paz en Myanmar, con el rezo del Rosario en italiano y birmano compartido a través de una plataforma online con todo el mundo”.


“Seguimos lo que sucede de cerca, rezando y haremos todo lo posible para apoyar a la comunidad y permanecer cerca de la población en dificultad, compartiendo el Evangelio de la esperanza de Cristo”, concluye el p. Dinh Anh Nhue Nguyen.
 

Según los datos oficiales del país, las muertes relacionadas con el coronavirus han alcanzado las 10.000, los contagios están fuera de control y no hay indicios de que se vaya a detener la crisis política y social que siguió al golpe militar del 1° de febrero. Las autoridades sanitarias locales han informado de 3.689 nuevos contagios y 330 muertes, lo que supone un total de 306.354 casos, de los cuales 10.061 fallecidos. Sin embargo, muchos médicos advierten que las cifras oficiales no reflejan la nefasta realidad que vive el país debido al colapso del sistema sanitario y a la limitada capacidad para realizar pruebas. Los suministros de oxígeno escasean entre la población, y el ejército, que niega la falta de suministros, ha prohibido la venta directa a pacientes o familiares.