Seúl, COREA DEL SUR (Agencia Fides, 04/03/2019) - "Aunque la cumbre entre Estados Unidos y Corea
del Norte no ha generado un acuerdo mutuo satisfactorio, esperamos que
los diálogos entre Corea del Sur, Corea del Norte y Estados Unidos se
reanuden lo antes posible, para que el camino hacia la paz en la
península coreana continúe", dijo a la Agencia Fides, el p. Matthias
Young-Yup Hur, portavoz de la Arquidiócesis de Seúl y director de la
Oficina de Comunicaciones Sociales de la diócesis de la capital
surcoreana.
P. Young-Yup Hur hizo alusión a las palabras del cardenal Andrew Yeom,
Soo-jung, arzobispo de Seúl y administrador apostólico de la Diócesis de
Pyongyang, pronunciadas en la homilía durante la reciente misa para
conmemorar el centenario del Movimiento por la Independencia del 1° de
marzo: "La paz es lo más importante y delicado que nosotros, el pueblo
coreano, debemos establecer en la península coreana hoy. Sin embargo,
para mejorar realmente las relaciones entre el Sur y el Norte y lograr
una verdadera reconciliación para el pueblo coreano, en primer lugar
debemos lograr la integración social. Es decir, nuestro pueblo debe
reconciliarse y estar unido en primer lugar en nuestras mentes. La
Iglesia coreana se esforzará por llevar la paz y la reconciliación al
pueblo coreano, rezando por la intercesión especial de Nuestra Señora de
la Paz, patrona de la diócesis de Pyongyang".
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, expresó su convicción de que
Estados Unidos y Corea del Norte llegarán finalmente a un acuerdo sobre
la desnuclearización, a pesar del fracaso de la cumbre entre Donald
Trump y Kim Jong Un, que se celebró en Vietnam los días 27 y 28 de
febrero. "La segunda cumbre norcoreano-americana, aunque decepcionante
en sus resultados, fue una oportunidad para confirmar los importantes
avances logrados a través del diálogo entre los dos países", dijo Moon
hoy, instando a las partes "a trabajar por una rápida reanudación del
diálogo, porque no queremos que continúe el estancamiento".
Como señal de distensión, Estados Unidos y Corea del Sur han cancelado
importantes ejercicios militares previstos para marzo, con el fin de
"apoyar los esfuerzos diplomáticos" con Corea del Norte. Estos
ejercicios conjuntos han sido durante mucho tiempo una fuente de
tensiones bilaterales en la península de Corea.