sábado, 30 de noviembre de 2019

Mensaje del Papa FRANCISCO a Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico en la fiesta de San Andrés

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 30 de noviembre de 2019).-  En el marco del tradicional intercambio de delegaciones para las respectivas fiestas de los santos patronos, el 29 de junio en Roma para la celebración de los Santos Pedro y Pablo y el 30 de noviembre en Estambul para la celebración de San Andrés, el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, encabeza la Delegación de la Santa Sede para la fiesta del Patriarcado Ecuménico. El Cardenal está acompañado por el Obispo Brian Farrell, Secretario del Dicasterio, y por Monseñor Andrea Palmieri, Subsecretario. En Estambul, se unió a la Delegación el Nuncio Apostólico en Turquía, el Arzobispo Paul F. Russell. La Delegación de la Santa Sede participó en la solemne Divina Liturgia presidida por Su Santidad Bartolomé en la Iglesia Patriarcal de San Jorge al Fanar y tuvo un encuentro con el Patriarca y conversaciones con la Comisión Sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia Católica.


El Cardenal Koch entregó al Patriarca Ecuménico un Mensaje autógrafo del Santo Padre, que leyó públicamente al concluir la Divina Liturgia y cuyo texto reproducimos a continuación:


MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO
A SU SANTIDAD BARTHOLOMÉ I EN OCASIÓN
DE LA FIESTA DE SAN ANDRÉS,
SANTO PATRÓN DEL PATRIARCADO ECUMÉNICO 


A Su Santidad Bartolomé
Arzobispo de Constantinopla
Patriarca Ecuménico


                Con gran alegría espiritual y en profunda comunión de fe y caridad, me uno a la oración de la Iglesia de Constantinopla para celebrar la fiesta de su santo patrono, el apóstol Andrés, el primer llamado y hermano del apóstol Pedro.  Mi cercanía espiritual se manifiesta una vez más este año con la presencia de una delegación de la Iglesia de Roma, a la que he confiado la expresión de mis más cálidos saludos y mis mejores deseos a Su Santidad, a los miembros del Santo Sínodo, al clero, a los monjes y a todos los fieles reunidos en la solemne Liturgia Divina en la Iglesia Patriarcal de San Jorge.  A través de la delegación, transmito la seguridad de la firme intención de la Iglesia Católica, así como la mía propia, de continuar con nuestro compromiso de trabajar por el restablecimiento de la plena comunión entre los cristianos de Oriente y Occidente.


                Este año se cumple el cuadragésimo aniversario de la fundación de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, inaugurada conjuntamente por el Patriarca Dimitrios I y el Papa san Juan Pablo II durante la visita de este último al Fanar con ocasión de la fiesta de San Andrés.  Durante estos años, la Comisión Mixta Internacional ha dado muchos pasos importantes.  Por lo tanto, transmito mi más sincera gratitud a todos sus miembros actuales y pasados por su dedicado compromiso.  En particular, recuerdo con gratitud al Metropolitano Stylianos, que durante muchos años fue el copresidente ortodoxo de la Comisión, y que a principios de este año murió con la esperanza de la resurrección prometida a todos aquellos que han depositado su confianza en Dios.  Durante su visita al Fanar, el Papa san Juan Pablo II declaró que "la pregunta que debemos hacernos no es si podemos restablecer la plena comunión, sino si tenemos derecho a permanecer separados" (Discurso a Su Santidad Dimitrios I, San Jorge en el Fanar, 30 de noviembre de 1979).  Esta pregunta, aparentemente retórica, sigue desafiando a nuestras Iglesias y exige que todos los fieles respondan con una renovación tanto de actitud como de conducta.


                La búsqueda del restablecimiento de la plena comunión entre católicos y ortodoxos no se limita ciertamente al diálogo teológico, sino que se realiza también a través de otros canales de la vida eclesial.  Nuestras relaciones se nutren sobre todo de gestos auténticos de respeto y estima mutuos (cf. Rm 12,9).  Tales acciones muestran una fidelidad compartida a la palabra de nuestro único Señor Jesucristo y la voluntad de permanecer juntos en su amor (cf. Jn 15,10).  Esta caridad es fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5, 22) y marca de una vida cristiana auténtica (cf. Jn 13, 35).  Además, conscientes del único bautismo en el que hemos sido regenerados, de la única fe que nos anima y del único Espíritu Santo que nos guía (cf. Ef 4, 4-5), nuestra cercanía crece e intensifica cada vez que oramos unos por otros (cf. Stg 5, 16) y oramos juntos como hermanos (cf. Mt 18, 19-20).  Finalmente, nuestra relación se hace madura cuando, obedientes al mandato de Cristo resucitado de llevar el Evangelio a todas las criaturas y curar a los enfermos (cf. Mc 16, 15-18), católicos y ortodoxos trabajan juntos en el anuncio de la Buena Nueva y en el servicio a los necesitados.  La Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa ya se han embarcado en este prometedor camino, como lo atestiguan nuestras iniciativas conjuntas.  Confío también en que en los contextos locales todos nosotros fortalezcamos cada vez más el diálogo diario de amor y vida en proyectos espirituales, pastorales, culturales y caritativos compartidos.


                Amado hermano en Cristo, a quien me une una sincera y fraterna amistad, estas son sólo algunas de las esperanzas y sentimientos que llenan mi corazón y que deseo compartir con ustedes en esta alegre ocasión.  Unidos en la oración al Apóstol Andrés, os renuevo a vosotros y a todos los presentes mis mejores deseos, e intercambio con vosotros un abrazo santo en Cristo Señor nuestro.



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Audiencia a los participantes del Encuentro Mundial «Yo Puedo»

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 30 de noviembre de 2019).-   Esta mañana, en el Aula Pablo VI, en el Vaticano, el Santo Padre FRANCISCO ha recibido en Audiencia a los participantes en el Encuentro Mundial "Yo puedo", un proyecto promovido por la  FIDAE (Federación de Institutos de Actividades Educativas)  e inspirado en la Encíclica del Papa Laudato si', que tiene lugar del 26 al 30 de noviembre en Roma.


Texto del discurso que el Papa dirige a los presentes durante el encuentro:


 DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PARTICIPANTES EN EL ENCUENTRO MUNDIAL "YO PUEDO"

Aula Pablo VI
Sábado, 30 de noviembre de 2019


Queridos niños y niñas, queridos maestros y queridos padres:


Os saludo a todos y os doy las gracias por estar aquí hoy al final de vuestro encuentro mundial. En particular, me gustaría agradecer a la Presidenta de FIDAE sus palabras introductorias.


Me gusta ver en vuestro trabajo diario la belleza en acción. Una belleza formada por el compartir de tantos pequeños gestos. Me viene a la mente el arte del mosaico, en el que tantas teselas se integran para formar una imagen más grande. Vistos de cerca, esas piedrecitas parece que no tuvieran sentido, pero juntas crean una visión asombrosa.


En nuestra tradición judía y cristiana, la belleza y la bondad están unidas, son inseparables. Por ejemplo, en el libro del Génesis leemos que Dios -en la creación- separa los diferentes elementos del mundo, la luz de las tinieblas, la tierra de las aguas... Puebla la tierra de plantas y de animales y, cuando todo está listo, crea al hombre y a la mujer. Al final de la creación de cada cosa se lee: "Dios vio que era bueno y para el hombre y la mujer: "Dios vio cuanto había hecho, y todo era muy bueno" (Gn 1,31).


El término "bueno" en hebreo tiene un valor muy amplio y puede traducirse no sólo como bueno sino también como armonioso. Es una armonía polifónica, formada por la belleza, la bondad y el compartir. La creación nos sorprende por su esplendor y variedad y, al mismo tiempo, nos vuelve a poner con los pies en la tierra, haciéndonos comprender cuál es nuestro papel en el mundo frente a tanta grandeza.


Cuando miramos con asombro y admiración el cielo y las estrellas, o ante el murmullo de un arroyo con sus aguas cristalinas, nuestra mente se siente llevada a contemplar al autor de tal belleza (cf. Sab 13, 3), un tesoro dado a la humanidad, que a su vez debe cultivarlo y custodiarlo (cf. Gn 2, 15). En la Sagrada Escritura, por tanto, hay una relación muy estrecha entre bello y bueno, entre  belleza y bondad entendida como servicio a los demás.


Así como Dios puso a disposición de los seres humanos  la obra de su creación, así los mismos seres humanos encuentran su plena realización dando vida a una "belleza compartida". Nos encontramos ante una "llave" del universo, de la que también depende su supervivencia: esta llave es el plan de la alianza de Dios. Se trata de reconocer la intención que está escrita en la belleza de la creación, es decir, el deseo del Creador de comunicar, de ofrecer un mensaje maravilloso a quienes pueden interpretarlo, es decir, a nosotros los seres humanos.


No debemos hacernos la ilusión de que podemos" sustituir una belleza irreemplazable e irrecuperable, por otra creada por nosotros... (Enc. Laudato sí, 34). No podemos correr el riesgo de Prometeo. Quizás ya hayáis escuchado la historia de este joven que, aunque de buena fe, quiere convertirse casi en una divinidad. Quiere reemplazar a Dios. A veces también nosotros, sin darnos cuenta, caemos en esta tentación, cuando nuestro "yo" se convierte en el centro de todo y de todos. En cambio, queridos amigos, este proyecto vuestro, inspirado en la Encíclica Laudato si', dice con razón que no podemos ser nosotros mismos sin el otro y sin los otros. No debemos dejarnos engañar y caer en la trampa de la exclusividad. Vosotros habéis entendido que "Yo puedo" debe convertirse en "nosotros podemos juntos". ¡Juntos es más bello y más eficaz! Yo puedo, nosotros podemos, juntos.


Juntos, ciertamente, con los profesores. Un cordial saludo y agradecimiento a todos los profesores que acompañan este proyecto con su precioso trabajo. Juntos nos preparamos para el Pacto Mundial sobre la Educación y para el evento que tendrá lugar en Roma el 14 de mayo de 2020. Todos estamos llamados a construir una "aldea global de la educación", - es bonita esta palabra: “aldea mundial de la educación” ¿Qué palabra era? (la repiten todos) ¡No oigo bien! (la repiten otra vez) ¡Ahora sí!´- donde quien la habita genera una red de relaciones humanas, que son la mejor medicina contra todas las formas de discriminación, violencia y bullying. En esta gran aldea, la educación se convierte en portadora de fraternidad y creadora de paz entre todos los pueblos de la familia humana, y también de diálogo entre sus religiones.


Juntos, naturalmente, con los padres. Esto es decisivo para el éxito de vuestras iniciativas. Los padres no sólo contribuyen a la realización final sino que, al mismo tiempo, participan en el proyecto educativo a través de una bella confrontación hecha de curiosidad y novedad. Los adultos también podemos aprender de los jóvenes que, en todo lo que concierne a la conservación de la naturaleza,  están a la vanguardia .Gracias a las madres y padres por su contribución y su paciente apoyo.


Queridos chicos y chicas, veo en vosotros una confianza valiente. Sí, la confianza y el valor de un proyecto de mejora ambiental y social que se vuelve concreto; un proyecto que pueda dejar su huella. Habéis tomado la decisión acertada: habéis apartado la vista de la pantalla de vuestro  teléfono móvil y os habéis arremangado para servir a la comunidad. ¡Y también habéis puesto vuestros móviles al servicio de este compromiso! La creatividad y la imaginación han hecho que vuestras iniciativas sean todavía más interesantes. Habéis demostrado que la inteligencia artificial por sí sola no puede proporcionar el calor humano que todos necesitamos. Todavía recuerdo cuando, durante el Sínodo de los Jóvenes, dos chicas presentaron paso a paso las actividades de vuestro proyecto.


Lo que me gusta tanto –viendo como sonríen vuestros ojos- es que habéis preferido la solidaridad, el trabajo común y la responsabilidad a tantas otras cosas que el mundo os ofrece. Efectivamente, es así: algunas cosas te divierten un rato, y luego basta. En cambio, este compromiso juntos os da una satisfacción que se queda dentro. Esto es también fruto de un método educativo que involucra a la cabeza, a las manos y al corazón, es decir, a nuestras diferentes dimensiones, que siempre están conectadas entre sí. Por eso me parecéis más felices que los que lo tienen todo y no quieren dar nada.  Vosotros sois más felices de los que quieren todo y no dan nada. Sólo a través del dar se puede alcanzar la felicidad (cf. Hechos 20:35).


Gracias. Os agradezco vuestra visita y os  bendigo de todo corazón. Gracias.


Y ahora de pie, todos, en silencio recemos unos por otros, todos, desde nuestro corazón la oración y pidamos al Señor, pidamos a Dios que nos bendiga a todos. Amén.

 












Link:
http://w2.vatican.va/content/francesco/it/events/event.dir.html/content/vaticanevents/it/2019/11/30/progetto-yopuedo.html


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Audiencia a los participantes en el Encuentro Internacional promovido por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 30 de noviembre de 2019).-  Esta mañana, en el Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre FRANCISCO ha recibido Audiencia,- al término de los trabajos - a los participantes en el Encuentro Internacional La Iglesia en salida. Recepción y perspectivas de la Evangelii Gaudium, promovido por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, celebrado en el Vaticano del 28 al 30 de noviembre de 2019.


Texto del discurso que el Papa ha dirigido a los presentes durante el encuentro:


DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PARTICIPANTES AL ENCUENTRO INTERNACIONAL
"LA IGLESIA EN SALIDA".
RECEPCIÓN Y PERSPECTIVAS DE LA EVANGELII GAUDIUM

Aula de las Bendiciones
Sábado, 30 de noviembre de 2019


Queridos hermanos y hermanas,


En estos días os habéis encontrado numerosos, venidos de muchas partes del mundo, para retomar en vuestras manos la Evangelii gaudium. Os  lo agradezco y agradezco al obispo Fisichella sus palabras y también que lleve adelante esta tarea. Estoy seguro de que llevaréis a casa con entusiasmo los frutos de estos días de encuentro.


Quisiera deciros muy sencillamente: la alegría del Evangelio brota del encuentro con Jesús. Cuando nos encontramos con el Señor es cuando nos inundamos de ese amor del que sólo Él es capaz. Entonces, " cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero. Allí está el manantial de la acción evangelizadora. “(Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 8). Porque en ese momento la necesidad de proclamarlo surge espontáneamente, se vuelve irrefrenable, incluso sin palabras, con el testimonio. Así comenzó la evangelización, en la mañana de Pascua, con una mujer-apóstol, María Magdalena que, después de haber encontrado a Jesús resucitado, el Viviente, evangelizó a los Apóstoles. Estaba en la tumba de Jesús con tantos sentimientos tristes en su corazón: al dolor por la pérdida del Maestro se sumaba el temor por el futuro y el desconcierto por la presunta violación de la tumba. Pero su llanto se convirtió en alegría, su soledad en consuelo después de encontrar en Jesús el amor que nunca defrauda, que nunca abandona ni siquiera ante la muerte, que da la fuerza para encontrar lo mejor de sí mismo. Es verdad para todos: "nuestra tristeza infinita sólo se cura con un infinito amor " (ibíd., 265).


La experiencia de tantas personas en nuestros días no dista mucho de la de María Magdalena. La nostalgia de Dios, de un amor infinito y verdadero, está enraizada en el corazón de cada hombre. Necesitamos a alguien que nos ayude a revivirlo. Necesitamos ángeles que, como fue para María Magdalena, traigan buenos anuncios: ángeles de carne y hueso que se acerquen para enjugar lágrimas, para decir en el nombre de Jesús: "¡No tengáis miedo! (cf. Mt 28,5). Los evangelizadores son como ángeles, como ángeles custodios, mensajeros del bien que no dan respuestas inmediatas, sino que comparten el interrogante de la vida, el mismo que Jesús dirigió a María llamándola por su nombre: "¿A quién buscas? (Jn 20,15). A Quién buscas, no qué buscas, porque las cosas no bastan para vivir; para vivir se necesita el Dios del amor. Y si con este amor suyo pudiéramos mirar en los corazones de las personas que, por la indiferencia que respiramos y del consumismo que nos aplana,  a menudo nos pasan por delante como si nada, podríamos ver ante todo la necesidad de este Quien, la búsqueda de un amor que dure para siempre, la pregunta sobre el sentido de la vida, sobre el dolor, la traición, la soledad. Son inquietudes para las que no bastan las recetas y los preceptos; es necesario caminar, es necesario caminar juntos, es hacerse compañeros de viaje.


El que evangeliza, efectivamente, nunca puede olvidarse de que siempre está en camino, a la búsqueda con los demás. Por lo tanto, no puede dejar a nadie atrás, no puede permitirse el lujo de mantener a distancia al que va despacio,  no puede encerrarse en su pequeño grupo de relaciones agradables. El que  anuncian no busca huir del mundo, porque su Señor amó tanto al mundo que se entregó, no para condenarlo, sino para salvarlo (cf. Jn 3, 16-17). El que anuncia hace suyo el deseo de Dios, que suspira por el que está lejos. No conoce enemigos, sólo compañeros de viaje. No se yergue como maestro, sabe que la búsqueda de Dios es común y debe ser compartida, que la cercanía de Jesús nunca se niega a nadie.


Queridos hermanos y hermanas, que el temor de equivocarnos y el miedo de  recorrer senderos nuevos nunca nos detenga. En la vida todos nos equivocamos. ¡Todos! Es normal, No hay prioridades que anteponer al anuncio  de la Resurrección, al kerigma de la esperanza. Nuestras pobrezas no son obstáculos, sino instrumentos preciosos, porque la gracia de Dios ama manifestarse en la debilidad (cf. 2 Co 12, 9). Necesitamos confirmarnos en una certeza interior, en la "convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fracasos " (ibíd., 279). Debemos creer verdaderamente que Dios es amor y que, por lo tanto, no se pierde ninguno de sus trabajos realizados con amor, no se pierde ninguna de sus preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de amor a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa paciencia (cf. ibíd.). Para difundir el anuncio debemos ser sencillos y ágiles como en los Evangelios de Pascua: como María, que no ve el momento de decir a los discípulos: "¡He visto al Señor! (Jn 20,18); como los Apóstoles, que corren al sepulcro (cf. Jn 20,4); como Pedro, que se tira de la barca hacia Jesús (cf. Jn 21,8). Necesitamos una Iglesia libre y sencilla, que no piense en el retorno de  imagen, en la conveniencia y en las entradas, sino a estar en salida. Alguien decía que la verdadera Iglesia de Jesús para ser fiel debe tener siempre un déficit en el presupuesto. Es bueno. El déficit.


Pensemos en los primeros cristianos, que tenían a todos en contra, eran perseguidos y sin embargo no se quejaban del mundo. Leyendo el Nuevo Testamento, vemos que no se preocupaban por defenderse de un imperio que los condenaba a muerte sino por anunciar a Jesús, incluso a costa de sus vidas. No nos dejemos entristecer, pues, por las cosas que no van bien, por las fatigas, por las incomprensiones, por las habladurías, no: son pequeñas cosas frente a "la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús nuestro Señor " (cf. Flp 3,8). No nos dejemos contagiar por el derrotismo según el cual todo va mal: no es el pensamiento de Dios. Y los tristes no son cristianos. El cristiano sufre tantas veces, pero no cae en la tristeza profunda del alma. La tristeza no es una virtud cristiana. El dolor sí lo es. Para no dejarnos robar por el entusiasmo del Evangelio, invoquemos cada día al Autor, el Espíritu Santo, el Espíritu de la alegría que mantiene vivo el ardor misionero, que hace de la vida una historia de amor con Dios, que nos invita a atraer al mundo sólo con el amor, y a descubrir que la vida sólo se puede poseer dándola, se posee en la pobreza de darla, de despojarse de uno mismo. Y también, la sorpresa, la maravilla de ver que antes de que nosotros llegásemos, el Espíritu Santo ha llegado ya y nos espera allí.


Os doy las gracias de todo corazón por el bien que hacéis. Os bendigo y os pido que recéis por mí. Gracias.









 

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Audiencia a los participantes en el curso organizado por el Tribunal de la Rota Romana

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 30 de noviembre de 2019).-  Esta mañana, el Papa FRANCISCO ha recibido en Audiencia, en el Palacio Apostólico Vaticano, a los participantes en el Curso de formación para la protección del matrimonio y la atención pastoral de las parejas heridas, promovido del 26 al 30 de noviembre de 2019 por el Tribunal de la Rota Romana en el Palazzo della Cancelleria.


Texto del discurso del Santo Padre a los presentes durante el encuentro:


DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PARTICIPANTES AL CURSO DE FORMACIÓN
PROMOVIDO POR EL TRIBUNAL DE LA ROTA ROMANA


Sala Clementina
Sábado, 30 de noviembre de 2019


Queridos hermanos y hermanas:

Me alegra recibiros al final de este curso, que espero sea fructífero para vuestra preparación y competencia. Agradezco a Su Excelencia Mons. Pinto y a los ponentes que os han transmitido contenidos teológicos y procedimientos canónicos importantes para los esposos y para la vida de la Iglesia de hoy.
El tema del curso reunía dos aspectos cruciales: la protección del matrimonio y la atención pastoral a las parejas heridas.

Inconscientemente, nos sentimos atraídos inmediatamente por este segundo aspecto, porque es ante todo aquí, donde se manifiesta la atención solícita y materna de la Iglesia, de ayer y de hoy, ante las diversas situaciones dolorosas que una pareja de esposos puede encontrar a lo largo de su camino. Las que han sido expuestas son tipologías que no pueden ser tratadas con un enfoque meramente burocrático, casi mecánico. Se trata más bien de entrar en la vida de las personas que sufren y tienen sed de serenidad y de felicidad personal y de pareja.

Las heridas del matrimonio hoy -como sabemos- provienen de muchas causas diferentes: psicológicas, físicas, ambientales, culturales....; a veces son causadas por el cierre del corazón humano al amor, por el pecado que nos toca a todos. No voy a insistir en esto. Sólo quiero decir que estas causas cavan surcos profundos y amargos en el corazón de las personas implicadas, heridas sangrantes, ante las cuales la Iglesia no podrá pasar nunca de largo mirando hacia otro lado.

Por eso la Iglesia, cuando se encuentra con estas realidades de parejas heridas, antes que nada llora y sufre con ellas; se acerca con el aceite del consuelo, para calmar y sanar; quiere cargar sobre sí misma el dolor que encuentra. Y si, luego, se esfuerza por ser imparcial y objetiva en la búsqueda de la verdad de un matrimonio roto, la Iglesia nunca es ajena, ni humana ni espiritualmente, a los que sufren. Nunca llega a ser impersonal o fría ante estas historias de vida tristes y turbulentas Por eso, incluso en sus procedimientos canónicos y jurisprudenciales, la Iglesia busca siempre y sólo el bien de las personas heridas, busca la verdad de su amor; piensa solamente en  sostener su felicidad justa y deseada, que, antes de ser un bien personal al que todos aspiramos humanamente, es un don que Dios reserva para sus hijos y que viene de Él.

De ahí que  toda causa eclesiástica que enfrenta un matrimonio herido, y por ende los operadores, los jueces, las partes implicadas, los testigos, deben confiarse siempre en primer lugar al Espíritu Santo, para que, guiados por Él, puedan escuchar con el justo criterio, ser capaces de examinar, discernir y juzgar. ¡Y esto es muy importante! Un proceso no es algo matemático, sólo para ver qué motivo pesa más que el otro. No. El Espíritu Santo debe guiar el proceso, siempre. Si no hay Espíritu Santo, lo que hacemos no es eclesial.

El curso en el que habéis participado ha considerado también y sobre todo el cuidado atento y vigilante de la Iglesia para que el matrimonio de los esposos cristianos sea el que el Señor Jesús quiso que fuera. San Pablo lo resumió comparándolo con la unión de Cristo con la Iglesia, su cuerpo, al que ama como esposa con amor inquebrantable hasta el punto de sacrificarse en la cruz (cf. Ef 5, 21-33), para que se cumpla la voluntad del Padre de hacer de toda la humanidad la familia de Dios.

Y por eso, aunque el matrimonio pueda llenar a los esposos cristianos de alegría y de plenitud humana y espiritual, no deben olvidar nunca que están llamados, como individuos y como pareja, a caminar siempre en la fe, a caminar en la Iglesia y con la Iglesia, a caminar juntos por el camino de la santidad. En efecto, en el Nuevo Testamento el matrimonio cristiano se vive como un camino de fe, como la unión íntima de los esposos, que son las "columnas" de la Iglesia doméstica [1].

De este camino en el Espíritu, de su luz que calienta y satisface el corazón humano, nace ese precioso e indispensable ministerio de los esposos en la Iglesia, cada vez más necesario hoy en nuestras comunidades parroquiales y diocesanas. Un ministerio que tiene su origen en el sacramento; un ministerio misionero que proclama que Cristo está vivo y actúa; un ministerio que llama generosamente a la vida a nuevas criaturas, nuevos hijos de Dios.

Este Sacramento no se improvisa. Es necesario prepararse desde novios. No basta con que los novios cristianos se preparen para el matrimonio alcanzando una buena integración psicológica, afectiva, relacional y de proyectos, necesaria también para la estabilidad de su futura unión. También deben alimentar y aumentar progresivamente en sí mismos esa llamada específica a modelarse a sí mismos como esposos cristianos. Esto significa cultivar, dentro de la vocación cristiana, la vocación particular a ser discípulos misioneros como esposos, testigos del Evangelio en la vida familiar, laboral y social, donde el Señor los llama; la vocación a manifestar la belleza de su pertenencia a Él y a dar razón de ese "más" de vida y de amor que es la epifanía en el mundo de la esperanza cristiana ofrecida por Cristo. El Concilio Vaticano II, el Magisterio de la Iglesia, pero antes que nada  la Palabra de Dios son los que indican  este alta meta apostólica y misionera inherente al Sacramento del Matrimonio. Y mirando este horizonte es cómo los novios pueden crecer, nutriéndose de  la oración, de la Eucaristía y de la Reconciliación, de la preocupación sincera por los demás, de la dedicación a los hermanos que encuentran.

Los dos santos esposos Aquila y Priscila, amigos y colaboradores de Pablo, son un bello ejemplo de esta vocación al apostolado conyugal. Les dediqué la catequesis en la audiencia general el pasado 13 de noviembre.

El apóstol Pablo encontró en los discípulos  Aquila y Priscila preciosos cooperadores, elegidos  y llamados no por él, sino por el Señor. Así, el obispo, el párroco, el diácono permanente y su esposa, que preparan a los novios, deben ayudarlos a ser células vivas y apostólicas de las comunidades parroquiales.

La Iglesia, en su estructura parroquial, es concretamente una comunidad de familias, llamadas a ser, como Aquila y Priscila, testigos del Evangelio en ese territorio.  Y aquí también es el Espíritu Santo obra esta sinergia, y por tanto hay que invocar al Espíritu también para este proceso apostólico, que no es fácil, pero no es imposible. Animo a los pastores, obispos y sacerdotes a promover, apoyar y acompañar este proceso, para que la Iglesia se renueve, convirtiéndose cada vez más en una red capilar de comunidades de familias que son testigos y misioneros del Evangelio.

Queridos hermanos y hermanas, os bendigo de corazón a cada uno de vosotros y a vuestro servicio eclesial y social. Yo rezo por vosotros; y vosotros también, por favor, rezad por mí. ¡Gracias!

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[1] Cf. Conc. Vat. II, Constitución Pastoral. Gaudium et spes, 48-50; Juan Pablo II, Exhort. Familiaris consortio, 39; Exhortación apostólica post-sinodal. Amoris laetitia, 311.






 

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Audiencias y Nombramiento del Santo Padre [Sábado 30 de noviembre de 2019]

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 30 de noviembre de 2019).-  El Santo Padre FRANCISCO ha recibido esta mañana en Audiencia a:


- Emmo. Card. Marc Ouellet, P.S.S., Prefecto de la Congregación para los Obispos.


- Emmo. Card. Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.


- Participantes en el curso del Tribunal de la Rota Romana.


- Participantes en el encuentro organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.


- Participantes en el encuentro de los niños del proyecto "Yo Puedo".


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Así mismo en otros Actos Pontificios hoy el Papa ha nombrado Nuncio Apostólico en las Islas Marshall, Islas Marshall, Kiribati, Nauru y Tonga a Su Excelencia Reverendísima Monseñor Novatus Rugambwa, Arzobispo titular de Tagaria, Nuncio Apostólico en Nueva Zelanda, Fiji, Palau y Delegado Apostólico en el Océano Pacífico.

Visita del Papa FRANCISCO la Ciudadela de la Caridad con ocasión del 40º aniversario de la fundación de la Caritas diocesana en Roma

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 30 de noviembre de 2019).-  Ayer por la
tarde el Papa FRANCISCO visitó la Ciudadela de la Caridad con ocasión del 40º aniversario de la fundación de la Cáritas diocesana. A su llegada, a las 16.00 horas, el Pontífice fue recibido por el Cardenal Vicario Angelo De Donatis, por el Obispo Auxiliar para el Sector Oriental, S.E. Mons. Gianpiero Palmieri, y por el Director de la estructura,  Don Benoni Ambarus.


Antes de entrar en la Capilla dedicada a Santa Jacinta para rezar unos momentos, Don Benoni Ambarus resumió al Papa la historia de la Santa  y la particularidad de la Capilla cuyo altar y ambón fueron realizados por Don Andrea Santoro, el Sacerdote romano asesinado en Turquía en 2006.


Después de una breve visita al ambulatorio dental  y al emporio de la solidaridad de la Ciudadela de la Caridad, el Papa FRANCISCO entró en el comedor donde se reunió con los huéspedes de la Casa de Acogida "Santa Jacinta", a quienes saludó individualmente


Luego se trasladó a la sala grande donde había una representación de los huéspedes de los 52 centros de Caritas en Roma, acompañados por operadores y voluntarios. Después del saludo de Don Benoni Ambarus, la entrega de un regalo al Papa, las intervenciones de un voluntario y un huésped de uno de los centros de acogida, el Santo Padre pronunció un breve discurso.


Al final del encuentro después de la oración y la bendición final, el Papa FRANCISCO regresó  al Vaticano.


Texto de las palabras de saludo que el Santo Padre dirigió a algunos de los huéspedes de la Casa de Acogida "Santa Jacinta" y el discurso improvisado durante el encuentro con una representación de los huéspedes, trabajadores y voluntarios de los 52 centros de Caritas en Roma:


VISITA DEL SANTO PADRE A LA CIUDADELA DE LA CARIDAD


PALABRAS DEL SANTO PADRE FRANCISCO


Viernes, 29 de noviembre de 2019


Palabras de saludo del Santo Padre


Gracias. Gracias a todos por su bienvenida. Me alegro de veros aquí. ¡Muchísimas gracias! Seguid juntos, ayudándoos unos a otros, porque esto es bueno para el corazón. Cuando el corazón se detiene, no hay vida. Y el corazón de la amistad debe estar siempre en movimiento, porque así es la vida. Y este es el signo de la fraternidad, de la amistad. Gracias por estar aquí y rezad por mí. Y que Dios os bendiga a todos. ¡Gracias!


Discurso improvisado por el Santo Padre


Gracias por vuestra acogida, por estar aquí. Gracias a todos.

Se dijeron dos palabras que me sorprendieron. Ella[operadora del Centro de Escucha de Extranjeros] habló de las personas vulnerables, de la vulnerabilidad. Me di cuenta de que había encontrado una relación con la vulnerabilidad de la gente. Y esto es porque sabe que ella también es vulnerable. La vulnerabilidad nos une a todos. Todos somos vulnerables, y para trabajar en Caritas hay que reconocer esa palabra, pero reconocerla hecha carne en el corazón. Venir a pedir ayuda es decir: "Yo soy vulnerable"; y ayudar bien, se hace solamente desde la propia vulnerabilidad. Es el encuentro de heridas diferentes, de debilidades diferentes, pero todos somos débiles, todos somos vulnerables.  También Dios quiso hacerse vulnerable por nosotros. Es uno de nosotros y ha sufrido: no tener casa donde nacer, sufrió persecución, escapar a otro país, un emigrante;  ha sufrido la pobreza. Dios se hizo vulnerable. ¡Y por eso podemos hablar con Jesús, porque es uno de nosotros!

Y esta es la palabra que ha dicho Don Benoni[Director de Caritas Roma]: podemos tener intimidad con Jesús porque es uno de nosotros, itinerante. Caminar con Jesús en la vida, porque tenemos el mismo documento de identidad: vulnerables, amados y salvados por Dios. Este es el camino. No podemos ayudar a los pobres, no podemos acercarnos a los pobres a distancia. Debemos tocar, tocar las llagas; son las llagas de Jesús. Es misterioso: cuando tocas esa llaga, te das cuenta de la tuya. Y esta es la gracia que nos dan los pobres, la gracia que nos da la vulnerabilidad de los pobres: saber que nosotros también somos vulnerables. Esto es hermoso, porque significa que también nosotros necesitamos salvación, necesitamos que alguien nos diga una buena palabra: los voluntarios, también  los sacerdotes... Todos necesitamos un hermano Jesús; necesitamos esa intimidad itinerante, para caminar con Jesús.

Gracias a todos por mostrar que tenemos el mismo carnet de identidad. Cada uno tiene su propia vulnerabilidad, pero el apellido es el mismo: vulnerable. Y esto es grande y hermoso, porque, ¿qué significa? que necesitamos salvación, necesitamos cuidados. Y Dios no nos salva con un decreto. Dios no salva caminando con nosotros, acercándose a nosotros en Jesús. Esto es la salvación. Gracias por decir esa palabra, "vulnerable", que nos une a todos. Y gracias a ti[Don Benoni] por hablar de la "intimidad itinerante" con Jesús. Me hizo bien escucharos. Las dos preguntas que me hiciste me las he olvidado. Me ha salido decir esto.¡ Y adelante! ¡Adelante así!.


Don Benoni:

Para los próximos 40 años....


Papa FRANCISCO:

Pero vine aquí en el Jubileo de la Misericordia, ¿no?


Don Benoni:

El 18 de diciembre de 2015, no aquí, en Via Marsala, para la apertura de la Puerta Santa.


Papa FRANCISCO:

Ah, sí. La apertura.... Cerca de Termini. ¿Y esto es nuevo?


Don Benoni:

Son dos cosas diferentes.


Papa FRANCISCO:

Bravo. Ahora hace de cartero de Nuestra Señora. Que lo explique él. De acuerdo.


Don Benoni:

¿Quiere decir unas palabras sobre Caritas para los próximos 40 años? Lo que es esencial, lo que hay que anunciar.... El Evangelio de la caridad....


Papa FRANCISCO:

El Evangelio debe anunciarse  con el testimonio, no con los argumentos, el proselitismo.... No. Debe ser anunciado con el testimonio. Jesús nos dejó un ejemplo de testimonio para los próximos 40 años: ese hombre, que no era religioso,[se refiere a la parábola del Buen Samaritano, Lucas cap. 10] tal vez pensó que no era religioso, no sé, ese hombre encuentra en el camino a uno malherido por los ladrones, y lo cuida, lo lleva a la posada... Es interesante: Jesús no cuenta las palabras pronunciadas por este hombre; sólo dice que "tuvo compasión", lo que significa sufrir con. Lo recoge, lo lleva, habla con los posaderos, lo cuida un poco y dice: "Tengo que irme, pero en dos días volveré". Le da dos monedas[al posadero y le dice]: "Si se necesita algo más, lo pagaré". Pienso: ese posadero, ¿qué habrá pensado? ¡Este está loco! Esa es la palabra que me gustaría decirte: locura. Locura de amor, locura de ayudar, locura de compartir la vulnerabilidad con los vulnerables. No lo sé. Locura. "Pero estos sacerdotes, en vez de quedarse en la iglesia, diciendo misa,  de estar tranquilos, se mueven tanto.... ¡Están locos!” – “¡Bravo, están locos! Este es el programa: locos. Pensad en el posadero.
Ahora le pediré al Señor que os bendiga a todos, a todos vosotros.
Que Dios os bendiga a todos y oos acompañe en el camino de la vida. Amén.




























Link:
http://w2.vatican.va/content/francesco/it/events/event.dir.html/content/vaticanevents/it/2019/11/29/visita-cittadella-carita.html

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viernes, 29 de noviembre de 2019

Programa de la Visita del Papa FRANCISCO al Santuario Franciscano de Greccio (1° de diciembre de 2019)

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 29 de noviembre de 2019).- Programa de la Visita del Papa FRANCISCO al Santuario Franciscano de Greccio el 1° de diciembre de 2019.



VISITA DEL SANTO PADRE FRANCISCO 
AL SANTURARIO FRANCISCANO DE GRECCIO

1° DE DICIEMBRE DE 2019


P R O G R A M A



Horas 15.15 Salida en helicóptero del helipuerto del Vaticano.
Horas 15.45 Aterrizaje en la explanada del Santuario Franciscano de Greccio (Rieti).
El Santo Padre se desplaza en automóvil a la explanada ante el Santuario donde lo reciben:
 S.E. Mons. Domenico Pompili, Obispo de Rieti.
- Padre Francesco Rossi, O.F.M., Guardián del Santuario Franciscano.
Horas 16.00 En la Gruta del Santuario:
Oración y firma de la Carta sobre el Belén.
A continuación en la iglesia del Santuario:
Celebración de la Palabra.
Horas 17.00 Salida de Greccio y regreso al Vaticano.
 

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Promulgación de los Decretos de la Congregación para las Causas de los Santos

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 29 de noviembre de 2019).-  Ayer
28 de noviembre de 2019, el Papa FRANCISCO recibió en Audiencia a Su Eminencia Reverendísima el Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Durante la Audiencia, el Sumo Pontífice autorizó a dicha Congregación a promulgar los decretos pertinentes:


- el milagro, atribuido a la intercesión del Beato Luigi Maria Palazzolo, Sacerdote, Fundador del Instituto de las Hermanas de las Pobrecillas - Istituto Palazzolo; nacido el 10 de diciembre de 1827 en Bérgamo (Italia) y fallecido el 15 de junio de 1886.


- el milagro, atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Olinto Marella, Sacerdote diocesano; nacido el 14 de junio de 1882 en Pellestrina (Italia) y fallecido el 6 de septiembre de 1969 en San Lazzaro di Savena (Italia).


- el milagro, atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Giuseppe Ambrosoli, Sacerdote profeso de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, nacido en Ronago (Italia) el 25 de julio de 1923 y fallecido el 27 de marzo de 1987 en Lira (Uganda).


- el martirio de los Siervos de Dios Cayetano Giménez Martín y 15 compañeros, Sacerdotes y laicos, asesinados por odio a la fe, durante la guerra civil en España, en 1936.


- el martirio del Siervo de Dios Jan Franciszek Macha, Sacerdote Diocesano; nacido el 18 de enero de 1914 en Chorzów (Polonia) y asesinado, por odio a la fe, en Katowice (Polonia) el 3 de diciembre de 1942;.


- las virtudes heroicas del Siervo de Dios Ovide Charlebois, de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, Obispo titular de Berenice, Vicario Apostólico de Keewatin; nacido el 17 de febrero de 1862 en Oka (Canadá) y muerto el 20 de noviembre de 1933 en Le Pas (Canadá).


- las virtudes heroicas del Siervo de Dios Michael Wittmann, Obispo titular de Miletopoli y Auxiliar de Regensburg; nacido el 22 de enero de 1760 en Finkenhammer (Alemania) y fallecido el 8 de marzo de 1833 en Regensburg (Alemania).


- las virtudes heroicas del Siervo de Dios Olinto Fedi, Sacerdote diocesano, Fundador de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada; nacido el 3 de octubre de 1841 en Signa (Italia) y muerto allí el 23 de enero de 1923.


- las virtudes heroicas del Siervo de Dios Giacomo Bulgaro, religioso profeso de la Orden de los Frailes Menores Conventuales, nacido el 29 de enero de 1879 en Corticelle di Pieve (Italia) y fallecido el 27 de enero de 1967 en Brescia (Italia).


- las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Giovanna Maria Battista Solimani (nacida: Maria Antonia), monja, Fundadora de las Monjas Romitas de San Juan Bautista y de los Misioneros de San Juan Bautista; nacida el 12 de mayo de 1688 en Génova (Italia) y allí fallecida el 8 de abril de 1758.


- las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Ana de Jesús de Lobera (nacida: Ana), Monja profesa de la Orden de las Carmelitas Descalzas; nacida el 25 de noviembre de 1545 en Medina del Campo.

Audiencia a los Miembros de la Comisión Teológica Internacional

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 29 de noviembre de 2019).-  Esta mañana, en el Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre FRANCISCO ha recibido en Audiencia a los Miembros de la Comisión Teológica Internacional.


Texto del discurso que el Papa ha dirigido a los presentes durante la Audiencia:


DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS MIEMBROS DE LA COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL


Sala del Consistorio
Viernes, 29 de noviembre de 2019


Queridos hermanos y hermanas, buenos días:


Me alegra encontraros y doy las gracias a vuestro presidente, el cardenal Ladaria, por las palabras que me ha dirigido en vuestro nombre. Habéis llegado al final del noveno quinquenio de trabajo, pero sobre todo a un aniversario importante, el quincuagésimo aniversario de la Comisión: cincuenta años de servicio a la Iglesia. Os felicito por este Jubileo, que permite hacer memoria agradecida de vuestra historia.


Como recordaba Benedicto XVI en su mensaje, la Comisión fue inaugurada por san Pablo VI como fruto del Concilio Vaticano II, para crear un nuevo puente entre la teología y el Magisterio. Desde el principio, eminentes teólogos han sido miembros de la misma, contribuyendo eficazmente a este fin. Así lo confirma el voluminoso conjunto de documentos publicados: veintinueve textos, puntos de referencia para la formación y la reflexión teológica. En el último quinquenio habéis elaborado dos textos relevantes. El primero ofrece una clarificación teológica sobre la sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia. Habéis mostrado cómo la práctica de la sinodalidad, tradicional pero siempre renovada, es la puesta en práctica, en la historia del Pueblo de Dios en camino, de la Iglesia como misterio de comunión, a imagen de la comunión trinitaria. Como sabéis, este tema me interesa mucho: la sinodalidad es un estilo, es un caminar juntos, y es lo que el Señor espera de la Iglesia del tercer milenio. Y os agradezco vuestro documento, porque hoy se piensa que hacer sinodalidad es tomarse de la mano y echarse a andar, festejar con los chicos...., o hacer una encuesta de opinión: “¿Qué se piensa del sacerdocio de las mujeres?”. En la mayor parte, es así, ¿no? La sinodalidad es un camino eclesial que tiene un alma que es el Espíritu Santo. Sin el Espíritu Santo no hay sinodalidad. Y habéis hecho un buen trabajo para ayudar en esto. Gracias.


El segundo documento propone un discernimiento sobre las diferentes interpretaciones actuales de la libertad religiosa. Si, por un lado, hay quienes todavía la impiden o se oponen abiertamente a ella, privando al ser humano de un derecho incomparable, por el otro, como habéis subrayado, circula la idea de un Estado “éticamente neutro” que, en una liquidez ambigua, corre también el riesgo de conducir a una injusta marginación de las religiones de la vida civil en detrimento del bien común. Esta es todavía la herencia de la Ilustración en su nueva edición. El respeto sincero de la libertad religiosa, cultivado en un diálogo provechoso entre el Estado y las religiones, y entre las mismas religiones, es más bien una gran contribución al bien de todos y a la paz. Además de estos dos ámbitos, habéis reflexionado sobre la sacramentalidad como estructura constitutiva del encuentro entre Dios y el hombre, subrayando la necesidad de superar las diversas formas de disociación entre fe y vida sacramental.


El trabajo y la forma en que se ha llevado a cabo corresponden a la intención que hace cincuenta años presidió el nacimiento de la Comisión. A propuesta de la primera asamblea del Sínodo de los Obispos, san Pablo VI quiso ampliar la fecunda colaboración entre Magisterio y teólogos que había marcado las reuniones conciliares. También deseaba que la diversidad de culturas y vivencias eclesiales enriqueciera la misión confiada por la Santa Sede a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En efecto, como teólogos procedentes de contextos y latitudes diversos, sois mediadores entre la fe y las culturas, y de este modo participáis en la misión esencial de la Iglesia: la evangelización. Tenéis, con respecto al Evangelio, una misión generadora: estáis llamados a sacarlo a la luz. Efectivamente, os ponéis a la escucha de lo que el Espíritu dice hoy a las Iglesias en las diversas culturas para sacar a la luz aspectos siempre nuevos del misterio inagotable de Cristo, en el cual «están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia» (Col 2,3). Y luego ayudáis a los primeros pasos del Evangelio: preparáis sus caminos, traduciendo la fe para el hombre de hoy, para que cada uno pueda sentirla más cerca y se sienta abrazado por la Iglesia, tomado de la mano allí donde está, y acompañado para saborear la dulzura del kerigma y su novedad intemporal. La teología está llamada a esto: no es una disquisición catedrática sobre la vida, sino la encarnación de la fe en la vida.


Después de cincuenta años de intenso trabajo aún queda un largo camino por recorrer, pero recorriéndolo la Comisión cumplirá su vocación de ser también un modelo y un estímulo para aquellos ―laicos y clérigos, hombres y mujeres― que quieran dedicarse a la teología. Porque solamente atrae una teología bella, que tenga el aliento del Evangelio y no se contente con ser meramente funcional. Y para hacer una buena teología no hay que olvidar nunca sus dos dimensiones constitutivas. La primera es la vida espiritual: sólo en la oración humilde y constante, en la apertura al Espíritu Santo se puede comprender y traducir el Verbo y hacer la voluntad del Padre. ¡La teología nace y crece de rodillas! La segunda dimensión es la vida eclesial: sentir en la Iglesia y con la Iglesia, según la fórmula de San Alberto Magno: «In dulcedine societatis, quaerere veritatem» (en la dulzura de la fraternidad, buscar la verdad). La teología no se hace individualmente sino en comunidad, al servicio de todos, para difundir el buen sabor del Evangelio a los hermanos y hermanas de nuestro tiempo, siempre con dulzura y respeto.


Y quiero reiterar al final una cosa que ya os he dicho: el teólogo debe ir adelante, debe estudiar lo que va más allá; también debe hacer frente las cosas que no son claras y arriesgarse en la discusión. Esto entre los teólogos. Pero al pueblo de Dios hay que darle el sólido “alimento” de la fe, no alimentar al pueblo de Dios con cuestiones controvertidas. La dimensión del relativismo, por así decirlo, que siempre estará presente en la discusión, debe permanecer entre los teólogos ―es vuestra vocación― pero nunca llevarla al pueblo, porque entonces el pueblo pierde su orientación y pierde la fe. Al pueblo, siempre el alimento sólido que nutre la fe.


Cincuenta años: renuevo mi gratitud por lo que hacéis y por cómo lo hacéis, y os deseo, con la ayuda de la Virgen, Sede de la Sabiduría, que prosigáis con alegría vuestra misión. Os doy mi bendición y os pido que sigáis rezando por mí. Gracias.










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