Baghdad, IRAK (Agencia Fides, 26/11/2019) – Las protestas que sacuden Irak desde hace dos
meses se han convertido en un punto de referencia nacional, y en un país
debilitado por la guerra, la corrupción y los problemas económicos, la
crisis sociopolítica se ha vuelto “insostenible” y debe resolverse con
urgencia, si se quiere evitar que el país entre en un túnel con
resultados impredecibles”. Esta es la alarma lanzada por el patriarca
caldeo Louis Raphael Sako ante los continuos disturbios en las calles
que parecen empujar al país hacia una verdadera crisis sistémica.
En su discurso, publicado el lunes 25 de noviembre a través de los
canales oficiales del Patriarcado caldeo, el Patriarca ha definido las
manifestaciones como “un movimiento popular pacífico, que no tiene nada
que ver con las consideraciones de partidos y sectas”. Estos jóvenes, ha
agregado el primado de la Iglesia caldea, expresan su desesperación con
respecto a la autoridad política, porque desde 2003 (el año de la
intervención militar liderada por Estados Unidos que condujo al final
del régimen de Saddam Hussein) de tal autoridad no han obtenido nada más
que discursos y promesas, al mismo tiempo que se han extendido la
corrupción y la mentalidad sectaria, además del acaparamiento privado de
los recursos del país".
En su pronunciamiento, el Patriarca invita a los líderes políticos a
crear una "unidad de crisis" para detener primero el derramamiento de
sangre de los iraquíes, y luego comenzar a construir un estado fuerte",
que proteja a sus ciudadanos con sus derechos y dignidad". Luego el
patriarca ha recordado que en Irak "la autoridad religiosa expresó su
apoyo a tales solicitudes en el sermón del viernes 15 de noviembre". Se
trata de una referencia al Gran Ayatolá Ali al Sistani, quien en su
última intervención pública pidió a las autoridades políticas que actúen
rápidamente para responder a los reclamos de los manifestantes,
considerados legítimos por el principal líder religioso de Irak.
La afinidad de criterio y juicio entre el Patriarca y el Gran Ayatolá es
importante dentro de este contexto de crisis, que muchos analistas leen
como un choque entre diferentes áreas y fuerzas del Islam chiíta en
Irak. En el choque entre las formaciones chiítas pro iraníes y las que
desean distanciarse de Irán (estas últimas coinciden en gran medida con
el bloque político-religioso que pertenece al líder chií Muqtada
al-Sadr), el Ayatolá al Sistani parece querer asumir una posición
intermedia, con la intención de garantizar la unidad nacional y al mismo
tiempo satisfacer las peticiones de reforma y lucha contra la
corrupción endémica que sostienen los manifestantes.