CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 28/11/2019) – Continúan a ritmo incesante en la Universidad Pontificia Urbaniana, los
trabajos del Congreso internacional “De la Maximum illud a la Evangelii
gaudium”, “sobre la urgencia de la transformación misionera de la
Iglesia”.
La sesión de esta mañana ha sido inaugurada por el Prof. Mauro Ceruti,
de la Universidad IULM de Milán, quien ha hablado sobre los “Nuevos
escenarios. Comunidad de destino y humanismo planetario”. Estamos
participando en el nacimiento de una comunidad planetaria - ha señalado
el profesor-, una densa red de interacciones, extendida y difundida por
toda la superficie del planeta, que afecta profundamente la vida diaria
de cada habitante de la Tierra de formas impredecibles. El "destino
común" de los pueblos de la "gran familia humana" es una discontinuidad
radical que marca la nueva condición humana surgida en la era de la
globalización. Esta condición trae consigo nuevos (y extremos) peligros,
pero también nuevas posibilidades. Ante peligros sin precedentes, la
humanidad “debe” por primera vez, salir de la era de la guerra y la
pobreza. Para este fin, es necesaria la construcción de una nueva
"cultura de la complejidad". Se trata de una
profunda discontinuidad en la evolución cultural de la humanidad. Por
primera vez en la historia humana, precisamente en el peligro se ven
reunidas las condiciones para superar la historia hecha de guerras: las
potencias de muerte, de hecho, se han fortalecido hasta tal punto que
hacen posible una autoaniquilación global de la humanidad. Hoy el
desafío es comenzar a concebir y a vivir, la comunidad planetaria de
forma positiva: el desafío es considerar la pertenencia común a un
entrelazamiento global de interdependencias como la única condición
adecuada para garantizar y mejorar la calidad de vida de los pueblos y
de las personas; el desafío es transformar el hecho de la
interdependencia planetaria en la tarea de construir una "civilización
de la Tierra", de inaugurar una evolución antropológica hacia la
convivencia y la paz. Y el problema de la paz no puede separarse del
problema de la pobreza, el problema de la pobreza no puede separarse del
problema de la
justicia.
El padre Alexandre Awi Mello, Secretario del Dicasterio Vaticano para
los Laicos, la Familia y la Vida, ha ilustrado el tema: "Bautizados y
enviados. La vocación evangelizadora de los movimientos laicos y
eclesiales”. Los fieles laicos, como participantes en la misión
profética, sacerdotal y pastoral de Cristo - ha reiterado-, son enviados
como protagonistas de la transformación misionera de la Iglesia,
querida por la Evangelii gaudium y solicitada en la Maximun illud. En
tiempos de secularización, los laicos son evangelizadores
particularmente aptos para asegurar la adecuada relación entre la
Iglesia y el mundo, como dice el Vaticano II. Para hacer frente a este
desafío, los movimientos eclesiales, con su fuerte impronta laica y
misionera, constituyen una oportunidad providencial y ofrecen un valioso
servicio a la Iglesia y a la sociedad.
La profesora Mi Jung Agnes Kim, del Centro Sèvres, Facultés Jésuites de
Paris, ha abordado "La sinodalidad de la misión en el mundo de hoy". La
profesora, ha presentado un análisis de la evolución de la Iglesia, de
la Misión y de la sociedad en los últimos 100 años, en otras palabras,
la evolución del paradigma de la misión de la Maximum IIlud a la
Evangelii Gaudium a través de la Ad Gentes. Después de identificar el
cambio en la sociedad y la transformación de la Iglesia, ha ilustrado
que paradigma de la misión sería apropiado para el mundo de hoy,
aportando indicaciones para esta transformación de la Iglesia a partir
de las diversas intervenciones del Papa Francisco. Al abrir muchos
Sínodos sobre diversos temas, el Papa ha resaltado constantemente el
horizonte de una Iglesia sinodal como modelo eclesial para el tercer
milenio. En la parte final de su ponencia, la profesora ha dado algunas
pistas sobre cómo pensar concretamente a la sinodalidad en la
misión entre el clero, las congregaciones religiosas y los laicos.