Chiang Mai, TAILANDIA (Agencia Fides, 25/11/2019) – “Ha sido una experiencia extraordinaria. La
gente estaba motivada, preparada y consciente de la naturaleza
excepcional de este acontecimiento. La última visita de un Papa se
remonta a hace 35 años. Las parroquias han hecho todo lo posible para
organizarse y participar. Incluso desde las lejanas tierras del norte,
desde donde hacen faltas dias de viaje para llegar, han viajado hasta
aquí, a pesar de estar en plena temporada de cosecha de arroz,
fundamental para el sustento de las poblaciones rurales”: así lo explica
Don Attilio de Battisti, misionero fidei donum en Chiang Mai, a la
Agencia Fides haciendo balance de la visita extraordinaria del Papa
Francisco a Tailandia, que ha podido seguir de cerca.
“La visita del Papa ha conmovido un poco a todos. El mundo católico se
ha esforzado por mostrar con orgullo su fe, sus símbolos, sus rituales,
sus referencias. El mundo budista ha tratado de comentar, presentar y
explicar a la población los contenidos de la religión católica y su
historia. Todos han quedado encantados con los gestos proféticos del
papa Francisco en varias ocasiones. Son gestos inusuales en la cultura
tailandesa, muy solemne y rígida en lo que se refiere a protocolo. Los
canales de televisión estatales, las estaciones de radio, las redes
sociales han transmitido constantemente fotos, cobertura en vivo, gestos
y expresiones del Santo Padre en los diversos encuentros oficiales”.
Don Attilio continúa explicando: “toda Tailandia ha mostrado lo mejor de
su estilo y cultura. Se podría estudiar el alma tailandesa a partir de
cualquiera de los eventos vividos: el orden por las calles, la
seguridad, la disciplina, el refinamiento, los trajes, la música, las
expresiones de alegría. Vivo en Tailandia desde hace casi 12 años y he
podido repasar la esencia de la cultura tailandesa, la misma que a veces
nos pone en dificultad cuando tratamos de "inculturar" el mensaje
cristiano en la pastoral. Visto desde afuera, emerge la figura de una
Tailandia revestida de gala y formal. En realidad, la espiritualidad y
el estilo de vida del tailandés común son sobrios y están bien
arraigados en las tradiciones. El Papa ha demostrado que conoce bien las
claves sensibles de la gente, incluso de clase alta, ha destacado los
valores y los méritos sin descuidar las exhortaciones y las indicaciones
pastorales que se tendremos que retomar con calma. La misma barrera
lingüística (el Papa siempre ha hablado en español) obligará a releer y
repasar muchos pasajes cruciales. Han sido dos días muy intensos, para
nada faciles para una persona con más de ochenta años de edad cargado de
responsabilidad, pero todos memorizados con cuidado y afecto”.
El misionero escribe a Fides: “debe reconocerse que la Iglesia local no
solo ha sabido organizar muy bien un evento complicado y articulado por
los protocolos oficiales, sino que también ha sabido vivir de la mejor
forma posible el valor misionero de la visita. Ha preparado materiales
distribuidos de forma gratuita para todos, gestionado la comunicación
con gran competencia y precisión, involucrado la base, escuelas, grupos,
empresas. Incluso las personas sencillas han querido contribuir con lo
que tenían: las motos para transportar a los peregrinos de forma
gratuita a lo largo de las calles cerradas al tráfico, en las casas se
compartía comida y bebida con cualquiera que pasara, todos decoraban las
calles y rincones, los estudiantes animaban pequeñas plazas y
aparcamientos, las instalaciones escolares de Bangkok estaban a
disposición de los viajeros cansados y a los grupos llegados de lejos”.
El misionero concluye diciendo que se siente "feliz y afortunado de
haber participado en esta visita. A pesar del pequeño número de la
comunidad católica en este país, se ha podido ver el espíritu de
colaboración y amor por el bien de toda la nación, así como por los
‘invitados’. Llegaron miles desde Vietnam, Camboya, Malasia, Laos,
países que difícilmente podrán recibir al Santo Padre por razones
políticas. La gente de Myanmar, que recientemente dio la bienvenida al
Papa en su tierra, también han querido participar. Muchos obispos de la
Federación de Conferencias Episcopales de Asia se han reunido para un
encuentro con el Papa, y Dios nos ha bendecido con un clima
decididamente moderado y tolerable”.