Belén, PALESTINA (Agencia Fides, 20/02/2019) – Todavía no se han superado los problemas que
podrían hacer peligrar el semestre académico en la Universidad de Belén.
El centro, dirigido por los Hermanos de las escuelas cristianas y
impulsado en los años 70 en parte por iniciativa del Papa Pablo VI como
una herramienta de formación para jóvenes palestinos en la ciudad donde
nació Jesús, vive una época difícil marcada por un enfrentamiento entre
las autoridades administrativas y los representantes de los estudiantes,
por los costes de gestión y el aumento de la contribución económica
solicitada a los estudiantes. En declaraciones a Fides, Michel Sansur,
Vicepresidente Ejecutivo de la Universidad, a la Agencia Fides, indicó
que “estamos tratando con representantes de los estudiantes para
encontrar una solución a los problemas y convencer a todos para que
regresen a las clases y reanuden las clases. Si esto no sucede, el
Ministerio de Educación de Palestina ha anunciado que cancelará
el semestre de nuestra Universidad, dado que no se ha llevado a cabo el
número mínimo de horas requeridas para reconocer la validez académica de
los cursos”.
La crisis de la Universidad de Belén se ha precipitado en las últimas
semanas. El 6 de febrero, el hermano Peter Bray, vicerrector de la
Universidad, anunció la suspensión indefinida de los cursos
universitarios en el semestre que comenzó el 18 de enero pasado, debido a
las repetidas interrupciones de las lecciones. Los representantes de
los estudiantes han considerado hasta ahora no concluyentes las
negociaciones que se iniciaron con la Administración de la Universidad
para hablar sobre “el aumento de las tarifas para la formación de
estudiantes de las facultades de Enfermería y Ciencias de la Educación”,
y restaurar las formas de pago de las tarifas requeridas a los
estudiantes.
El aumento de las tarifas entró en vigor en 2016. La Universidad de
Belén financia más de la mitad del coste de los cursos con dinero de
fuentes externas. En una carta recientemente publicada por las
autoridades universitarias recordaron además que la Universidad Católica
“debería recibir 1.3 millones de dólares cada año de la Autoridad
Palestina, pero esto no está sucediendo”.
Sobre la difícil situación creada en la Universidad de Belén pesan
además el aumento de los costes de las actividades de formación fuera de
la Universidad, -como las que se realizan en los centros de salud
palestinos-, y, por lo tanto, también indirectamente, los recortes de
fondos y para ayudar a la Autoridad Palestina y a los palestinos
decretados por la actual Administración de los Estados Unidos.
En enero de 2018, informaron las fuentes oficiales del Patriarcado
Latino de Jerusalén, Estados Unidos congeló 65 millones de dólares en un
paquete de ayuda de 125 millones de dólares a la agencia de la ONU para
la ayuda y el desarrollo de los refugiados palestinos (UNRWA) y el 25
de agosto recortaron 200 millones de dólares de ayuda a la Autoridad
Palestina destinada al gobierno, la sanidad, la educación y la
financiación para la sociedad civil.