CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 26/02/2019) - "La Iglesia de Kazajistán y Asia Central ha cambiado poco
estructuralmente en los últimos cinco años, pero pensamos que puede
crecer un poco más. Todavía no sabemos cómo, pero tenemos el deseo y la
esperanza de encontrar inspiración para la obra de evangelización. Al
mismo tiempo, vivimos estos días con gran entusiasmo: creo que para cada
uno de nosotros esta visita a la Santa Sede no debe ser un viaje
administrativo, sino una peregrinación de espiritualidad y comunión",
dijo a la Agencia Fides José Luís Mumbiela Sierra, obispo de Almaty, en
ocasión de la visita ad Limina apostolorum de los obispos de Asia
Central, que tiene lugar del 25 de febrero al 4 de marzo.
Mumbiela ilustró la situación de la Iglesia Católica en Kazajstán que,
según datos de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos,
tiene 112.500 feligreses divididos en cuatro diócesis (Astana, Almaty,
Karaganda, Administración Apostólica de Atyrau): "La vida cristiana
continúa, continuamos nuestro camino de crecimiento. En la diócesis de
Almaty, en este año 2019, tenemos por un lado la idea de crear nuevas
parroquias, y por otro lado la idea de crear nuevos proyectos pastorales
y caritativos. Además, este año nos dedicaremos al Sagrado Corazón de
Jesús: será un momento de carácter espiritual, pero también de
crecimiento formativo, que tendrá como objetivo conocer el corazón de
Cristo para conocer cada vez mejor el corazón humano. En estas
actividades contaremos con el apoyo de dos nuevos sacerdotes que
llegarán en los próximos meses", explicó.
Los fieles de la diócesis de Almaty, además, serán apoyados en su camino
también por modelos de santidad vinculados a la historia de la Iglesia
local. Al respecto Mumbiela dijo: "Pedimos a un pintor kazajo que
pintara un cuadro dedicado a los frailes menores franciscanos que
murieron mártires en el siglo XIV en lo que hoy es la frontera entre
Kazajstán y China: había una antigua diócesis, cuya sede está
actualmente en territorio chino, pero que es un testimonio de la
presencia histórica de los católicos en Kazajstán. Esto nos recuerda que
nuestra fe no sólo está ligada a la llegada de alemanes y polacos
durante el régimen soviético, sino que tiene sus raíces en la historia
más antigua del país. Aunque estos franciscanos no hayan sido
beatificados, con esta imagen, de la que también hemos hecho grabados
para la devoción privada, queremos responder al deber de venerar, como
niños, a los que han dado su vida por nuestra fe en esta tierra".
La presencia católica en Kazajistán está estrechamente ligada a las
comunidades étnicas que llegaron al país con las deportaciones
soviéticas, pero al mismo tiempo con el aumento del número de católicos
locales. A este respecto, el obispo señaló: "Este año tenemos la
intención de iniciar la catequesis sobre el anuncio cristiano en lengua
kazaja. La lengua rusa está muy extendida en Kazajstán, por lo que hemos
garantizado el servicio pastoral en esta lengua, pero ahora surge la
necesidad de una proclamación cristiana en kazajo: veremos qué frutos
puede aportar, pero es un signo importante para nuestra Iglesia local".
El gobierno kazajo tiene una política muy precisa sobre las religiones:
"Hay algunas restricciones más que hace unos años, por miedo al
fundamentalismo y al extremismo violento. Lo entendemos y por eso nos
unimos a la búsqueda del bien común del país. La situación en la que
vivimos es alegre, podemos trabajar con tranquilidad, ciertamente con
algunos límites administrativos, que son para el bien de todos. Vivimos
en serenidad la relación con otras religiones: pronto queremos entregar
simbólicamente a los representantes de las diversas comunidades
presentes en la nación el documento final de la visita del papa a Abu
Dhabi. Es sólo un gesto de amistad, para fortalecer las buenas
relaciones y el diálogo islámico-cristiano, pero a nivel público es una
señal que puede valer más de mil predicaciones", concluyó monseñor.