El Paso, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (Agencia Fides, 27/02/2019) – Con una oración ante el muro y la bendición en
la frontera México-Estados Unidos, los obispos y sacerdotes de ambos
países lanzaron un "grito de misericordia" ayer, 26 de febrero, para los
inmigrantes que intentan cruzar la frontera.
En el marco de la reunión de los Obispos de las diócesis de la frontera
norte de México y Texas, el Obispo de El Paso,
Mons. Mark Seitz y el Instituto Frontera de la Esperanza convocaron a
participantes en el área de Sunland Park, en Nuevo México (Estados
Unidos), que limita con Anapra, Municipio de Juárez (México).
El padre Robert Stark, de la sección de migrantes y refugiados del
Ministerio de Desarrollo Humano Integral del Vaticano, participó en la
ceremonia interreligiosa por la justicia y la paz, su labor fue examinar
la situación en persona. "Nuestra fe dice que debemos construir puentes
y no muros, esta es nuestra misión", dijo el Padre Stark, quien invitó a
los fieles a reconocer, respetar y promover los derechos de las
personas que huyen de sus países que buscan refugio por razones de
seguridad.
En su discurso durante la ceremonia, Mons. Seitz dijo: "El desierto
habla, porque en esta tierra està la sangre de muchos de los que
intentaron cruzarlo para encontrar una vida digna, y podemos escuchar el
grito de la tierra diciendo que Nuestras políticas tienen consecuencias
".
Bajo el lema "Los tiempos oscuros llaman al pueblo de Dios a ser
audaces",
docenas de religiosos y laicos han rechazado el muro y las
barreras de hormigón con alambre de púas que se han instalado en los
puentes internacionales. En su discurso, el obispo Seitz pidió orar por
los migrantes y evitar otras muertes, como las de los niños Jakelin y
Felipe, niños guatemaltecos que murieron al cruzar el desierto mientras
se encontraban bajo la custodia de la patrulla fronteriza. Mostrando las fotografías de los pequeños en su mano
izquierda, el Obispo dijo: "No podemos permitir más tragedias como
estas.
Del lado mexicano, el padre Bill Morton, presentó su testimonio y pidió a
la comunidad de las dos naciones que acogieran a los migrantes: hay
1.500 en Juárez, y ayer en Casas Anunciación, en El Paso, han llegado
otros 670.