Karachi, PAKISTÁN (Agencia Fides, 26/02/2019) - “Condenamos los ataques terroristas en
Cachemira, pero también cualquier reacción armada: le pedimos a Dios que
cambie los corazones y a los hombres para detener cualquier acto que
pueda llevar a la guerra. Rezamos por las víctimas y por la paz entre la
India y Pakistán”, asegura a Fides el obispo Samson Shukardin OFM,
quien dirige la comunidad católica de la diócesis de Hyderabad. Después
del atentado de Cachemira del 14 de febrero, en el que murieron 42
soldados indios, aviones indios bombardearon un presunto “campo de
entrenamiento para extremistas” en territorio paquistaní. Este fue el
primer ataque de este tipo desde 1971, cuando los dos países entraron en
guerra tras la secesión de Bangladesh de Pakistán. El Ministerio de
Relaciones Exteriores de la India anunció que en el ataque “300
terroristas del grupo Jaish-e-Mohammed fueron asesinados”. Se trata de
un grupo yihadista sunita nacido en la India pero también con base en
Pakistán, que reivindicó el ataque terrorista.
Ante el temor a una escalada militar, el obispo Samson indica: “Ambos
países, India y Pakistán, deben respetarse mutuamente y deben ser
realistas, comprender la realidad y trabajar juntos por el bien. En
lugar de amenazarse mutuamente, los líderes de ambos países deben
trabajar dando prioridad al mantenimiento de la paz”. Y añade: “Instamos
a los líderes políticos de ambos estados a trabajar para resolver la
crisis actual a través de conversaciones en la mesa de negociación, en
lugar de acusarse mutuamente”.
India acusa a Pakistán de haber participado en el ataque terrorista del
14 de febrero. El Primer Ministro de Pakistán, Imran Khan, lo niega y ha
ofrecido a la India todo su apoyo para llevar a cabo una investigación.
El fraile capuchino Qaisar Feroz, Secretario Ejecutivo de la Comisión
de Comunicaciones Sociales de los Obispos Católicos de Pakistán, declara
a Fides: “Creo que los líderes políticos de ambos países deben usar la
buena voluntad política para resolver la cuestión de Cachemira. La
guerra nunca es el camino correcto: la paz y la distensión política
ciertamente traerán prosperidad en ambos lados de las fronteras, debemos
elegir el camino del diálogo y resolver los conflictos de manera
pacífica”.