Asunción, PARAGUAY (Agencia Fides, 28/02/2019) – "¡Basta de violencia y odio! ¡Cesen de matar a
sus hermanos!" Este es el título del comunicado de la Conferencia
Episcopal de Paraguay (CEP) que expresa la posición de los Obispos en el
país ante la situación de la población indígena, que llevó al asesinato
de uno de sus líderes el domingo 24 de febrero.
"Sentimos profundamente la muerte del líder indígena Francisco López, el
domingo pasado, en la Plaza de Armas, en el centro de Asunción, luego
de un violento ataque de asesinos sin piedad, a la familia y amigos de
Francisco López, a la comunidad indígena de Paraguay, aseguramos nuestro
apoyo y nuestra cercanía espiritual, en este difícil momento que
implica la pérdida de una vida humana. Deploramos la falta de asistencia
real del Estado de Paraguay para resolver de manera efectiva, real y
definitiva, el conflicto subyacente. , que es la falta de tierra, el
motivo de sus manifestaciones y su permanencia en la capital del país
durante varios meses", así aparece escrito en el texto enviado a la
Agencia Fides por la CEP, documento quie se firmó el 25 de febrero.
Los Obispos informan sobre la situación de inseguridad en que vive este
grupo de la población, piden que respete sus derechos y continúan
diciendo: "También rechazamos la omisión de garantías de las
instituciones responsables de proteger el orden y la seguridad de asedio
de los marginados que aprovechan la situación para atacar a los
hermanos indígenas".
El texto concluye con una solicitud: "Como Iglesia, instamos a las
autoridades, en particular al Instituto Nacional Indígena (INDI), a
redoblar sus esfuerzos para proteger a los hermanos indígenas y, en
particular, a satisfacer sus solicitudes legítimas. No podemos seguir
llorando la pérdida de vidas para aumentar la conciencia de la situación
crítica en la que viven los más vulnerables y que debería ser el centro
de atención preferencial, que nuestro Señor Jesucristo, con su amor
incondicional, nos proteja y nos brinde protección, sobre todo, a los
pueblos indígenas".
La situación de los pueblos indígenas en Paraguay es bastante compleja.
El gobierno había otorgado hectáres de tierra a los representantes de
estos grupos étnicos, pero no todos han podido administrar y mantener
estas propiedades.
Según los datos de la prensa especializada, los
terrenos ha cambado de propietarios: desde el pequeño "líder de la
comunidad" a los verdaderos empresarios de grandes territorios. En
algunos casos, la tierra tiene un doble título de propiedad, en otros,
la población indígena se ha convertido en inquilina de su tierra. Hay
casos en que el clan o la familia del "líder de la comunidad" se ha
convertido en el amo de la gente.
El gobierno, a través del Instituto Indígena (Indi), debe intervenir en
muchos de estos casos, pero en la práctica parece que no puede resolver
los problemas administrativos o legales de las propiedades. Mientras
tanto, la población está pidiendo la intervención urgente de las
autoridades para resolver el asunto.