Islamabad, PAKISTÁN (Agencia Fides, 01/04/2019) - “2020 será el año de la juventud”. Así lo
asegura a Fides el arzobispo de Islamabad Joseph Arshad, presidente
también de la Conferencia Episcopal de Pakistán. La Iglesia en Pakistán,
respondiendo a las indicaciones y desafíos lanzados durante el Sínodo
de los jóvenes, cree que las nuevas generaciones “pueden promover el
Evangelio de la paz a través de la amistad y la comunión entre los
jóvenes que pertenecen a varias religiones, grupos étnicos y culturas”.
Los jóvenes son “ciudadanos activos llamados a trabajar por la promoción
de la unidad y la armonía. Son responsables del cambio en la sociedad y
pueden desempeñar un papel vital en la nación”. A partir de estas
consideraciones, los obispos pakistaníes creen que “el factor clave para
la vida de los jóvenes es la educación”, a la que todos deben tener
acceso, especialmente los que provienen de comunidades religiosas
minoritarias. La educación es esencial “para
llevar la paz a la sociedad y luchar contra la injusticia y la
corrupción”.
El Año de los Jóvenes, que involucrará a todas las comunidades locales,
pretende “difundir los valores evangélicos de amor, esperanza, unidad,
paz y respeto mutuo para que los jóvenes puedan cultivar fácilmente la
unidad, la paz y la armonía en nuestra sociedad, ofreciendo un ejemplo
de convivencia entre personas de diferentes credos”.
En este marco, Cáritas Pakistán, junto con otras asociaciones como Jesus
Youth Paksitan, lanzó el proyecto Juventud por la paz, enviando a los
jóvenes a ser auténticos constructores de paz.
El mensaje, partiendo de los jóvenes cristianos, tiene como objetivo
llegar a los jóvenes musulmanes, hindúes y sikhs: “Somos el futuro del
país, queremos construir un mañana hecho de paz, justicia, tolerancia,
respeto por la dignidad inalienable de todos los seres humanos, sin
distinción de raza, religión, clase social”.
Como lo explicó la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal,
“trabajamos para crear la conciencia de que la armonía y la paz son un
bien común y una prioridad para toda la nación. Es esencial comenzar
este trabajo de sensibilización en las escuelas. La intolerancia y el
odio surgen muchas veces en los pupitres. El futuro de Pakistán depende
de cómo los valores de la paz y de la justicia permean la formación de
las nuevas generaciones”.