Dushambe, TAJIKISTÁN (Agencia Fides 27/11/2021) - Cuidar de los hijos de las presas: es el
compromiso de la Iglesia de Tayikistán en el campo de la pastoral
penitenciaria. A través de Cáritas y del apoyo de la red de Obras
Misionales Pontificias (OMP), la Iglesia local se ha hecho cargo del
cuidado de una guardería dentro de una prisión en el distrito de Norak.
Don Yormahmad Kholov, sacerdote local y director nacional de Cáritas
Tayikistán, comenta al respecto a la Agencia Fides: “El motivo principal
que nos llevó a entrar en las cárceles fue un proyecto de prevención y
tratamiento de la tuberculosis, una enfermedad muy extendida entre los
presos de todo el país. Conocer este mundo ha dado lugar a muchas ideas
de proyecto basadas en las necesidades reales que observamos en las
interacciones cotidianas en prisión: era imposible no dedicar nuestra
atención a una realidad particular como la de la división femenina.
Dentro de ella, para la comunidad católica era de especial interés la
gestión de la guardería para los hijos de las presas. Desde hace algunos
años, Cáritas lleva a cabo proyectos en esta zona concreta de la
prisión, pero mientras que antes sólo enviábamos alimentos, en los
últimos tiempos nos hemos centrado en las mejoras estructurales y
sanitarias”.
En particular, explica el sacerdote, se trataba de reparar el tejado y
las estancias comprometidas por las filtraciones de agua, que se
ramificaban desde la zona del jardín de infancia hacia gran parte de la
prisión. El proyecto fue financiado gracias a un crowdfunding iniciado
por "Missio USA", la Dirección Nacional de las OMP en Estados Unidos,
pero tiene su origen en la iniciativa de una señora residente en
Alemania. “Siempre estaremos infinitamente agradecidos - explica el
padre Kholov -, a la señora Godehard, que con sus donaciones periódicas
ha hecho posible que este jardín de infancia se beneficie de alimentos y
productos de primera necesidad. Las interacciones basadas en estas
pequeñas donaciones se han convertido en un proyecto a gran escala.
Curiosamente, la recaudación de fondos, que comenzó antes de la
pandemia, empezó muy lentamente, pero las donaciones aumentaron
rápidamente durante los meses de encierro. Queremos expresar nuestra
gratitud a
todos los que han contribuido”.
La guardería de la cárcel de mujeres acoge entre 3 y 20 niños, y la edad
oscila entre 0 y 3 años: algunos niños nacen en la cárcel.
La comunidad católica de Tayikistán tiene varias iniciativas dedicadas a
la atención de los presos. Entre otros proyectos, está el que se puso
en marcha en 2020 en colaboración con el personal médico de las
prisiones, que preveía la creación de una guarnición contra la
propagación del Covid-19 en la prisión de la ciudad de Qubodiyon: unas
12 mil personas se involucraron, entre presos y guardias de la prisión,
en acciones destinadas a "reforzar las unidades sanitarias para prevenir
y controlar la epidemia", como han declarado los responsables del
proyecto a la Agencia Fides.
La Iglesia tayika es una pequeña comunidad en un contexto social que es
musulmán en un 98%. Actualmente hay un centenar de fieles, repartidos
entre las dos parroquias de Dushambe y Qurǧonteppa. La presencia
católica en Tayikistán se remonta a los años 70. Los primeros creyentes
eran principalmente alemanes de Rusia, Ucrania y Lituania, deportados al
país durante la Unión Soviética. A causa del régimen comunista, durante
años las comunidades de Tayikistán estuvieron completamente aisladas de
la Iglesia universal. Fue el Papa Juan Pablo II quien estructuró la
presencia católica local al instituir la Missio sui iuris el 29 de
septiembre de 1997. En este contexto, el trabajo caritativo se inició ya
en 1983 por parte de pequeños grupos, que pasaron a formar parte
oficialmente de Cáritas en 2004.