Bagdad, IRAK (Agencia Fides, 25/10/2021) - En Irak, los bloques políticos antagónicos han
entrado en competición en la espinosa cuestión de los bienes inmuebles
arrebatados ilegalmente en los últimos años a los propietarios
cristianos y en las iniciativas tomadas para devolver las propiedades
sustraídas ilegalmente a sus legítimos dueños.
En los últimos días, los medios de comunicación iraquíes han dado un
nuevo énfasis a la campaña promovida por el movimiento sadrista en favor
de los ciudadanos cristianos y mandeos que habían sufrido la usurpación
arbitraria e ilegal de casas y tierras por parte de individuos o grupos
organizados en los últimos años. Hakim al Zamili, representante del
partido encabezado por el líder chiíta Muqtada al Sadr, que ganó las
elecciones políticas del 10 de octubre, ha informado de la evolución de
la iniciativa.
En particular, las actualizaciones de la campaña lanzada por el
movimiento sadrista se referían a la restitución a los propietarios
cristianos de una treintena de propiedades previamente usurpadas
ilegalmente en la zona de Bagdad. La prensa también ha informado de
operaciones similares previstas en las provincias iraquíes de Basora,
Nínive y Kirkuk.
Los recientes movimientos en la escena política iraquí han demostrado
claramente que la defensa de los derechos violados de los propietarios
cristianos no es exclusiva del partido sadrista. El lunes 22 de
noviembre, el juez Faiq Zidan, presidente del Consejo Judicial Supremo
-máximo órgano administrativo de la judicatura ordinaria- recibió a una
delegación del "Movimiento Bablonia", formación política que en las
elecciones del 10 de octubre obtuvo cuatro de los cinco escaños
reservados a los diputados de confesión cristiana. La delegación incluía a Ryan al Kildani, secretario general del Movimiento, y a
Evan Faeq Yakoub Jabro, ex ministro de Refugiados y Migración del
gobierno saliente de Mustafa al Kadhimi. Durante la reunión, informan
las fuentes del Consejo Judicial Supremo, las conversaciones se
centraron exclusivamente en los problemas relacionados con los bienes
inmuebles de los propietarios cristianos y las medidas a tomar para
proteger sus
derechos de propiedad. En esta ocasión, los representantes del
Movimiento de Babilonia también expresaron su plena confianza en el
trabajo del juez Zaidan.
A principios del 2021, como informó en su momento la Agencia Fides. El líder chiíta iraquí Muqtada al Sadr, dispuso la
creación de un comité encargado de recopilar y verificar noticias y
denuncias sobre casos de expropiación y apropiación no autorizada
sufrida en los últimos años por propietarios cristianos y mandeos (estos
últimos pertenecientes a una minoría religiosa que sigue doctrinas de
matriz agnóstica) en diversas regiones del país. El objetivo de esta
operación patrocinada por el líder chiita – se leía en el comunicado -
era restaurar la justicia, poniendo fin a las violaciones que afectan
los derechos de propiedad de los “hermanos cristianos”, también cuando
fueron cometidas por miembros del mismo movimiento Sadrista. La
solicitud de denunciar los casos de expropiaciones ilegales sufridas
estaba dirigida también a las familias de cristianos que habían
abandonado el país en los últimos años. El fenómeno de las casas y
tierras arrebatadas ilegalmente a sus legítimos propietarios cristianos,
se ha hecho posible y se ha afianzado gracias a la colusión y la ayuda
de funcionarios corruptos y deshonestos, que se ponen al servicio de
estafadores y grupos organizados que realizan fraudes. El robo “legalizado” de las propiedades de las familias
cristianas está estrechamente relacionado con el éxodo masivo de
cristianos iraquíes, tras la intervención militar liderada por Estados
Unidos para derrocar al régimen de Saddam Hussein. Los estafadores se
apoderan de viviendas y bienes que se han quedado vacías, contando con
la fácil predicción de que ninguno de los propietarios volverá a
reclamar la propiedad.
Ahora, los pasos que está dando el “Movimiento Babilonia” sugieren que
también la protección de la propiedad de los cristianos iraquíes podría
convertirse pronto en un área de competencia entre grupos y bloques
políticos opuestos. Una “competencia” que no parece estar exenta de la
tentación y de las ilusiones -cultivadas en diferentes ambientes y
formas- de hacer depender el presente y el futuro de los cristianos de
Irak y de Oriente Medio enteramente de la disponibilidad garantizada de
acceso al dinero y a los bienes inmuebles y de las pretensiones de su
propia importancia sociopolítica. Olvidando -como sugirió recientemente
el arzobispo palestino Michel Sabbah, patriarca emérito de Jerusalén de
los latinos, con palabras proféticas- que los interrogantes y también
las incertidumbres sobre el futuro de los cristianos en Oriente Medio
"no son una cuestión de números, aunque los números sean importantes,
sino que son una cuestión de fe”.