Florida, URUGUAY (Agencia Fides) - Durante la reciente Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU), celebrada del 10 al 16 de noviembre en la Casa de Ejercicios Jesús Buen Pastor de Florida, se ha elegido la nueva dirección para los próximos tres años (2022-2024). Mons. Arturo Fajardo, obispo de Salto, ha sido confirmado como presidente, el cardenal Daniel Sturla sdb, arzobispo de Montevideo, ha sido elegido vicepresidente y Mons. Heriberto Bodeant, obispo de Canelones, como secretario general. También se han elegido los responsables de los departamentos, comisiones y servicios del CEU.
Durante la Asamblea, los obispos han debatido los aspectos más
relevantes de la vida comunitaria, reuniéndose con representantes de las
distintas realidades. Entre los temas tratados se encuentran: la
atención a los sacerdotes ancianos y enfermos; las iniciativas a favor
de los emprendedores del país para promover negocios sostenibles,
basados en la dignidad de las personas y el bien común; los programas
que lleva a cabo Cáritas Uruguay para la promoción humana en las áreas
de la pastoral penitenciaria, la convivencia pacífica, la prevención de
adicciones y la pastoral social; los nuevos programas académicos de la
Universidad Católica; la formación de agentes de pastoral, otorgando un
título académico que tenga en cuenta su formación teológica, pastoral y
pedagógica.
Se ha celebrado una jornada de reflexión con la presencia de los
referentes diocesanos para el Sínodo 2021-2023, en la que se ha
profundizado en la espiritualidad sinodal, presentando además el camino
seguido por todas las diócesis y planificando las fechas de las
distintas etapas de preparación del Sínodo. También han analizado el
camino para la preparación de la Asamblea Eclesial para América Latina y
el Caribe.
Los obispos se han congratulado del aumento de la capacidad de los
lugares de culto para las celebraciones litúrgicas, que ha permitido la
participación de más fieles. Por ello, han invitado a las comunidades a
seguir por este camino, retomando la presencia de la gente en las
celebraciones, especialmente en la misa dominical.