Pekín, CHINA (Agencia Fides 24/11/2021) - "Yo y mi seminario" es el tema del concurso organizado para los seminaristas de la diócesis de Pekín, para celebrar el 40º aniversario de la fundación del Seminario. El concurso se celebró el domingo 21 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey del Universo, con una presencia limitada, por medidas sanitarias, de sacerdotes, profesores y también de laicos, que siempre han acompañado el camino vocacional de los seminaristas con la oración y la ayuda concreta. Los seminaristas repasaron el pasado, contaron el presente e imaginaron el futuro, compartiendo algunos temas como "Mi historia personal con mi seminario", "El seminario a mis ojos"....
"Gloria al Señor, hacer el bien al pueblo, servir al pueblo": con este
lema, el seminario de la diócesis de Pekín ha recorrido un camino de 40
años en la formación de las vocaciones, preparando sacerdotes para la
diócesis de Pekín, pero también para muchas otras diócesis hermanas,
especialmente en las zonas periféricas y más alejadas. De hecho, la
mayoría de los seminaristas que han estudiado aquí no son de Pekín. En
la actualidad, algunos han regresado a sus diócesis para llevar a cabo
la evangelización local, otros han tenido la oportunidad de continuar su
formación permanente, incluso en el extranjero, y otros se dedican a la
labor pastoral en las parroquias de Pekín.
En particular, los feligreses de la parroquia de Pekín dedicada a San
Miguel -que solía ser la capilla del seminario, luego se convirtió en
parroquia en 2003 debido a las necesidades pastorales de la zona, y
también un lugar de formación pastoral para los seminaristas- consideran
a los seminaristas como sus hijos. Desde libros hasta alimentos, frutas
y verduras: sus ofrendas no se limitan al período de las grandes
fiestas o a la Jornada por las Vocaciones, sino que son diarias, porque
están convencidos de que el Seminario es el corazón de la diócesis y los
seminaristas son el futuro de la Iglesia. En la última Jornada Mundial
de Oración por las Vocaciones, a pesar de que la presencia física de los
fieles fue imposible a causa de la pandemia, casi todos los párrocos se
comprometieron a movilizar a sus feligreses para apoyar espiritual y
económicamente la formación vocacional.
En 1980, poco después de la reapertura de la iglesia, el seminario
preparatorio de la diócesis de Pekín reanudó sus actividades en el
pequeño patio de la parroquia (entonces catedral) de la Inmaculada
Concepción, la iglesia construida por el misionero jesuita P. Matteo
Ricci, después de estar cerrada durante veinte años. Inmediatamente
acogió a una docena de jóvenes dispuestos a dedicarse al Señor. En 1989,
se trasladó a la catedral de Pekín, la iglesia de San Salvador, para
aumentar las vocaciones, y por la misma razón, se volvió a trasladar en
1992.
Finalmente, en 2001, se realizó la construcción e inauguración de un
moderno complejo de 476 metros cuadrados. Además de los cursos
ordinarios para seminaristas, el seminario también acoge muchos cursos
de formación para religiosas y laicos, así como actividades académicas,
ya que la zona donde se encuentra el seminario se llama "el distrito
universitario" de Pekín. Según las estadísticas proporcionadas por el
seminario a la Agencia Fides, el Seminario de Pekín ha formado a más de
320 seminaristas, sin contar los que se espera que se gradúen durante el
presente año, con 187 ordenaciones sacerdotales y tres obispos.
Actualmente hay 70 seminaristas de teología, 3 de los cuales estudian en
el extranjero.