Caracas, VENEZUELA (Agencia Fides, 07/12/2018) - Ayuda material, pero también lucha cultural
contra la creciente xenofobia: estos son los pilares del proyecto que
los jesuitas de América Latina y el Caribe, que, con el apoyo de los
hermanos norteamericanos y europeos-, han comenzado a implementar entre
los venezolanos que huyen de su pais.
Venezuela vive una profunda crisis. Los años de política asistencialista
han debilitado el tejido empresarial y el dinamismo de la economía. El
colapso de los precios del petróleo, el principal recurso nacional, ha
socavado el sistema financiero nacional.
En los últimos años, alrededor de 15 mil empresas han cerrado sus
puertas y la inflación ha alcanzado el 1.200%. Todo falta en el país:
agua potable, electricidad, necesidades básicas, medicamentos, gasolina.
Las personas soportan filas interminables para comprar productos
básicos como la leche, el arroz, el pan, la pasta, la mantequilla.
Ante esta tragedia, los venezolanos huyen. Entre 2015 y 2017, más de un
millón de ciudadanos buscaron refugio en Brasil, Colombia, Guyana y
Ecuador. En los últimos cinco años se ha calculado que uno de cada 20
venezolanos ha buscado refugio en el extranjero. Estas personas
desplazadas viven en condiciones difíciles. Carecen de alimento para su
subsistencia inmediata.
En este contexto, los jesuitas han lanzado un proyecto de asistencia
humanitaria y de emergencia en las fronteras entre Venezuela, Colombia y
Brasil, que proporciona no solo el suministro básico (alimentos, equipo
y transporte), sino también el acompañamiento legal para regularizar.
su estatus migratorio. También ofrecen asistencia sanitaria y atención
psicosocial a los grupos más vulnerables (mujeres embarazadas, niños sin
vacunación, personas con enfermedades crónicas).
El proyecto de la Compañía de Jesús va más allá de la mera ayuda
humanitaria. La llegada continua de refugiados está de hecho dando lugar
a una creciente desconfianza en la población local. Esta actitud da
como resultado actitudes xenófobas que se manifiestan en continuos
abusos contra las personas desplazadas. Por este motivo, los jesuitas
también están favoreciendo la cultura de la acogida.
“Nuestro objetivo, -explican los jesuitas venezolanos en una nota
enviada a Fides-, es mitigar el impacto de la crisis en la población, no
solo para brindar ayuda y ofrecer asistencia a los desplazados, también
queremos combatir la creciente xenofobia en los territorios de acogida y
promover una cultura de hospitalidad. Estamos desarrollando estudios
sobre la realidad de la emigración forzada en Venezuela. Los resultados
de estos estudios se pondrán a disposición de todos los venezolanos y
acompañarán algunas campañas para contrarrestar las manifestaciones que
rechazan al migrante y fomentan un enfoque basado en la recepción”.