Lahore, PAKISTÁN (Agencia Fides, 03/12/2018) – “Es una gran alegría para nosotros, los
franciscanos en Pakistán y para toda la Iglesia en el país, celebrar la
ordenación sacerdotal de siete diáconos que son frailes capuchinos de
nuestra Custodia. Los confiamos a Dios para que sean fieles discípulos
de Cristo, de la Iglesia y servidores del pueblo de Pakistán, cerca de
la gente, sin discriminación de religión, cultura u origen étnico”. Así
se expresa el padre Francis Nadeem OFM Cap, Provincial de los Frailes
Capuchinos en Pakistán sobre la ordenación sacerdotal de siete frailes
jóvenes: fray Babar Khushi, fray Masam Ilyas, fray Aqeel Ashiq, fray
Babar Shahzad, fray Atif Alphonse, fray Sunil Irfan Sabir y fray Faisal
Francis.
Según informa la Agencia Fides, la celebración tuvo lugar el sábado 30
de noviembre en la Catedral del Sagrado Corazón y Lahore, y fue el
arzobispo Sebastian Francis Shaw quien celebró la solemne Eucaristía en
la que los siete se han convertido en sacerdotes para la comunidad
católica en Pakistán. A la ceremonia asistieron numerosos sacerdotes,
religiosos y fieles. “Con la gracia de Dios, el número de frailes
capuchinos aumenta. Pedimos a todos que recen por la comunidad de
frailes capuchinos que traen a Pakistán un mensaje evangélico de
fraternidad, de servicio al último, de compromiso con la justicia y la
paz en Pakistán”, asegura el comunicado del padre Francis Nadeem. “Estos
jóvenes sacerdotes también son un regalo para la Iglesia local, para
que pueda llevar a cabo con mayor dedicación el servicio pastoral, la
celebración de los sacramentos y el anuncio del Evangelio en nuestra
nación”, concluye.
La Iglesia pakistaní es una iglesia que, a pesar de sus dificultades, es
“ferviente en las vocaciones sacerdotales y en la vida consagrada, un
signo de la bendición de Dios, que siempre está cerca de su gente”,
comenta a Fides fray Inayat Bernard, Rector de la Catedral del Sagrado
Corazón en Lahore, y responsable también del Seminario menor de Santa
María en Lahore. Allí hay muchos alumnos de los que, desde 2015 hasta
hoy, más de 30 se han convertido en sacerdotes. Muchos otros también
estudian en el Instituto Nacional de Teología de Karachi y en el
Seminario Mayor San Francisco Javier en Lahore. Todos ellos dibujan “un
futuro prometedor para la Iglesia Católica en Pakistán”, señala el padre
Inayat, recordando también “las numerosas vocaciones a la vida
consagrada en las órdenes religiosas femeninas, un signo que infunde
confianza y esperanza incluso en dificultades”.