Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 03/12/2018) - "Hay 60 muertos. Pero, ¿cuántos han perdido la
vida en el monte? ", denuncia el cardenal Dieudonné Nzapalainga,
arzobispo de Bangui, después de visitar Alindao, en el sur de la
República Centroafricana, donde el 15 de noviembre las guerrillas de la
UPC (Unité pour la Paix en Centrafrique) atacaron el campamento de
desplazados adyacente a la catedral. Entre las víctimas de la guerrilla
hay también dos sacerdotes, el vicario general de la diócesis de
Alindao, monseñor Blaise Mada y el padre Celestine Ngoumbango, párroco de Mingala.
En declaraciones al periódico francés "Le Monde", el cardenal
Nzapalainga relata que los desplazados recibidos en el campo de Alindao,
destruido en el asalto, se refugiaron en Ndakoto "un pueblo de sólo 15
casas, a 7 km de allí. Sus habitantes no estaban preparados para acoger a
26.000 personas. Después de una semana, la gente se moría de hambre. El
23 de noviembre, el Programa Mundial de Alimentos envió cuatro
camiones. Tenían que haber visto cómo la gente se lanzaba sobre la
comida. Los primeros días, vi gente rascando el suelo para tratar de
recuperar algunos granos de arroz.
Sobre las razones de la masacre, el cardenal Nzapalainga señala que
tiene "la impresión de que la guerra por el posicionamiento estratégico
ha comenzado. En el diálogo en curso con los grupos armados, cualquiera
que tenga más hombres y controle tantas zonas podrá pedirle a los
ministerios dinero.... Alindao está totalmente controlado por UPC. Este
ataque ha sido preparado y organizado. Creo que estos actos son una
forma de ganar visibilidad ante el Estado y la comunidad internacional".
El cardenal Nzapalainga confirmó lo que ya había dicho a la Agencia
Fides. monseñor Juan José Aguirre, obispo de Bangassou, sobre la
presencia de mercenarios extranjeros entre los autores de la masacre. "El obispo de Alindao nos dijo que en el último
grupo de atacantes había personas que no hablaban ni el sango, -el
idioma oficial-, ni el francés. Esto significa que son mercenarios que
vienen a saquear diamantes, oro, ganado, todo lo que se puede saquear.
Nos hemos convertido en el objetivo de la región y mi temor es que, con
el tiempo, nos convirtamos en su cubo de la basura", agregó.
Sin embargo, el cardenal Nzapalainga sostiene que "aunque los demás
tiren de los hilos, nos corresponde a nosotros, los centroafricanos,
encontrar la solución. Esta será principalmente política y no militar.
Se obtendrá a través del diálogo y de sacrificios, pero una vez
encontradas las soluciones, se tratará de aplicarlas".