Maputo, MOZAMBIQUE (Agencia Fides 29/07/2021) - Las soluciones militares son siempre costosas y
extremadamente destructivas”, advierten los participantes en un
seminario virtual de expertos y operadores de varias organizaciones
católicas dedicadas a la crisis de Cabo Delgado, la región del norte de
Mozambique asolada por la violencia cometida por grupos yihadistas que
recuerdan al Estado Islámico.
Organizado por la Catholic Parliamentary Liaison Office della Southern
African Catholic Bishops’ Conference (SACBC) y por el Denis Hurley Peace
Institute (DHPI), el seminario web ha contado con la participación de
unos 50 representantes de organizaciones como Misereor, la organización
de los obispos católicos alemanes para la cooperación al desarrollo,
Catholic Relief Services (CRS), Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) y
Jesuit Refugee Service (JRS).
“Del examen de los presupuestos del Estado de Mozambique se evidencia
que la asignación para las ofensivas militares está teniendo un enorme
impacto en lo que el país gasta en el suministro de agua, la salud y la
asistencia social. La asignación militar en este momento es tres veces
mayor que la asignación para estas otros tres elementos”, ha dicho
Bernhard Weimer, un experto que sigue la crisis de Mozambique desde hace
mucho tiempo.
El gobierno de Maputo ha elogiado la opción militar tras recibir el
apoyo de los Estados miembros de la SADC (Comunidad de Desarrollo de
África Austral). El primer país de la SADC en enviar sus tropas es
Botsuana, cuyos soldados se unirán a los 1.000 soldados que llegaron a
Mozambique a principios de este mes procedentes de Ruanda, que no es
miembro de la SADC. Las tropas ruandesas informaron de que ya habían
entrado en acción y matado a 30 insurgentes la semana pasada. Sudáfrica
ha anunciado el envío de unos 1.500 soldados, incluidos varios miembros
de las fuerzas especiales. La misión de la SADC en Mozambique estará
dirigida por el general sudafricano Xolani Mankayi, que se encuentra en
Mozambique como parte de un despliegue previsto. Se espera la llegada de
personal militar de otros países miembros de la SADC, como Tanzania y
Angola. La SADC ha aprobado un presupuesto de 12 millones de dólares
para el despliegue de la Misión de la Fuerza de Reserva en Mozambique. A
principios de este año, los expertos militares del grupo recomendaron
que la SADC enviara unos 3.000 soldados con armas, helicópteros, aviones
y buques de guerra.
El administrador apostólico de la diócesis de Pemba, Mons. António Juliasse Sandramo, ha expresado sus reservas sobre la creciente militarización de Cabo Delgado, señalando que la provincia "ha entrado en un nuevo ciclo de violencia inaugurado con la entrada de fuerzas extranjeras para apoyar a las Fuerzas de Defensa y Seguridad de Mozambique en la gestión de esta situación". Sólo estamos viendo el comienzo de este ciclo, pero no sabemos cuál será el curso o incluso el final".
Mientras tanto, la situación humanitaria en la provincia empeora: según
el Programa Mundial de Alimentos, casi un millón de personas necesitan
ayuda alimentaria a causa del conflicto.