Johannesburgo, SUDÁFRICA (Agencia Fides, 30/07/2021) - Unos 36 mil millones de rands (2,4 mil
millones de dólares) han sido asignados por el gobierno sudafricano para
apoyar a las empresas y a las personas afectadas por las restricciones
de Covid-19 y, sobre todo, por los disturbios que han devastado varias
zonas del país en las últimas semanas.
La economía sudafricana, ya muy afectada por las restricciones para
frenar la pandemia, se ha visto muy afectada por los saqueos que se
produjeron tras el encarcelamiento del ex presidente Jacob Zuma, acusado
de corrupción y malversación de fondos públicos.
Las protestas de los partidarios de Zuma degeneraron en vandalismo y
saqueos, afectando a cientos de tiendas, supermercados, centros
comerciales y gasolineras en las provincias de KwaZulu-Natal y Gauteng.
Más de 300 personas perdieron la vida en los enfrentamientos.
Los obispos sudafricanos han condenado “enérgicamente a los elementos
criminales que se están aprovechando de esta situación”. “Instamos”,
escribieron los obispos en su declaración, “a los implicados en el
vandalismo a que reflexionen sobre el hecho de que están poniendo en
peligro el sustento de muchas personas al destruir sus puestos de
trabajo. También debemos recordar que estamos en medio de la pandemia de
Covid-19, que prospera en condiciones de desorden, y que cuanto más
tiempo prevalezcan estas condiciones, más nos pondremos a nosotros
mismos y a los demás en peligro de un contagio que será aún más difícil
de afrontar”.
Haciendo un llamamiento al diálogo, los obispos denuncian que “nuestra
sociedad ha normalizado el uso de la violencia y el vandalismo para
persuadir al gobierno de que escuche y tome en serio las preocupaciones
económicas de los pobres”. “Necesitamos un cambio de mentalidad, una
conversión colectiva del corazón y de la mente, que afirme que las
protestas violentas y la destrucción de la propiedad nunca pueden ser
una respuesta justa a las actuales dificultades económicas y a la
injusticia económica. Reiteramos el llamamiento del Papa Francisco en
Hermanos Todos, recordando que ante los problemas políticos y económicos
siempre existe la posibilidad de elegir el compromiso constructivo en
lugar de la violencia”.
Su Exc. Monseñor Stephen Brislin, arzobispo de Ciudad del Cabo, en su nota manifiesta signos de esperanza “incluso en los terribles días de saqueo y destrucción, a los que siguió una oleada de bondad: varias personas se pusieron en marcha para limpiar, proteger zonas sensibles y buscar respuestas para entender lo sucedido”.
Son semillas de esperanza que hay que cultivar junto con “la gente que
pide identificar y abordar las causas profundas de la violencia,
reconocer las injusticias de la desigualdad y la pobreza en nuestro
país”, concluye Mons. Brislin.