Tegucigalpa, HONDURAS (Agencia Fides, 29/07/2021) – “La Conferencia Episcopal expresa su
solidaridad y se une a las declaraciones de los hermanos obispos en sus
diócesis, que han hecho suyas las protestas de la sociedad civil,
exigiendo la no implementación de las Zonas de Empleo y Desarrollo
Económico (ZEDE), por haber sido creadas en abierta violación de la
Constitución de la República y en prejuicio de nuestro ordenamiento
territorial”. Estas son las palabras de los obispos hondureños en un
mensaje al pueblo de Dios al término de la reunión extraordinaria de la
Conferencia Episcopal, en la que han “reflexionado sobre la realidad de
nuestro país y la forma de gobernar de nuestras autoridades”.
El proyecto de creación de las ZEDE afecta a varias regiones de Honduras, con el objetivo de hacer crecer la economía de la zona. Pero según expertos autorizados, además de ser inconstitucional, el proyecto transformaría la vida política y social de la zona, afectando a la soberanía nacional, creando “un estado dentro de otro estado”, donde el territorio autónomo sería gestionado por un secretario técnico nombrado por el Presidente de Honduras.
En el mensaje de la Conferencia Episcopal, recibido en la Agencia Fides,
los obispos expresan su preocupación por “la dolorosa incertidumbre, el
miedo, la indignación y el enojo que esta realidad despierta en los
hondureños, buenos, nobles y trabajadores, que ven con desesperanza su
futuro y el de sus hijos”, así como por el hecho de que “el gobierno no
escucha ni atiende los pronunciamientos, justos y fundados, de muchas
instituciones importantes del país”, así como “la insensibilidad e
indolencia de las autoridades correspondientes y de la mayoría de los
políticos de nuestro país frente a las voces que reclaman justicia y
respeto a los derechos fundamentales como la defensa de la soberanía e
integridad de nuestra patria”.
Los obispos critican también la actitud del Congreso en esta coyuntura
–“¡Qué fácil resulta lavarse las manos ante un problema de esta
magnitud, un problema que ellos mismos han causado!” – y llaman a los
miembros del Congreso a demostrar “su interés por el bien común y que no
busquen salvaguardar sus objetivos personales y egoístas”. Por ello,
instan a la Corte Suprema de Justicia “a no prestarse al juego político
del Congreso Nacional y a mantener su independencia no plegándose a
intereses contrarios al bien de la República. En un ambiente confuso y
ofuscado, como el que ahora vivimos como país, es de suma importancia
evocar la necesaria separación e independencia de los Poderes de la
Nación”.
“Este proyecto, ¿de verdad nos dará los beneficios prometidos?” se
preguntan los obispos, constatando la insistente promoción en los medios
de comunicación de las ZEDES como la panacea de todos los males de
Honduras “Si las ZEDE van a producir el desarrollo que dicen, ¿por qué
no lo han hecho ya?”. Luego el mensaje reitera claramente “Los obispos
no estamos en contra del desarrollo de Honduras, estamos a favor de que
se dé, pero no de esta manera. Por esta razón, no apoyamos la creación
de las ZEDE. Apoyamos el Recurso de Inconstitucionalidad presentado por
la Universidad Nacional Autónoma de Honduras... ante la Corte Suprema de
Justicia (CSJ), solicitando que se declare inaplicable el artículo 34
de la Ley Zede”.
Cuando está en juego el bien de la población y el bienestar de cada
familia hondureña, “no se trata de ver quién tiene más fuerza política”,
ya que “somos parte de una gran familia y de un hermoso país”, continúa
el mensaje, subrayando que “todos estamos en la misma barca, si uno
gana, todos ganamos, si uno pierde, todos perdemos”. Por ello, instan a
no convertirse en “espectadores pasivos del despojo y de una
irreversible descomposición de nuestra patria”.
La creación de las ZEDE, revelan, “es la manera más triste e irónica de
celebrar el Bicentenario de la Independencia, erigir ‘ciudades
exclusivas y privilegiadas’, frente a una población que vive sumergida
en la pobreza”. Además de ser inconstitucionales, las ZEDE también
violan el primer número del Acta de Independencia de 1823. “Hoy más que
nunca, – concluye el mensaje - Honduras nos necesita a todos y espera
el compromiso de todos, en la construcción de una nación más digna y
próspera; una nación donde se luche codo con codo, donde el bien de uno
se convierte en beneficio de todos”.