Yangon, MYANMAR (Agencia Fides, 19/07/2021) – “Hoy, 19 de julio, es el Día de los Mártires.
Su sacrificio de sangre se derramó para hacer de este país un gran país.
A medida que el Covid se descontrola, provocando miedo, ansiedad y
muerte, la única forma de rendir homenaje al sacrificio de los mártires
es unirse como una sola nación contra la pandemia. No es el momento de
infligir más heridas. Es el momento de curarse”: con estas palabras, el
cardenal Charles Maug Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la
Conferencia Episcopal de Myanmar (CBCM), ha dirigido un sentido
llamamiento a todos los ciudadanos el pasado 19 de julio, día en que
Myanmar recuerda y honra tradicionalmente a las numerosas generaciones
que han caído por una causa justa, especialmente en la lucha por la
independencia.
El texto, enviado por el cardenal a la Agencia Fides, pide a la nación
que encuentre la unidad y abandone los conflictos y las divisiones, y
dice: “Myanmar ha visto demasiadas lágrimas recientemente. Pido de
corazón: detener todos los conflictos. La única guerra que debemos
librar es contra el mortal virus invisible, que ha demostrado ser
invencible incluso para las superpotencias mundiales. ¿Podemos
permitirnos ahora guerras, conflictos y desplazamientos? Es hora de
formar un ejército de voluntarios, armados con botiquines para llegar a
nuestro sufrido pueblo”.
“El Covid – continúa diciendo el cardenal Bo -, está librando una guerra
contra nuestro pueblo con una ferocidad desconocida. Miles de personas
se han contagiado, cientos son enterradas sin el consuelo de sus seres
queridos o de los ritos religiosos, enterradas a toda prisa en
cementerios abarrotados. Día y noche nuestra gente espera el oxígeno en
las calles atestadas. Hay una profunda tristeza”.
El llamamiento recuerda que la nación se enfrentó a las dos primeras
oleadas con un frente unido, en un espíritu de solidaridad nacional y de
intercambio comprensivo con las naciones vecinas, mientras “nuestros
jóvenes ofrecían generosamente su servicio a los centros de socorro, y
el heroísmo de nuestros trabajadores sanitarios de primera línea nos
conmovía”. Ahora, dice el Arzobispo, “es el momento de reunirnos para
celebrar nuestra unidad en el servicio. Estamos en condiciones de volver
a hacerlo”.
“Hago un llamamiento a las autoridades para que faciliten la
participación segura de todos los trabajadores de la salud y de los
jóvenes para ayudar a detener la amenaza a la nación. Unidos salvamos
vidas; divididos enterraremos miles. La historia será el juez más severo
si carecemos de compasión”, insta el cardenal Bo.
Y concluye: “Unámonos: nos hemos enfrentado a muchos retos como personas
y como nación. Enfrentémonos juntos a este reto. Tal vez sea un
llamamiento para que todos forjemos una comunión que dé paso a la paz y
la reconciliación definitivas. Recemos para que Dios nos dé ese valor.
Que podamos derrotar juntos a este enemigo”.