Madrid, ESPAÑA (Agencia Fides, 21/07/2021) - En entrevista con Fides, el padre José Miguel
de Haro, redentorista que dirige una pequeña ONG con proyectos en Haití,
informa sobre la situación en el país caribeño.
El padre José Miguel, actualmente comprometido en la construcción de un
pequeño dispensario social en Les Anglais, al sur de Haití, nos relata
su visión sobre la situación que vive el pueblo haitiano tras el
asesinato del presidente Jovenel Moïse,
“El pueblo vive con miedo, según la información que me llega de Haití,
porque violencia y asesinatos han continuado en Puerto Príncipe. Las
bandas armadas, siguen actuando y generando miedo. Esta es una de las
amenazas que pueden conducir al caos social y político que se quisiera
evitar, el riesgo de Anarquía, dice a Fides, frente a esto existe la
intención de los Organismos Internacionales como ONU, OEA, UE buscando
un consenso, un acuerdo político entre los diferentes partidos y
estructuras. Concretamente entre Claude Joseph y el nuevo candidato
presidencial, Ariel Henry. Según las últimas noticias, este último
parece contar con el reconocimiento de Joseph para liderar el país, lo
que facilita las cosas de cara al sepelio del ex presidente el próximo
día 23. Sería un importante paso adelante para la reconstrucción del
país, pero no la solución."
Para el misionero la solución no puede ser repetir las fórmulas
anteriores. Es decir, elecciones dirigidas por los viejos políticos que
carecen de credibilidad. "No basta con tener elecciones a las que una
gran parte del pueblo no les da su confianza. En mi opinión se debe
hacer un trabajo previo, consiguiendo que todos los ciudadanos dispongan
de un documento de identidad válido. No es suficiente con solicitar la
intervención de organismos internacionales para supervisar resultados,
hay que hacer un trabajo en el que la mayoría recupere la confianza."
"También me parece importante que los candidatos no estén manchados por
el narcotráfico, por ningún tipo de corrupción. Creo que este aspecto la
iglesia podría ayudar a un discernimiento y la presentación de nuevos
líderes, principalmente candidatos jóvenes con formación para poder
hacer un cambio generacional en bien de todo el país. Me parece
imprescindible proponer candidatos con un sentido ético demostrado. Con
calidad humana y capacitados para realizar la transformación necesaria
en el país. Las elecciones debe ser verdaderamente representativas, no
vale cualquier representación. Es cierto que la situación es muy
difícil."
"En mi opinión, sigue diciendo padre Miguel, se debiera hacer un trabajo
social en todo el país para superar la idea de que la única salida es
la violencia. Ofrecer diálogo, respeto a las decisiones, solidaridad,
para que el pueblo recupere su fe en el proyecto como pueblo. Hay que
verificar el itinerario del dinero que recibe cualquier organismo para
ayuda. No vale permitir de una u otra forma que no se sepa donde termina
el dinero de las donaciones. Sea porque intervino el Estado, sea porque
el organismo no ha terminado de cumplir lo que ha prometido. Los
controles, auditorias deben hacerse públicos y transparentes."
Luego nos habla sobre los controles que no los hay: "No importa si la
ONG proviene de celebridades o políticos estadounidenses, deben ser
auditadas, controladas. El dinero invertido de forma pública debe estar
justificado. También en esta área podrían ayudar los hombres y mujeres
de iglesia. Ciertamente esto la volverá incómoda; pero se acude a los
actos religiosos con demasiada facilidad. Ejercer la profecía en un
contexto de corrupción se dice pronto, otra es demostrar que en la
misión las palabras no son suficientes. La iglesia, pese a sus
esfuerzos, debe insistir con creatividad demostrando al mundo de la
política que con el hambre de los pobres no se negocia. Son muchas las
voces que han afirmado que hay políticos corruptos. Hay una frase que
circula por ahí: "Alguien le dio de comer a la serpiente". Mientras eso
sea posible no habrá un futuro nuevo para la ciudadanía."
Finalmente, toca un tema crucial para Haiti, la inseguridad: "También
habría un tema a investigar, la inseguridad. El pueblo haitiano no
confía en la policía, aunque algunos hagan bien su trabajo, pero la
sombra de la corrupción sobrevuela sobre ellos."
Nos alienta sobre el futuro del país: "Tengo fe en los jóvenes que aman
su país y quieren un futuro diferente, más ético y más solidario con
todos los que llevan demasiado tiempo soportando la arrogancia de una
minoría que abusa de ellos."