Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 25/10/2021) - El estado, con sus instituciones, tiene la
tarea de “proteger a su gente”. Y si esto no sucede de manera efectiva,
quienes han defendido “su dignidad y la seguridad de su entorno” no
pueden ser tratados como “chivo expiatorio”. Así habló el cardenal
Béchara Boutros Raï, patriarca de la Iglesia maronita, sobre la delicada
fase política por la que atraviesa el País de los Cedros, teñido de
sangre después de que siete manifestantes chiítas fueran asesinados el
jueves 14 de octubre en Beirut por francotiradores apostados en los
tejados del barrio cristiano de Tayyouneh.
Las palabras del Patriarca, pronunciadas durante la homilía de la
celebración litúrgica que presidió el domingo 24 de octubre en la sede
patriarcal de Bkerké, fueron leídas por muchos medios nacionales como un
apoyo implícito del cardenal libanés a quienes consideran estos hechos
en Tayyouneh como un accidente fatal provocado por el intento de
autodefensa de los habitantes del barrio ante los allanamientos de
militantes chiítas, que llegaron del exterior con armas con la intención
de intimidar. “Los que creemos en la justicia”, dijo el Patriarca, “no
aceptamos que quienes defendieron su dignidad y la seguridad de su
entorno se conviertan en chivos expiatorios. Estas personas defendieron
el Líbano y ofrecieron miles de mártires en aras de su unidad y
soberanía”.
Tras la masacre, el partido chiíta Hezbollah y sus medios afines
acusaron como autores de la masacre a milicianos de las Fuerzas
Libanesas, partido liderado por el líder cristiano Samir Geagea. Este
rechazó las acusaciones de haber provocado “una emboscada premeditada”
argumentando que algunos residentes de Ain al Remmaneh-Tayyouneh solo se
habían defendieron de los milicianos chiítas “que intentaron entrar en
sus casas”. En los medios de comunicación y en los análisis de algunos
expertos ha comenzado a resurgir la retórica sectaria sobre las milicias
comprometidas con la defensa y protección de los que están considerados
como barrios cristianos de las incursiones de grupos vinculados a los
partidos chiítas Hezbollah y Amal.
Tras el tiroteo, 26 personas fueron detenidas, la mayoría de ellas
pertenecientes a las Fuerzas Libanesas. Sobre estas medidas judiciales,
el Patriarca en su homilía pidió que las investigaciones se realicen sin
“intimidaciones” y sin colocar “a una sola parte como única responsable
de los hechos”.
El cardenal libanés también advirtió contra cualquier intento de
utilizar la investigación de los incidentes de Tayyouneh-Ain al-Remmaneh
para oscurecer y retrasar las pesquisas del juez Tarek Bitar, que ha
puesto en el punto de mira a los hombres de Amal, partido chiíta
dirigido por el presidente del Parlamento Nabih Berri, por sus presuntas
responsabilidades penales por la explosión del puerto de Beirut del 4
de agosto de 2020.