CIUDAD DEL VATICANO (https://press.vatican.va - 29 de octubre de 2021).- La fiesta de Diwali es celebrada por todos los hindúes y se conoce como Deepavali o "fila de lámparas de aceite". Basada en un antiguo mito, representa la victoria de la verdad sobre la mentira, de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal.
La celebración propiamente dicha dura tres días y marca el comienzo de un nuevo año, la reconciliación familiar, especialmente entre hermanos y hermanas y la adoración a Dios.
Este año, muchos hindúes celebran la fiesta el 4 de noviembre.
Con este motivo, el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso les ha enviado un Mensaje con el tema: "Cristianos e hindúes: llevemos juntos la luz a la vida de las personas en tiempos de desesperación".
MENSAJE
Cristianos e hindúes:
Llevemos juntos la luz a la vida de las personas en tiempos de desesperación
Queridos amigos hindúes,
El Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso os envía su más cordial saludo con motivo del Deepavali, que este año cae el 4 de noviembre. Que esta fiesta, incluso en medio de la ansiedad y la incertidumbre de la pandemia, con las crisis planetarias que la acompañan, dé alivio a vuestras vidas, hogares y comunidades con la esperanza de un futuro mejor.
Más allá de las cicatrices, aún frescas en nuestras mentes, causadas por la primera y la segunda oleada de la pandemia, que han arrebatado a las personas la vida y la vitalidad , en todos nosotros, de una manera u otra y a diversos niveles, reina un sentimiento de resignación, desesperación e impotencia ante la devastación producida en el mundo a causa de diversos factores, que van desde el terrorismo hasta la degradación ecológica. La consecuencia no es sólo que las personas estén atemorizadas, sino que el malestar y la desesperación crecen. Es en este contexto que -continuando nuestra querida tradición- queremos compartir con vosotros algunas reflexiones sobre cómo los cristianos y los hindúes podemos llevar una luz de esperanza a la vida de las personas en tiempos tan difíciles.
Si en medio de los oscuros nubarrones de la actual pandemia, que ha causado sufrimientos y traumas indecibles a las personas, ha habido signos luminosos de solidaridad y fraternidad, tenemos la oportunidad de demostrar que podemos estar "juntos" para superar todas las crisis con decisión y amor, incluso las aparentemente insolubles. La fuerza de la solidaridad mostrada para aliviar el sufrimiento y ayudar a los necesitados, más aún con carácter y responsabilidad interreligiosos, manifiesta la luz de la esperanza y subraya la respuesta que los miembros de todas las tradiciones religiosas están invitados a ofrecer en tiempos de desesperación y oscuridad. Llevar la luz a la vida de las personas junto con la solidaridad interreligiosa también confirma la utilidad y el gran recurso que representan las tradiciones religiosas para la sociedad.
La creciente conciencia de la necesidad de estar con los demás y de pertenecer los unos a los otros en el actual período pandémico reclama que busquemos cada vez más formas de llevar la luz de la esperanza allí donde existe discordia y división, destrucción y devastación, privación y deshumanización. Sólo creciendo en la conciencia mutua de que todos somos parte de los demás, de que somos hermanos entre nosotros (cf. Papa Francisco, encíclica Fratelli tutti. Sobre la fraternidad y la amistad social, 3 de octubre de 2020) y que compartimos una responsabilidad mutua por los demás y juntos por el planeta, nuestra "casa común", podemos intentar salir de todo tipo de desesperación. Es más, mediante la interdependencia y la actuación solidaria con los demás, saldremos mejor de cualquier crisis. Incluso los problemas globales urgentes que amenazan con romper la armonía entre la naturaleza y las personas y la coexistencia armoniosa de los pueblos, como el cambio climático, el fundamentalismo religioso, el terrorismo, el hipernacionalismo y la xenofobia, pueden abordarse eficazmente porque estos problemas nos afectan a todos.
En tiempos de crisis, ya que las tradiciones religiosas, depositarias de siglos de sabiduría, tienen el poder de levantar nuestros espíritus atribulados, también tienen la capacidad de ayudar a los individuos y a las comunidades a orientar la brújula de sus vidas hacia la esperanza, mirando más allá de su desesperación actual. Sobre todo, instruyen e invitan a sus miembros a ofrecer ayuda, con todos los medios a su alcance, a quienes son presa de la desesperación, llevándoles esperanza.
Por lo tanto, es tarea de los líderes y las comunidades religiosas cultivar el espíritu de fraternidad entre sus seguidores para ayudarles a caminar y cooperar con personas de otras tradiciones religiosas, especialmente en tiempos de crisis y calamidades de todo tipo. Según el Papa Francisco, la fraternidad "es el verdadero remedio a la pandemia y a muchos males que nos han golpeado" (Discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 8 de febrero de 2021). La responsabilidad interreligiosa de unos y otros es un medio seguro para fortalecer la solidaridad y la fraternidad entre nosotros y llevar alivio a los afligidos y esperanza a los que sufren.
Como creyentes arraigados en nuestras respectivas tradiciones religiosas y como personas que comparten una visión de responsabilidad común hacia la humanidad, especialmente hacia los que sufren, nosotros, los cristianos y los hindúes, individualmente y en conjunto, y uniéndonos a personas de otras tradiciones religiosas y de buena voluntad, debemos esforzarnos por llegar a los que están desesperados, para llevar luz a sus vidas.
Os deseamos un feliz Deepavali.
Cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, MCCJ
Presidente
Rev. Mons. Indunil Kodithuwakku Janakaratne Kankanamalage
Secretario