Kampala, UGANDA (Agencia Fides 18/11/2021) – “La situación en Kampala sigue siendo de
estado de alerta. El Parlamento sigue cerrado y no se sabe cuándo
reanudará las sesiones de trabajo. Las fuerzas de seguridad han mandado a
los ciudadanos a quedarse en casa todo lo posible, limitándose a los
desplazamientos necesarios. Las imágenes de los terroristas suicidas que
se inmolan en los telediarios son realmente espeluznantes, pero a pesar
de ello, la vida continúa: la gente tiene que llevar a casa el pan de
cada día. Tienen que superar el miedo y las barreras, y la oración es un
arma extraordinaria”. Así lo informa a la Agencia Fides la hermana
Fernanda Cristinelli, misionera comboniana que trabaja en Uganda como
responsable del "Comboni Children Center" para la recuperación de los
niños víctimas de la trata en la capital, Kampala, hablando de la doble
explosión ocurrida en la ciudad cerca de la Comisaría de Policía y del
Parlamento. El balance
de víctimas ha subido a 5 muertos y 33 heridos “aunque el número de
víctimas -señala Sor Fernanda- podría ser mayor que el comunicado hasta
ahora, porque cinco de los heridos están en estado crítico”. “Las
autoridades ugandesas están investigando los atentados – confirma la
religiosa -, y según las afirmaciones hechas hasta ahora, la
responsabilidad de la violencia debería recaer en las Fuerzas
Democráticas Aliadas (ADF), que se dice que tienen vínculos con el
Estado Islámico”. En un escenario de pánico y consternación general por
la brutal violencia, “en estas agitadas horas - dice la hermana -, la
respuesta de los fieles es única: todos los ugandeses están unidos en la
oración”.
Uganda, que normalmente estaba libre del terrorismo, el mes pasado fue víctima de un recrudecimiento de los atentados: el primero ocurrió el 23 de octubre, cuando una bomba explotó en un restaurante de Kampala; dos días después, el 25 de octubre, una segunda bomba estalló en un autobús que circulaba por la autopista Kampala-Masaka; una tercera explosión se produjo el 29 de octubre en el distrito de Nakaseke, a 60 kilómetros al norte de Kampala. Los dos primeros atentados han sido reivindicados por el Estado Islámico.
De los 47 millones de habitantes de Uganda, los cristianos representan
alrededor del 85% de la población (40% católicos, 32% anglicanos, 10%
pentecostales y grupos de otras denominaciones), mientras que el 13% de
la población es musulmana y las minorías siguen cultos tradicionales.