Quaryatayn, SIRIA (Agencia Fides28/12/2021) - El antiguo Monasterio de Mar Elian, ubicado
a las afueras de la ciudad siria de Quaryatayn y que en 2016 había sido
destruido y profanado por terroristas yihadistas, pronto podría volver a
ser un lugar de oración y paz para los cristianos sirios y también para
sus vecinos musulmanes. Así lo anunció con gran alegría en estos días
de Navidad el padre Jacques Mourad, monje de la comunidad de Deir Mar
Musa que fue secuestrado en Mar Elian el 21 de mayo de 2015 por un
comando del autodenominado Estado Islámico. Fue su rehén durante meses,
primero en aislamiento y luego junto a más de 150 cristianos de
Qaryatayn, también tomados secuestrados en los territorios ocupados por
los terroristas del califato.
En un mensaje recogido por la Agencia Fides, el padre Jacques explica
que la reconstrucción de Mar Elian será posible gracias a un acuerdo
entre la archieparquía sirio-católica de Homs, Hama y Nabk y la
comunidad monástica de Deir Mar Musa, fundada por el padre Paolo
Dall'Oglio, el jesuita romano cuyas huellas se perdieron el 29 de julio
de 2013 mientras se encontraba en Raqqa, en ese momento la capital siria
de Daesh.
En su mensaje, el padre Mourad pide a todos que recen para que en este
momento los feligreses de Qaryatayn puedan discernir “la voluntad de
Dios para el futuro de esta importante zona geográfica de Siria, nuestro
país”.
El plan para renacimiento de Mar Elian, ideado por el monje de Deir Mar
Musa, contempla inicialmente la replantación de viñedos y olivares en
los terrenos alrededor del monasterio, junto con la reconstrucción de
los muros circundantes y las puertas de acceso. Después es necesario
incentivar el regreso a Qaryatayn de los cristianos que allí vivieron y
que se vieron obligados a huir durante la guerra, mediante la
reconstrucción de sus hogares y la mejora de cultivos y de las
actividades que propiciaban su independencia económica antes del
conflicto. Si esta primera fase avanza, se procederá a la reconstrucción
del monasterio y de la iglesia parroquial y se retomarán también los
trabajos de recuperación arqueológica alrededor del sepulcro del Santo,
“que no serán fáciles tras la destrucción padecida”.
La noticia del proyecto de reactivación del monasterio de Qaryatayn la
comparte el padre Jacques confiando en que despertará alegría y consuelo
dado el vínculo espiritual entre ese monasterio y la vocación de la
comunidad monástica de Deir Mar Musa.
Actualmente, unos 10.000 musulmanes viven en la zona de Qaryatayn,
mientras que los cristianos solo son 26. Experiencias similares, como
las de aquellos cristianos que han regresado a las aldeas iraquíes de la
llanura de Nínive, animan a “seguir sus pasos” y no rendirse a los
procesos que están extinguiendo la presencia de las comunidades
cristianas originales en los países de Oriente Medio.
En los años anteriores al conflicto, el antiguo Santuario de Mar Elian,
que data del siglo V, vivía en estrecha relación con la comunidad
monástica de Deir Mar Musa y había experimentado una época de
florecimiento gozando de la simpatía de la población musulmana
predominante bajo la dirección del padre Jacques Mourad, que entonces
ejercía allí el cargo de Prior. En febrero de 2015, el padre Jacques fue
secuestrado por los yihadistas, quienes tomaron el control de toda la
zona el agosto siguiente. Desde los primeros días de la ocupación
yihadista, la tumba de Mar Elian fue brutalmente profanada para borrar
lo que representaba el corazón del complejo monástico. Pero las
reliquias de Mar Elian no se perdieron. Los huesos del santo fueron
encontrados, recogidos y trasladados a Homs en abril de 2016, tras el
fin de la ocupación yihadista. Ya entonces, el
padre Jacques Mourad confió a la Agencia Fides cuál era su esperanza:
“Sabemos que el antiguo
santuario fue arrasado, que el sitio arqueológico fue devastado y que la
nueva iglesia y el monasterio fueron incendiados y parcialmente
bombardeados. Cuando, en el futuro, volvamos a trabajar en Mar Elian,
también volveremos a poner las reliquias del Santo en su lugar. La vida
de la gracia volverá a florecer en torno a la memoria de los santos. Y
será un gran signo de bendición para toda nuestra Iglesia”.