Asunción, PARAGUAY (Agencia Fides, 29/12/2021) – “Hermanos y hermanas laicos, con el Papa
Francisco los invitamos a no permanecer indiferentes a los asuntos
públicos, ni a retirarse a las iglesias, ni a esperar directivas e
instrucciones eclesiásticas para luchar por la justicia y por formas más
humanas vida para todos”. Es la exhortación que los obispos de Paraguay
han querido incluir en su Carta pastoral publicada con motivo del Año
de los Laicos que la Iglesia paraguaya celebrará en 2022, después del
Año de la Palabra y del Año de la Eucaristía.
En el documento extenso, publicado en la fiesta de la Sagrada Familia,
los obispos citan en la introducción la Evangelii Gaudium del Papa
Francisco y la Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II Lumen
Gentium, subrayando así que el Año de los Laicos se desarrolla en “un
gran tiempo de gracia” (Kairos) para toda la Iglesia marcado por la
Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe y el inicio del Sínodo
sobre la sinodalidad. El mensaje también se centra en la identidad de
los laicos a partir de las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la
Iglesia. “Los laicos pertenecen al mismo tiempo a la Iglesia y a la
sociedad civil y, a través de su presencia en la vida pública, la
Iglesia se hace presente en el mundo”, reiteran los obispos, que
destacan además que “la vocación del laicado es santificar el ambiente e
impregnarlo de Evangelio”. Por eso, “no tienen miedo de caminar por las
calles, de entrar en todos los rincones de la sociedad, de llegar a las
afueras de la ciudad, de tocar las heridas de nuestro pueblo ... Esta es
la Iglesia de Dios que se remanga para encontrarse con el otro, sin
juzgarlo, sin condenarlo, sino extendiendo la mano para sostenerlo, para
acompañar su vida”.
Los obispos dedican un capítulo al compromiso de “evangelizar el mundo”.
“Toda la Iglesia, como pueblo de Dios, está comprometida con el Reino,
pero la Iglesia necesita sobre todo laicos comprometidos con la
santificación del mundo, que se santifiquen en el mundo”. La fe nos
inspira a seguir proclamando el Evangelio sin desanimarnos y a mantener
el compromiso de construir el Reino de Dios: “predicamos a un Cristo
crucificado, por eso el compromiso del cristiano es vivir crucificado
por el mundo, para salvar al mundo”.
Destacan la importancia de “la comunión, la participación y la misión”, y
de trabajar juntos, clero y laicos, cada uno en su espacio, con
espíritu sinodal, en diálogo, “buscando juntos lo que Dios quiere”. A
continuación, señalan que “el clericalismo nos aleja del sentido pleno
de la comunión de la Iglesia, rica en ministerios y carismas, todos al
servicio de la única misión”. La Carta Pastoral se centra en algunos
desafíos pastorales de nuestros días, proponiendo puntos de reflexión
como el paso del conocimiento a la experiencia (discipulado y misión);
la dimensión sociopolítica; la formación permanente; la familia; y la
acogida del Sínodo.
“Los cristianos que Cristo necesita para nuestra realidad de hoy deben
encarnar valores y resaltar virtudes que contribuyan a la comunión, el
diálogo, la fraternidad, la bondad y la casa común”, escriben los
obispos en la conclusión de la Carta, reiterando el compromiso de
“continuar acompañando la formación de cristianos comprometidos y buenos
ciudadanos en la Iglesia y en la sociedad paraguaya, que asuman con
alegría el desafío de ser discípulos misioneros del Señor”.
“Los laicos católicos deben ser discípulos misioneros del Señor. Han de
ir y anunciar la Buena Nueva a nuestro pueblo; transformar su familia,
su lugar de trabajo; participar en la vida pública ... Son la levadura
en la masa e iluminan con el testimonio de su vida las sombras del
pecado que atentan contra la dignidad de los más pequeños, los pobres y
los vulnerables de nuestra sociedad”, exhortan en la parte final.