Uagadugú, BURKINA FASO (Agencia Fides, 12/02/2019) - Construir una escuela para los pastores
fulani, conscientes del valor del servicio de la educación, que forma
parte de la misión evangélica de dar dignidad a las comunidades más
desfavorecidas. Este es el espíritu con el cual Maurice Oudet, misionero
de los Padres Blancos desde hace años en Burkina Faso, ha llevado a
cabo un proyecto en el campo de la educación.
Los fulani, también conocidos con el término francés ‘peul’, son una
población nómada de alrededor de 19 millones de personas que vive en una
vasta zona que va de Mauritania a Camerún. Habitan en granjas y se
mueven con grandes rebaños en busca de pastos y pozos para sus animales.
A menudo tienen duros enfrentamientos con poblaciones sedentarias
porque en sus migraciones atraviesan campos de cultivo, destruyéndolos y
compitiendo por los escasos recursos hídricos en una zona sedienta como
el Sahel. Las relaciones con las aldeas locales generalmente no son
buenas, especialmente porque los peuls tienden a rechazar la
asimilación.
Así que cuando una pequeña comunidad peul solicitó la apertura de una
escuela, el padre Oudet se sorprendió porque los nómadas nunca habían
hecho tal petición. "No creí lo que mis oídos escuchaban", dijo el
religioso a Fides. "Les dije que solicitaran oficialmente a la
Inspección de Educación Primaria. Si el Estado aceptaba, con gusto los
ayudaría. El p. Oudet estaba convencido, sin embargo, de que la petición
se quedaría en el papel.
En cambio, los pastores estaban muy decididos. Se dirigieron a la
Inspección y se dirigieron con convicción al funcionario: "Hemos venido a
decirles que necesitamos una escuela en Signoghin. Pedimos que se
construya de la misma manera que en las otras aldeas para que nuestros
hijos puedan seguir los cursos regulares de la escuela". La demanda
también sorprendió al inspector escolar, quien no había oído nunca una
solicitud de ese tipo de los peuls y no sabe si se ha hecho alguna vez
en todo el territorio de Burkina Faso. Así que, perplejo, le preguntó:
"¿Alguien los empujó a solicitar esta escuela? La respuesta fue seca:
"No, nosotras la queremos". Ante esta determinación, el funcionario
extendió sus brazos: "No tenemos fondos para financiarla, pero si
encuentran los fondos para la construcción del edificio, le enviaremos a
los profesores", les dijo.
En ese momento, el padre Oudet lanzó una campaña de recaudación de
fondos en Francia e Italia para construir una escuela bilingüe (fulfudé y
francés). "El edificio también tendrá una cocina, letrinas,
electricidad (de paneles solares) y proporcionará educación técnica a
los jóvenes, pero también a los adultos. Los primeros fondos han llegado
y el trabajo comenzó el verano pasado. Si todo va según nuestros
planes, la escuela estará lista en mayo. El edificio será esencial, pero
si tenemos donaciones en el futuro lo ampliaremos", explicó el padre
Maurice.