miércoles, 24 de noviembre de 2021

Los Obispos reflexionan sobre la vida de las comunidades e instan a retomar la participación en la misa dominical

Florida, URUGUAY (Agencia Fides) - Durante la reciente Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU), celebrada del 10 al 16 de noviembre en la Casa de Ejercicios Jesús Buen Pastor de Florida, se ha elegido la nueva dirección para los próximos tres años (2022-2024). Mons. Arturo Fajardo, obispo de Salto, ha sido confirmado como presidente, el cardenal Daniel Sturla sdb, arzobispo de Montevideo, ha sido elegido vicepresidente y Mons. Heriberto Bodeant, obispo de Canelones, como secretario general. También se han elegido los responsables de los departamentos, comisiones y servicios del CEU.


Durante la Asamblea, los obispos han debatido los aspectos más relevantes de la vida comunitaria, reuniéndose con representantes de las distintas realidades. Entre los temas tratados se encuentran: la atención a los sacerdotes ancianos y enfermos; las iniciativas a favor de los emprendedores del país para promover negocios sostenibles, basados en la dignidad de las personas y el bien común; los programas que lleva a cabo Cáritas Uruguay para la promoción humana en las áreas de la pastoral penitenciaria, la convivencia pacífica, la prevención de adicciones y la pastoral social; los nuevos programas académicos de la Universidad Católica; la formación de agentes de pastoral, otorgando un título académico que tenga en cuenta su formación teológica, pastoral y pedagógica.


Se ha celebrado una jornada de reflexión con la presencia de los referentes diocesanos para el Sínodo 2021-2023, en la que se ha profundizado en la espiritualidad sinodal, presentando además el camino seguido por todas las diócesis y planificando las fechas de las distintas etapas de preparación del Sínodo. También han analizado el camino para la preparación de la Asamblea Eclesial para América Latina y el Caribe.


Los obispos se han congratulado del aumento de la capacidad de los lugares de culto para las celebraciones litúrgicas, que ha permitido la participación de más fieles. Por ello, han invitado a las comunidades a seguir por este camino, retomando la presencia de la gente en las celebraciones, especialmente en la misa dominical.