viernes, 1 de febrero de 2019

La Iglesia quiere mediar para restaurar la paz en Zimbabwe

Harare, ZIMBABWE (Agencia Fides, 30/01/2019) – “No me gustaría entrar en detalles en esta fase, se trataba de obtener una aclaración. Es el comienzo de un proceso que no me gustaría anticipar en este momento. Nos reunimos para comprender qué causó esta situación y obtener respuestas sobre dónde terminaremos y cómo el gobierno y la Iglesia pueden trabajar juntos para resolver esta situación”, explicó el padre Fredrick Chiromba, secretario general de la Conferencia Episcopal de Zimbabwe, sobre la reunión que una delegación de los obispos mantuvo con el vicepresidente, Constatino Chiwenga, para hablar de las tensiones y protestas que han causado al menos 12 muertos en las últimas semanas.

A la reunión, celebrada el 25 de enero, asistieron sus monseñor Michael Bhasera, obispo de Masvingo y ex presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Zimbabwe (ZCBC), quien encabezó la delegación en nombre del actual presidente, monseñor Robert Ndlovu, Arzobispo de Harare, quien se encontraba en el extranjero; monseñor Raymond Mupandasekwa, Obispo de Chinhoyi; monseñor Paul Horan, Obispo de Mutare; y monseñor Rudolf Nyandoro, Obispo de Gokwe. Del lado del gobierno, el vicepresidente Chiwenga contó con la asistencia del Ministro de Defensa Oppah Muchinguri y el Director de la Organización Central de Inteligencia, General Isaac Moyo.

El encuentro que duró dos horas fue definido por el padre Chiromba como “muy cordial”. “Hay buena voluntad en ambos lados”, añadió.

Según fuentes policiales, más de 1.000 personas han sido arrestadas desde el 14 de enero, cuando se convocó una huelga de tres días después de que el presidente Emmerson Mnangagwa aumentara los precios del combustible. Las manifestaciones han degenerado en violencia y saqueos. El 29 de enero, cientos de abogados se manifestaron en las calles para exigir justicia para los detenidos. El presidente Mnangwagwa ha hecho un llamamiento a los líderes políticos, religiosos y civiles “para que dejen de lado las diferencias y se unan para iniciar un diálogo nacional”. Sin embargo, esta petición del presidente fue recibida con escepticismo por algunos líderes de la oposición y la sociedad civil que exigieron que las violaciones de los derechos humanos se detengan de inmediato y que los manifestantes detenidos sean liberados.

Según el padre Chiromba “el diálogo aún está suspendido aunque es extremadamente necesario porque hay una fuerte polarización en la nación y la Iglesia está en la mejor posición para mediar”.