Harare, ZIMBABWE (Agencia Fides, 30/01/2019) – “No me gustaría entrar en detalles en esta
fase, se trataba de obtener una aclaración. Es el comienzo de un proceso
que no me gustaría anticipar en este momento. Nos reunimos para
comprender qué causó esta situación y obtener respuestas sobre dónde
terminaremos y cómo el gobierno y la Iglesia pueden trabajar juntos para
resolver esta situación”, explicó el padre Fredrick Chiromba,
secretario general de la Conferencia Episcopal de Zimbabwe, sobre la
reunión que una delegación de los obispos mantuvo con el vicepresidente,
Constatino Chiwenga, para hablar de las tensiones y protestas que han
causado al menos 12 muertos en las últimas semanas.
A la reunión, celebrada el 25 de enero, asistieron sus monseñor Michael
Bhasera, obispo de Masvingo y ex presidente de la Conferencia de Obispos
Católicos de Zimbabwe (ZCBC), quien encabezó la delegación en nombre
del actual presidente, monseñor Robert Ndlovu, Arzobispo de Harare,
quien se encontraba en el extranjero; monseñor Raymond Mupandasekwa,
Obispo de Chinhoyi; monseñor Paul Horan, Obispo de Mutare; y monseñor
Rudolf Nyandoro, Obispo de Gokwe. Del lado del gobierno, el
vicepresidente Chiwenga contó con la asistencia del Ministro de Defensa
Oppah Muchinguri y el Director de la Organización Central de
Inteligencia, General Isaac Moyo.
El encuentro que duró dos horas fue definido por el padre Chiromba como
“muy cordial”. “Hay buena voluntad en ambos lados”, añadió.
Según fuentes policiales, más de 1.000 personas han sido arrestadas
desde el 14 de enero, cuando se convocó una huelga de tres días después
de que el presidente Emmerson Mnangagwa aumentara los precios del
combustible. Las manifestaciones han degenerado en violencia y saqueos.
El 29 de enero, cientos de abogados se manifestaron en las calles para
exigir justicia para los detenidos. El presidente Mnangwagwa ha hecho un
llamamiento a los líderes políticos, religiosos y civiles “para que
dejen de lado las diferencias y se unan para iniciar un diálogo
nacional”. Sin embargo, esta petición del presidente fue recibida con
escepticismo por algunos líderes de la oposición y la sociedad civil que
exigieron que las violaciones de los derechos humanos se detengan de
inmediato y que los manifestantes detenidos sean liberados.
Según el padre Chiromba “el diálogo aún está suspendido aunque es
extremadamente necesario porque hay una fuerte polarización en la nación
y la Iglesia está en la mejor posición para mediar”.