Hidalgo, MÉXICO (Agencia Fides, 03/07/2021) – “Con gran preocupación y tristeza hemos
recibido la noticia de que el Congreso de nuestro estado ha votado,
dividida y precipitadamente, una iniciativa que desprecia y pone en
riesgo el derecho humano fundamental reconocido y avalado en todos los
tratados internacionales como un derecho universal, especialmente de los
más indefensos.
No hace falta recordar que, para nosotros, la vida es un regalo de Dios y
que todos los católicos al igual que las personas de bien, tenemos un
deber moral en la defensa de la vida humana de los inocentes, desde el
momento de su concepción hasta su fin natural”. Lo escriben Mons.
Domingo Díaz Martínez, Arzobispo de Tulancingo; Mons. José Hiraís Acosta
Beltrán, Obispo de Huejutla y Mons. Juan Pedro Juárez Meléndez, Obispo
de Tula, en una carta dirigida al pueblo de Hidalgo, al Gobernador
Constitucional del Estado de Hidalgo, al Congreso del Estado y a los
fieles católicos, hombres y mujeres de buena voluntad.
En su mensaje del 1° de julio, recibido también en la Agencia Fides, los
obispos reiteran que “nuestro compromiso ha sido siempre y seguirá
estando a favor de la vida”. Dirigiéndose a los legisladores ponen de
manifiesto que “una ley que legalice el aborto no es una petición de los
habitantes de Hidalgo”, y les advierten de que “han caído en la trampa
que otros intereses ajenos a la identidad de nuestro pueblo y nuestro
estado les han colocado”. Luego recuerdan que ante las adversidades que
tienen muchas mujeres durante su embarazo, “son necesarias acciones e
instituciones que las protejan, las cuiden a ellas y a la criatura en su
seno”, mientras que “el aborto legalizado simplemente destruye una vida
y afecta sensiblemente a la madre”.
Los obispos por ello piden “de la manera más respetuosa al señor
gobernador del estado, medite concienzuda y profundamente sobre las
implicaciones que esta decisión legislativa pudiera generar en nuestro
pueblo de Hidalgo”. “Una resolución de esta trascendencia, que cambia el
valor de la vida de todos los hidalguenses, no puede ser legislada sin
escuchar al pueblo – concluyen -. En sus manos está la posibilidad de
escuchar a todos sus conciudadanos y ejercer su derecho al veto en una
resolución que no compartimos la mayoría de los hidalguenses”.