Tombura-Yambio, SUDÁN DEL SUR (Agencia Fides, 01/10/2021) - En los últimos meses el condado de
Tombura ha sido víctima de enfrentamientos violentos entre dos fuerzas
rivales que han provocado el desplazamiento masivo de cientos de
familias. Casi el 15% de la población
local se ha visto inmersa en los graves episodios de violencia que
asolan todo el país y, en particular, la diócesis de Tombura-Yambio. “La
violencia, los asesinatos, el odio, la desconfianza, los
desplazamientos masivos han aumentado progresivamente el nivel de
nuestra pobreza hasta llegar al 97%, casi al 100%”, dice en un
llamamiento recibido en la Agencia Fides Mons. Eduardo Hiiboro Kussala,
obispo de la diócesis dirigiéndose a los fieles. “Sacerdotes,
religiosos, catequistas, seminaristas, personal eclesiástico, provienen
de esas comunidades étnicas que ahora habitan nuestra diócesis. ¿Cómo se
comportarán o relacionarán en medio de tanta ambigüedad? En este clima
de desconfianza, ¿cómo podemos dirigirnos a los miembros de nuestra
propia comunidad étnica sin ser sospechosos o, por el contrario, no ser
odiados o despertar desconfianza por los miembros de otros grupos
étnicos?” El prelado ha redactado una auténtica “Guía” en la que subraya
que el amor de Dios no tiene fronteras.
“¡Necesitamos a Dios en nuestras vidas y debemos confiar en Él como sus
verdaderos creyentes! Debemos tender puentes entre nuestras comunidades
étnicas. Armémonos todos de prudencia” insiste Hiiboro, dirigiéndose a
los sacerdotes, religiosos y personal de la diócesis.
En cambio, dirigiéndose a toda la población, el prelado les exhorta a
proteger, respetar y ayudar a los sacerdotes y religiosos de todos los
peligros y a dirigirse a las autoridades eclesiásticas competentes antes
de acusar públicamente a nadie. Asimismo, el obispo anima a los
sacerdotes a evitar las ocasiones que puedan alimentar la perplejidad.
“¿Quiénes somos como sursudaneses? Antes, durante y después de nuestra
independencia en 2011, nunca hemos debatido abiertamente sobre temas
controvertidos. Nunca hemos decidido qué tipo de sociedad queremos. ¡Por
eso la sociedad actual está formada por etnias, políticas negativas y
otras alianzas falsas o parasitarias! Estamos recogiendo los frutos de
todas las cosas terribles que hemos sufrido o dejado sin resolver. A
todos los creyentes les pido que protejan nuestra iglesia. El papel de
la iglesia en nuestra sociedad es gracia. ¡Les pido que me ayuden a
proteger a nuestros sacerdotes, religiosos, catequistas, seminaristas y a
todo el personal de la iglesia!”.
“Los sacerdotes y los religiosos no son ángeles, son humanos y
vulnerables, cometemos errores. Cualquier tipo de problema debe ser
abordado. Tenemos que crear un entorno en el que todo el mundo tenga la
libertad de ser lo que quiera, según la ley de su país o lo que exija su
conciencia. Lo que une a estas diferentes expresiones de la Iglesia es
la misión de la Iglesia y su visión del desarrollo”, concluye el obispo
Hiiboro. “La visión de la paz y el desarrollo está arraigada en la
dignidad inherente de todas las personas como hechas a imagen y
semejanza de Dios, con igual valor. Es una visión de un mundo
transformado que refleja el Reino de Dios, donde todas las personas,
etnias, comunidades y la tierra pueden florecer y donde todas las
personas e instituciones trabajan por el bien común”.