Bagdad, IRAK (Agencia Fides 19/11/2021) – “Quisiera expresar a cada uno de vosotros mi
cercanía y comprensión por las dificultades y urgencias que estáis
afrontando, pero también deciros que no hay motivos para desesperar. El
Señor nos llama a ser una Iglesia viva y fuerte, una Iglesia que lleva
su palabra, su amor y su salvación”. Con estas palabras de consuelo, el
cardenal y patriarca iraquí Louis Raphael Sako comenzó su “discurso de
bienvenida” a los más de 450 chicos y chicas llegados a Bagdad desde
todo Irak para participar en el primer Encuentro de Jóvenes Caldeos, que
ha dado inicio el jueves 18 de noviembre en la catedral caldea de San
José.
Un encuentro de jóvenes -señaló el Patriarca- convocado como una
oportunidad para renovar el encuentro personal con Cristo, y que se
pretendía organizar desde hace tiempo, pero que hasta ahora se había
hecho inviable debido a los tormentosos acontecimientos del país, la
falta de seguridad en los viajes y la pandemia del Covid-19.
En su discurso, el Patriarca recordó a los jóvenes cristianos que en su
vida de fe han experimentado el martirio, describiéndolos como "nuestro
orgullo", y destacó en particular que las generaciones más jóvenes en la
Iglesia no tienen una "función decorativa", reiterando que la vida de
la Iglesia necesita sus talentos, sus pensamientos y su impulso
creativo. En cuanto al encuentro de tres días convocado en Bagdad, el
cardenal iraquí expresó su deseo de que se convierta en una oportunidad
para ayudar a cada participante a redescubrir las fuentes de su
identidad cristiana, de modo que la comunidad eclesiástica pueda también
ofrecer más eficazmente su contribución al renacimiento de la nación y
al bien común del pueblo iraquí.
El encuentro de jóvenes caldeos durará hasta el domingo 21 de noviembre y
tiene como lema la frase "Sois una Iglesia viva", palabras pronunciadas
por el Papa Francisco en Bagdad, en la homilía de la concelebración
litúrgica que presidió en la catedral caldea de San José durante su
visita pastoral a suelo iraquí. Durante los tres días, en los distintos
momentos comunitarios de la agenda, se tratarán algunos temas
relacionados con el encuentro con Cristo y la vida eclesial de las
jóvenes generaciones caldeas. También se pedirá a los chicos y chicas
reunidos en Bagdad que expresen sus expectativas sobre el camino sinodal
iniciado en la Iglesia católica con vistas a la próxima Asamblea del
Sínodo de los Obispos.
El impresionante éxodo de cristianos de Irak en las últimas décadas ha
afectado sobre todo a las generaciones más jóvenes de bautizados. El
encuentro de jóvenes convocado por el Patriarcado caldeo representa un
intento de hacerse cargo también de este fenómeno, y de interrogarse
sobre los tesoros que hay que preservar y las gracias que hay que pedir
para ver florecer el milagro de la fe en Cristo en la vida de los chicos
y chicas iraquíes.