viernes, 3 de diciembre de 2021

“La guerra hay que evitarla: necesitamos pequeñas señales que alimenten la paz mundial”

Gode, ETIOPÍA (Agencia Fides 03/12/2021) –  “La guerra hay que evitarla, porque si no las consecuencias son siempre nefastas para todos. No puedo hacer más que levantar las manos a Dios y clamar en oración”. Así lo escribe Angelo Antolini, Prefecto Apostólico de Robe, a la Agencia Fides desde su misión en Gode, en la región de Somalia. “Todos conocen los preocupantes e inciertos acontecimientos políticos y militares que estamos viviendo en estos momentos en Etiopía”, continúa refiriéndose a la grave crisis que vive el país. “Intento vivir en paz, al menos yo, y sembrar semillas de paz en la medida de mis posibilidades, a mi pequeña manera, pidiendo siempre la reconciliación entre personas que están enfrentadas, que no se hablan desde hace años, que se odian. Esos pequeños signos de paz que alimentan la paz mundial. Muchos se han ido, otros son invitados por sus embajadas a hacerlo. Mi vida está donde el Señor me ha dado la gracia de vivir durante más de cuarenta años. En esta incertidumbre y confusión de noticias, el silencio y la oración serían útiles para todos”.
 

El Prefecto de Robe se encuentra actualmente en Gode, “para apoyar a la pequeña Iglesia que subsiste con la Hermana Joachim, Tesemma y Abdella en este lugar de adversidad - como él mismo declara-. Creo firmemente y sin dudar en las palabras de Jesús: ‘cuando dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos’. Estoy aquí, en este maravilloso desierto, como sólo el desierto puede ser, un lugar de desafíos extremos, para experimentar la presencia de Jesús resucitado en este pequeño y difícil lugar, lleno de contradicciones y contrastes descarados en medio del ardiente desierto somalí”.
 

Volviendo a hablar de los últimos acontecimientos relacionados con las comunidades católicas de la Prefectura Apostólica de Robe, el P. Antolini narra el encuentro con los diez hermanos del Secretariado del Sínodo de la Prefectura que se reunieron durante tres días en el Centro de Formación de Adaba. “También yo participé como oyente. Es muy importante para mí escuchar en este momento. Casi todos los hermanos y hermanas de la Prefectura fueron consultados con preguntas precisas y concretas para colaborar y ayudarme en el discernimiento que me corresponde como servicio primordial en la Iglesia de Robe, para guiar a los hermanos y hermanas hacia donde le plazca al Buen Pastor, Jesús”.